Venezuela afronta el próximo fin de semana las elecciones legislativas más reñidas de los últimos 17 años. Desde que llegó el chavismo al poder no se veía un escenario electoral tan favorable para la oposición. Luego de casi dos décadas de hegemonía chavista su considerable ventaja le da una opción clara para manejar las riendas de la Asamblea Nacional y de ahí dar un salto a un cambio total en el sistema político venezolano.
El oficialismo, que conoce los sondeos, apela al verbo ofensivo, la división de clases: “ellos y nosotros”, y la maquinaria gobiernista de más de 3 millones de funcionarios. Su objetivo: defender la revolución. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha reiterado en varios discursos que el proyecto socialista tiene en él su mayor defensor. “Me lanzaría a las calles para defender la revolución”, ha anunciado Maduro a comienzos de esta semana, demostrando que si la oposición gana el 6 de diciembre, el oficialismo difícilmente reconocerá su victoria.
Algunas encuestas le dan a la oposición, representada en su mayoría por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), una ventaja de 20 a 30 puntos sobre el chavismo. El chavismo, sin embargo, ha subido los últimos meses dado el incremento del proselitismo gobiernista que ha realizado más de 20 marchas en el último mes.
Por ello el sondeo de Venebarómetro parece ser el más cercano a escasos tres días de las elecciones. Según la encuestadora, los opositores cuentan con la preferencia de 42,7% y el oficialismo con un 27,6%, además de un incremento de 3,6 puntos en intención de voto por la oposición.
La maquinaria roja ha sido actividad. El chavismo no está acostumbrado a estar abajo en las encuestas. Por ello ha movilizado a todos sus patrulleros para incentivar el voto chavista y anteponerse al incremento en la intención de voto de su viejo y conocido contendor, la oposición.
¿Cómo se ha activado la maquinaria? Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, ha dicho que el programa chavista 1x10 será la fuente de su victoria. Dicha estrategia consiste en que cada patrullero -forma como se les denomina a los integrantes del partido- se registra en los portales de internet chavista. Luego de ese trámite, se le asigna un barrio en donde debe hablar con amigos, vecinos o familiares para que voten por Maduro.
Maduro se la está jugando por el 1x10. Las últimas semanas en diferentes mítines políticos les ha nombrado, renombrado y reiterado a los patrulleros la importancia del programa.
Hasta en las redes sociales el líder del gobierno ha dicho:
“Comadre, compadre, ¿ya tienes tu 1×10 en familia? Bueno difunde este video y garantiza la victoria de la Patria”.
Aída González, concejala del partido opositor de Acción Democrática, ha denunciado ante organizaciones internacionales que profesores de colegio han sido coaccionados para que participen en la colección de firmas del programa 1x10.
Pero la crisis está en las calles, mercados y casas de los electores. Por más programas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) que cautiven o coaccionen el voto, depende de dónde se mire, los venezolanos se han dado cuenta que el chavismo se está cayendo solo.
La tendencia electoral no sólo sienta sus bases en la coyuntura política. Si bien la oposición ha denunciado al régimen, desgastando el chavismo y evidenciando sus falencias, también existen razones macroeconómicas que sirven de explicación para entender la alta intención de voto que rodea a la oposición. El pueblo vive una inflación por las nubes, acompañada de una escasez de productos y un régimen de importaciones que desacelera la economía local.
Según el Nacional de Caracas, la inflación mensual de septiembre fue la más alta en 25 años, con un 16,9 por ciento, y la tasa interanual alcanzó un 179,5 por ciento (el gobierno no comparte las cifras oficiales). Los venezolanos no aguantan la subida de los precios, que escalan al ritmo del dólar, y las largas colas semana tras semana a causa del desabastecimiento de productos básicos.
En todo caso, la oposición no la tendrá fácil el domingo. El chavismo domina el Consejo Nacional Electoral (CNE) y ha impulsado una campaña de coacción y miedo contra funcionarios y electores. Los 87 circuitos electorales dispuestos para votar por el CNE le son favorables al chavismo por tamaño y volumen de votantes. Los más grandes son chavistas y eligen un mayor número de legisladores. Igualmente, el chavismo ha hecho una campaña de “miedo” contra aquellos que no voten por los candidatos oficialistas. De acuerdo a ella, todo aquel que no vote por la “revolución” pierde sus ayudas sociales.
Lo cierto es que los analistas locales han dicho que la oposición necesita lograr entre el 7% y el 13% más de los votos que el chavismo para obtener una mayoría simple en el Congreso. La mayoría simple en la Asamblea consiste en lograr 84 escaños de 167 posibles. Con ese porcentaje, la oposición podría elegir la junta directiva del órgano y probar una ley de amnistía que terminaría con la responsabilidad penal de algunos líderes opositores, como Leopoldo López, quien saldría de prisión.
Pero no solo eso. La MUD ha dicho que de obtener 100 escaños tendría la oportunidad de autorizar al Tribunal Supremo (TSJ) para que inicie el juicio contra Maduro, así como proponer la censura del vicepresidente y ministros, iniciativas que están en la agenda de la colectividad.
Todos esos planes, sin embargo, se ven lejanos ante un posible intento de fraude. La MUD ha dicho que tiene pruebas que involucran al chavismo. Su presunto objetivo es movilizar sus fuerzas y desviar el resultado de los comicios del domingo.
En esa medida, Lilian Tintori y otros representantes de la oposición han hecho un llamado a la Unión Europea (UE) y a la Organización de Estados Americanos (OEA) para que sirvan de veedores el próximo domingo. Y más teniendo en cuenta las declaraciones del secretario general de la OEA, Luis Almagro, quien expuso que las elecciones “no están en estos momentos garantizadas al nivel de transparencia y justicia electoral".
Además la delegación compuesta por 12 eurodiputados de todos los grupos políticos para hacer de veedores, canceló su visita alegando “un aviso de seguridad del servicio diplomático de la UE", y su denegación "exclusivamente por razones de seguridad".
Ante esas difíciles condiciones, chavismo y oposición encarrilan sus fuerzas para cerrar sus campañas electorales hoy y dedicarse los próximos días a eventos a puerta cerrada.