Por primera vez en la cuenca del río Tochecito, ubicada entre los municipios de Ibagué y Cajamarca, se crea un proyecto de conservación de “paisaje protegido”, un modelo que se destaca por tener en cuenta diferentes estrategias de conservación como los suelos de protección, la delimitación de páramos y las zonas amortiguadoras (en este caso, la del PNN Los Nevados), así como los reconocimientos ambientales internacionales como la lista Ramsar (humedales) y las KBA (Áreas claves para la biodiversidad, por sus siglas en inglés), entre otros.
Si bien, el “paisaje protegido” no es una figura de área protegida ni está reglamentada en Colombia; sí busca unir las diferentes iniciativas de conservación para lograr un manejo integrado, participativo y sostenible. Este modelo ha sido construido bajo el enfoque “de abajo hacia arriba”, es decir, que no son las entidades públicas las que determinan cómo, dónde y cuándo se da el ordenamiento del territorio y los procesos de conservación, sino que son los propios habitantes y propietarios locales quienes lideran el diálogo y construyen las propuestas a partir de ejercicios de planificación predial.
En el caso de Tochecito, este acuerdo se logró gracias a la articulación de la Fundación Santo Domingo, la Fundación Ecológica Las Mellizas y el Instituto Humboldt. Como explica María Cristina Velázquez, Gerente de Medio Ambiente de la Fundación Santo Domingo “Desde la Fundación, impulsamos proyectos de alto impacto para la transformación social y ambiental del país. A través de nuestra línea de medio ambiente, promovemos iniciativas como esta, en las que, junto a la comunidad, generamos propuestas para el uso sostenible de los recursos naturales y la protección del invaluable patrimonio natural de Colombia”.
Para esto, a lo largo de 2024, gracias al acompañamiento técnico del Instituto Humboldt y la Fundación Ecológica Las Mellizas, se han implementado cercos protectores para evitar el ingreso del ganado a las áreas protegidas, se instalaron sistemas sépticos para disminuir la contaminación de las fuentes hídricas y se ha promovido el ecoturismo como una alternativa económica para la región.
Además, 11 de las 18 fincas involucradas, las cuales corresponden a un área total de 1.356 (ha), ya están en proceso de registro como Reservas Naturales de la Sociedad Civil, uno de los siete tipos de áreas protegidas reconocidas en Colombia y que se diferencian de las demás por ser de gobernanza privada y no pública.
Este trabajo ha sido fundamental, explica Jorge Hernán López de la Fundación Ecológica las Mellizas, porque ha permitido la planificación de las fincas ubicadas en las Veredas Alto Toche y Las Lajas, en Tolima. Se ha entendido que, si bien “un predio tiene áreas productivas, también debe tener áreas para la conservación; las cuales tienen que coexistir.
Por ejemplo, el ganado necesita de agua y alimento, que son proporcionados por los recursos naturales. Entonces, si se hace un uso intensivo de la tierra sin estrategias de conservación no van a haber recursos como el agua para el futuro”.
¿Por qué es importante?
La subcuenca del río Tochecito hace parte de la cuenca del río Toche, ambas ubicadas en la parte alta del río Coello, uno de los principales ríos del Tolima. Situada en la vertiente oriental de la cordillera Central de los Andes colombianos, esta área abarca 8.885,5 hectáreas (ha) y se encuentra entre los 2.000 y 3.750 m s.n.m.
En este gradiente altitudinal existen ecosistemas de bosques andinos, altoandinos y páramos, en interacción con sistemas productivos agropecuarios, principalmente como la ganadería bovina de doble propósito (carne y leche) y, en menor medida, cultivos de papa, cebolla larga, arracacha y fríjol. Además, el turismo está emergiendo como una actividad económica significativa en la cuenca.
Entre los 2.000 y 2.800 m s.n.m en la cuenca del río Tochecito, se encuentra la mayor población mundial de la Palma de cera Ceroxylon quindiuense -reconocida como árbol nacional y símbolo patrio de Colombia por la Ley 61 de 1985- con cerca de 200 mil palmas adultas.
Los bosques de palma de cera son muy importantes para la vida de otras especies, como el loro orejiamarillo (Ognorhynchus icterotis), un ave andina que se alimenta del fruto de la palma y que está amenaza de extinción y del perico paramuno (Leptopsittaca branickii) que, al igual que el loro, anida en su tronco. Tristemente, los riesgos a los que se han visto expuestos los palmares amenazan la existencia de la avifauna y de otras especies de fauna asociadas a estos.
La cuenca también está conformada por diversos cuerpos de agua y nacimientos, procedentes de las altas montañas de la Cordillera Central. Las quebradas San Rafael, Dantas y Pajaritos son los tres afluentes principales del río Tochecito, el cual desemboca en el río Toche y éste, a su vez, en el río Coello, abasteciendo de agua a varios distritos de riego, los cuales son indispensables para la industria arrocera del Tolima.