El Golfo de Tribugá está ubicado en la costa pacífica de Colombia, en el occidente del departamento del Chocó, junto al municipio de Nuquí. Esta región es tal vez la más biodiversa en el mundo y es la elegida por animales magníficos como tiburones martillo (Sphyrnidae) y ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae) para reproducirse y tener a sus crías.
El Parque Nacional Natural Ensenada de Utría está ubicado en el interior del golfo y sus exuberantes selvas proveen enriquecedoras oportunidades de ecoturismo para los visitantes. Sin embargo, las maravillas naturales de este excepcional rincón del mundo enfrentan una amenaza: el Gobierno nacional pretende construir un puerto marítimo justo al lado del Parque, dentro del Golfo, lo que provocaría el fin del ecoturismo sostenible que soporta a gran parte de la población del Chocó, sin mencionar los efectos desastrosos que tendría en las incontables especies marinas y terrestres.
Es por ello que organización internacional de conservación marina sin ánimo de lucro “Mission Blue”, ha nombrado al Golfo de Tribugá como uno de los más recientes “Hope Spots” (Puntos de Esperanza), para contribuir a su transformación en un área marina protegida en la que el Parque Nacional Natural Ensenada de Utría se extendería para comprender la totalidad del golfo. Este reconocimiento consiste en un primer paso significativo para que el área se denomine eventualmente como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, en reconocimiento por su biodiversidad sin igual y valor irremplazable para numerosas especies amenazadas.
De acuerdo con Sylvia Earle, fundadora de Mission Blue: “El Golfo de Tribugá está en un punto vital de cambio. Es uno de los lugares más hermosos e intactos de la costa de América del Sur y podría transformarse en un lugar para desarrollo humano con propósitos a corto plazo que tendrían impacto y pérdidas a largo plazo… o bien, está la posibilidad de comprender el valor inestimable de conservar sistemas intactos: su valor económico trasciende el valor de la actividad industrial a corto plazo. Una vez este lugar se haya transformado en un sitio industrial, no hay vuelta atrás. Sería una pérdida para el balance de la economía, de la prosperidad y de nuestro sistema de soporte vital planetario. Tenemos ahora la oportunidad de hacer lo que se necesita para conservarlo intacto”.
El Golfo de Tribugá es una explosión de vida y muchas especies que viven y migran a lo largo del golfo (incluyendo numerosas especies de tiburones, mamíferos marinos, tortugas, aves marinas, peces, entre muchos otros), también migran a través de áreas marinas protegidas tanto nacionales como internacionales, incluyendo a la isla Malpelo (también “Hope Spot”), Galápagos e Isla Cocos en Costa Rica. Por lo tanto, la destrucción del delicado equilibrio ecosistémico de Tribugá afectaría profundamente y a largo plazo no sólo a los ecosistemas locales, sino también a muchos más a nivel global, debido a complejas migraciones y redes de interacciones alrededor del globo.
A nivel nacional, las especies migratorias de Tribugá están en estrecha relación con las áreas marinas protegidas de la región: Parque Nacional Natural Ensenada de Utría (dentro del golfo), Bahía Málaga, Isla Gorgona e Isla Malpelo. Esto significa que el sostenimiento y conservación de estas áreas depende en gran parte de la protección del Golfo de Tribugá.
Especies como las ballenas jorobadas, delfines, tiburones ballena y martillo prosperan aquí, tanto los adultos como sus crías. En estas aguas se encuentran agregaciones de corales negros, la migración de sardinas es un festín anual para muchos depredadores marinos y las tortugas verdes encuentran sus sitios de anidación en estas playas grisessin mencionar incontables fenómenos biológicos y ecológicos deslumbrantes que ocurren día a día en este lugar.
El Golfo de Tribugá y sus áreas circundantes son muy similares a las áreas icónicas marinas biodiversas reconocidas en el mundo, como las islas Galápagos. Sin embargo, la limitada visibilidad y los reducidos recursos para investigación han limitado su documentación. “Aún hay muchísimo por conocer para la ciencia en este lugar, lo cual es una de las razones que más me asusta de la idea de perder un lugar como este. Lo perderíamos sin ni siquiera haberlo visto realmente”, declara Francisco Acosta, codirector de la serie documental Expedición Tribugá.
Para Harry Mosquera, líder del Consejo Comunitario Los Riscales de Nuquí, “la designación Hope Spot va a servir como un argumento más para nosotros decir, con mayor razón, no al puerto. Nombrar esta zona como Hope Spot es darle una etiqueta muy importante al territorio porque sabemos que a nivel ambiental no se trata de un territorio cualquiera sino que tiene un plus, y va a permitir que en la agenda mundial, donde se viene hablando de calentamiento global y cambio climático, nosotros tengamos un espacio importante para poder incidir en la agenda nacional”./