Los diputados alemanes aprobarán el jueves la creación de un salario mínimo, una de las exigencias de los socios socialdemócratas de la jefa de gobierno conservador Angela Merkel.
El salario mínimo de 8,50 euros la hora entrará en vigor el 1 de enero de 2015 pero habrá que esperar hasta 2017 para que se aplique a todos los trabajadores. Aún así, la medida tiene una serie de excepciones que han reducido su alcance tras duras negociaciones entre las fuerzas políticas.
Aunque la aprobación está asegurada gracias a la mayoría de los conservadores de Merkel y de los socialdemócratas (SPD) en el Bundestag (la cámara baja del parlamento) algunos de los partidarios de la canciller votarán en contra.
Entre 10 y 20 de un total de 311 diputados conservadores de la CDU/CSU deberían votar en contra, en un país donde tradicionalmente los salarios se acuerdan sector por sector en negociaciones entre patronal y sindicatos.
Angela Merkel sólo aceptó la medida para asegurarse la participación en su gobierno del SPD, que pedía un sueldo mínimo para luchar contra los sueldos bajos cada vez más frecuentes en el país.
Numerosas organizaciones patronales y economistas predicen consecuencias catastróficas cuando se ponga en marcha el salario mínimo mientras que el partido de Merkel hizo todo lo posible para reducir su impacto y multiplicar las excepciones en las que no se aplicará el salario mínimo.