Con una sonrisa dibujada en su rostro y expectante de nuestra reacción Rigoberto Orjuela, un hombre campesino y monitor comunitario, muestra las imágenes que recogió durante un mes por medio de cámaras trampa en el municipio de San José del Fragua, departamento de Caquetá. Para él, exhibir la riqueza de su territorio significa una gran oportunidad.
El registro de 36 especies de mamíferos terrestres entre ellos el jaguar (Panthera onca) y el puma (Puma concolor) son algunos de los resultados obtenidos por medio de las imágenes recolectadas en los departamentos del Caquetá y del Guaviare en el monitoreo comunitario. Este proceso, que incluyó aprendizajes sobre la instalación de cámaras trampa para el monitoreo de especies, había comenzado en pandemia, pero solo hasta marzo de 2022 logró concretarse. Sucedió a propósito de espacios de fortalecimiento de capacidades para la gobernanza de comunidades campesinas, que les permitieran hacer seguimiento a la biodiversidad de sus fincas y de los bosques en zonas aledañas al Parque Nacional Natural Serranía del Chiribiquete (Caquetá y Guaviare), Alto Fragua Indi Wasi (Caquetá), Cordillera de los Picachos (Caquetá) y Sierra de la Macarena (Meta).
Sin embargo, la instalación de cámaras trampa no ha sido su único objetivo, también han aprendido a identificar aves, determinar la calidad del agua, medir el crecimiento de los árboles en los bosques qué están siendo restaurados y entender cómo esto contribuye a su bienestar.
“Aprendimos de identificación de aves y yo no tenía nada de conocimiento en este tema. Es muy bueno aprender las dinámicas de las aves dentro del cultivo, lo que aportan, eso es importante y lo desconocíamos”, dice Alexander Jiménez, integrante del colectivo de jóvenes cacaoteros de Asoacasan en Caquetá.
Por eso, además de identificar la riqueza del territorio, los monitores generan información que les sirve para tomar decisiones frente a las acciones que realizan en sus fincas teniendo en cuenta la biodiversidad de sus predios, pensando en producción sostenible y conservación de los bosques.
“El monitoreo comunitario busca fortalecer la relación entre hombre y el resto de la naturaleza ampliando el conocimiento y mejorando esa conexión a priori ya existente. Mejorar esa relación promueve que las familias tomen decisiones que contribuyan a la conservación, rehabilitación de bosques y manejar sosteniblemente sus actividades productivas. Además, el monitoreo permite evidenciar cambios de las acciones de restauración/producción que desarrollan en las fincas e ir replanteando, cuando sea necesario, actividades para tener un equilibrio entre producción y conservación”, dice César Suárez, Coordinador de Territorios y Tierras Resilientes en WWF Colombia.
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¿Cómo ha sido el proceso?
Inicialmente 35 monitores comunitarios y representantes de 10 organizaciones locales participaron en 14 espacios presenciales de fortalecimiento de capacidades, en los Parques Nacionales Chiribiquete, Alto Fragua Indi Wasi, Picachos y Macarena, con el apoyo de ProCAT, Parques Nacionales Naturales de Colombia y WWF, permitiendo reflexiones, aprendizajes y conocimiento de su territorio y lo que en él habita.
Instalaron 26 cámaras trampa en predios con acuerdos de conservación con los Parques Nacionales Naturales Altro Fragua Indi Wasi y Serranía de Chiribiquete, durante aproximadamente 60 días, obteniendo el registro de especies como el jaguar (Panthera onca) y el puma (Puma concolor) y especies con categoría de conservación vulnerable, como el oso hormiguero gigante (Myrmecophaga tridactyla), armadillo Gigante (Priodontes maximus), el tapir Amazónico (Tapirus terrestres) y el pecarí barbiblanco (Tayassu pecari).
La instalación de las cámaras trampa se realizó en áreas de restauración en zonas como moriche, bosque nativo o los espacios conocidos como salados, en los cuales se evidenciaron una gran cantidad de huellas de animales. “El monitoreo es importante para conocer el potencial y riqueza de los predios y para los finqueros tener las fotografías o videos de las especies que hay en sus fincas es gratificante. Eso pensando en algunos proyectos futuros, como puede ser el turismo”. Cuenta, Yeison Bohórquez, monitor comunitario en el departamento del Guaviare.
El monitoreo avanza en diferentes indicadores: algunos a nivel local, que se realizan en 38 predios representativos del proceso de restauración, a través de la recolección de información por parte de los monitores comunitarios; otros indicadores a nivel de paisaje, analizando información de cambio en los bosques con imágenes satelitales en 182 predios. Este proceso ha sido realizado en el marco del proyecto Áreas Protegidas y Paz, desarrollado por WWF Colombia con apoyo del gobierno alemán.
Este proceso aporta al fortalecimiento de capacidades a las comunidades, organizaciones locales e instituciones, como una contribución a la conservación y los medios de vida de las comunidades en territorios que han sido marcados por las huellas del conflicto armado y donde sus habitantes buscan nuevas formas de vida en medio de la construcción de paz.