Caribe: preservadas 513.000 hectáreas de ecosistemas estratégicos | El Nuevo Siglo
EL 90% de los procesos de declaratoria están encaminados a proteger ecosistemas marino costeros vulnerables como los manglares en La Ciénaga de Mallorquín./C.R.A
Jueves, 11 de Enero de 2024
Redacción medio ambiente

El Sistema Regional de Áreas Protegidas del Caribe colombiano (Sirap Caribe, entregó como balance del año 2023, la cifra de 513 mil hectáreas en proceso de conservación, alcanzando logros significativos en la recuperación de la estructura ecológica y la adaptación al cambio climático en la región.

Las Corporaciones Autónomas y de Desarrollo Sostenible sumadas a las autoridades ambientales urbanas, en el marco del SIRAP Caribe, han dirigido esfuerzos considerables hacia la declaratoria y ampliación de áreas protegidas, abarcando 473,000 hectáreas de ecosistemas prioritarios terrestres y marino-costeros. Estos procesos, liderados por entidades como Corpoguajira, Corpouraba, CVS, Carsucre, C.R.A., Coralina, Barranquilla Verde y el Dadsa, subrayan la importancia de soluciones basadas en la naturaleza para garantizar la sostenibilidad y la construcción de territorios resilientes a través de áreas protegidas.

El 90% de los procesos de declaratoria están encaminados a proteger ecosistemas marino costeros vulnerables como los manglares en La Ciénaga de Mallorquin, Bahía Honda y Bahía Hondita en la Guajira, y arrecifes coralinos en la región de Urabá al igual que en San Andrés Providencia y Santa Catalina, sumándose las praderas fanerógamas y playas de los cayos; ecosistemas que según los expertos,  contemplan  metas de conservación entre el 80 y 100% por su alto nivel de amenaza, según el portafolio de áreas prioritarias para la conservación del SIRAP Caribe.

Igualmente, se suman dos nuevas áreas protegidas en Córdoba Turipaná y Cerro Colosina, mientras que se encuentra en proceso de declaratoria en el Atlántico “El Cerro de la Vieja” y la ampliación de la Reserva Forestal Protectora de Coraza en Sucre, enfocadas en preservar los ecosistemas de bosque seco tropical.

 Además, se resalta cuatro parques ecológicos en Santa Marta, que protegen las selvas xerofíticas que se caracterizan por ser resistentes a la sequía desempeñando un papel clave en la prevención de la desertificación y contribuyen a la conservación del agua.  el Parque Ecológico “Suhagua” con sus más de 18 mil hectáreas dedicadas a proteger los bosques húmedos de montaña, hogar de una valiosa fuente hídrica en la Sierra Nevada de Santa Marta y el Caribe Colombiano.

Así mismo, Corpocesar adelanta estrategias complementarias de conservación de la mano de las comunidades campesinas e indígenas en más de 32 mil hectáreas de ecosistemas de importancia ecológica.

Según Jesús León Insignares, presidente del SIRAP Caribe y quien fue reelegido como director de la C.R.A., para el periodo 2024-2027, “como autoridades ambientales, tenemos un compromiso inquebrantable, en forjar un camino hacia la sostenibilidad ambiental del Caribe colombiano. Estos resultados, respaldados y acompañados por las comunidades, evidencian la dedicación incansable para recuperar la estructura ecológica y construir territorios resilientes frente a los desafíos del cambio climático. El compromiso no solo se traduce en números, sino en acciones concretas y gestión regional. Este testimonio refleja la colaboración entre las autoridades ambientales, los entes territoriales, la RAP Caribe, el Invemar y la sociedad, construyendo un futuro próspero y sostenible para la región.

Por otro lado, se destacan las acciones de reforestación y restauración de ecosistemas inundables con metas de conservación del 100% por parte de Corpomojana, CSB y la CVS sumando acciones en áreas degradadas para un total de 7.000 hectáreas de prioridades de conservación conexas al recurso hídrico intervenidas, contando con la participación de la Comunidad.  Autoridades como Corpamag, la CVS y el EPA Cartagena se destacan por los procesos de rescate y recuperación de 611 individuos de fauna silvestre contribuyendo de manera significativa a la integridad ecológica de la estructura ecológica principal.

Además, el Instituto de Investigaciones Marino Costeras (Invemar) ha liderado exitosas expediciones científicas, proporcionando información esencial para la administración y manejo sostenible de los recursos naturales. Estos logros destacan el compromiso continuo con la conservación marina y sostenibilidad, sentando las bases para un futuro más resiliente en el Caribe

Uno de los Programas de conservación que sobresale es el de Carbono azul “Vida Manglar” como en el golfo de Morrosquillo, liderado por la CVS y el Invemar sumándose comunidades locales que han promovido la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero a través de actividades de restauración en los ecosistemas de manglar, fortaleciendo la gobernanza local y generando empleo.

Metas

Para el primer semestre de este año, el Sirap Caribe tiene planificada una estrategia ambiciosa con el objetivo de incidir en los Planes de Desarrollo. Esta iniciativa se centra en la ejecución de proyectos destinados a potenciar la recuperación de la estructura ecológica. La estrategia se basa en tres pilares fundamentales: el fortalecimiento de los sistemas de áreas protegidas, la implementación de soluciones basadas en la naturaleza para la construcción de territorios resilientes, y el impulso de proyectos productivos sostenibles arraigados en las comunidades locales. Estas acciones convergen hacia un enfoque integral que busca no solo preservar, sino también potenciar la biodiversidad y la sostenibilidad ambiental, involucrando activamente a las comunidades en el proceso de desarrollo sostenible.

El logro de estos objetivos de conservación sería completamente inalcanzable sin la invaluable participación de los Promotores Ambientales, las organizaciones comunitarias, los jóvenes ambientales, los Vigías, los guardabosques, las comunidades étnicas, el sector productivo y todos los colaboradores que han demostrado un compromiso excepcional y una participación activa en la preservación de los recursos naturales fundamentales de la región. Estos esfuerzos colaborativos no solo subrayan la importancia de la unidad, sino que también representan un paso significativo hacia la edificación de un futuro sostenible y resiliente en el Caribe colombiano.