Las previsiones para la meta de crecimiento de este año siguieron bajando. El último organismo en modificarla fue el Fondo Monetario Internacional (FMI), que la dejó en 2,2%, cuando en julio las tenía en 2,3%.
Con anterioridad, otras entidades e instituciones lo habían hecho. Por ejemplo, el Bancolombia recortó en 20 puntos básicos las perspectivas de crecimiento económico del país, pasando de 2,6% a 2,4%, con un rango entre 1,8% y 2,7%. Frente a lo contemplado hace tres meses el proceso de ajuste en la actividad productiva será más marcado.
“En efecto, las acciones de política monetaria y fiscal, sumadas a un bajo desempeño de la inversión privada y a un consumo menos sólido, llevarían a que la economía colombiana presente su menor tasa de crecimiento desde 2009, la cual también estaría por debajo tanto de su tasa potencial (entre 3% y 3,5%) como de su promedio desde 1980 (3,6%)”, aseguró la entidad bancaria.
Mientras que, de otro lado, Fedesarrollo no solo bajó su proyección total a 2,3 por ciento, sino que su director, Leonardo Villar, advierte que el país no volverá a tener crecimientos cercanos o por encima de su potencial (4,5 por ciento) hasta el 2020.
Aunque Villar estima que “el proceso de desaceleración ya está tocando fondo y el aumento de la inflación que vimos hasta julio también tocó techo”, sus cálculos le permiten establecer que “en 2017 estaríamos hablando de una cifra mayor a la de este año, posiblemente 3 por ciento, pero no volveríamos a ver tasas de 4,5 por ciento, como las que tuvimos antes de la caída del precio del petróleo, sino por ahí en el 2020”.
Además, el crecimiento del PIB para el primer semestre del año (2,3%) fue el más bajo desde el segundo semestre de 2009 y algunos indicadores adelantados para el tercer trimestre sugieren un crecimiento similar en el resto del año. Los pronósticos de Fedesarrollo sobre el crecimiento de la economía se soportan en supuestos acerca de los principales indicadores macroeconómicos. La senda del precio de petróleo se corrigió levemente al alza, con un pronóstico para este año de US$41 por barril en promedio para la referencia WTI, y de US$42 dólares para la referencia Brent.
Así mismo, la proyección para la tasa de cambio promedio para este año se corrigió a la baja, por la entidad, ubicándola en $3.050 por dólar, lo cual se explica por las leves mejoras en los precios de materias primas y la lenta recuperación de Estados Unidos.
“Teniendo en cuenta la desaceleración, así como en el deterioro de las cifras de desempleo y la caída observada en el ICC en el mes de julio, en Fedesarrollo corregimos a la baja el pronóstico de crecimiento para este año hasta 2,3%, lo que implica una desaceleración de 0,8 puntos respecto al crecimiento de 2015 y de 2,1 puntos respecto al de 2014”, agregó Villar.
A su turno, el Gobierno nacional estima que el crecimiento será de 2,5%, debido al fuerte impacto que el país recibió por culpa del fenómeno de El Niño y la caída de la renta petrolera.
Así mismo, las expectativas del Banco de la República en la meta de crecimiento para la cuarta economía de América Latina para el 2016 disminuyeron a un 2,2 por ciento, desde el 2,3 por ciento de la encuesta del mes anterior.