Hacia un fracking controlado | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Sábado, 1 de Septiembre de 2018
Alvaro Sánchez

Las últimas discusiones que sobre la aplicación del fracking, como se conoce popularmente el proceso de fracturamiento hidráulico en Colombia, han tenido la particularidad de que proviene de personas, todas ellas prominentes, sin ningún apoyo real en la técnica ambiental y sin los conocimientos suficientes para atacar el sistema ni para defenderlo; se ha convertido entonces el tema del fracking en una discusión mas bien visceral y cargada de sobreentendidos que no siempre son ciertos o falsos. Se olvida en esta discusión que en este mundo no todo es negro o blanco, también existen los grises.

Lo primero que deberíamos tener claro para establecer una discusión científica sobre el tema, es el concepto técnico preciso sobre el sistema y una claridad sobre los impactos que éste puede generar y sobre las posibilidades de contrarrestarlos de manera efectiva; al respecto podemos decir que ninguna actividad humana es totalmente segura, pero que hay un sinnúmero de medidas que aunadas hacen poco probable que ocurran los hechos apocalípticos que hoy se vaticinan.

El fracking o fracturación hidráulica consiste en inyectar agua con arena y algunos aditivos a presión suficiente como para provocar muy pequeñas fisuras en la roca y favorecer el flujo del gas natural contenido en ella hacia el pozo productor; finalizada la operación de fracturación se reduce la presión en cabeza de pozo y el gas natural, junto con una parte del fluido inyectado, fluye por las microfracturas hasta el pozo, y por él hasta la superficie, desde donde se distribuye por la red general de gasoductos hasta los puntos de consumo.

El fluido que se inyecta está compuesto en aproximadamente un 99,50% por agua y arena natural o sintética, que sirve para mantener abiertas las pequeñas fisuras en el entorno del pozo.  El resto, el 0,5%2 son aditivos que se añaden para reducir la fricción del fluido, eliminar bacterias que pudieran producir ácidos corrosivos, disminuir la tensión superficial del fluido, etc. Normalmente estos aditivos son los mismos que se utilizan en industrias como; la agricultura, la conservación de alimentos o la cosmética.

El gas fluye hasta el exterior por la diferencia de presiones entre el interior de la roca y el exterior primero desde la formación geológica hacia la red de fracturas, y desde la red de fracturas hasta el pozo, para luego ascender por la tubería de producción; esta tubería está aislada de las formaciones geológicas y de los potenciales acuíferos por hasta tres tuberías concéntricas de sostenimiento, cuyos espacios están cementados de modo tal que se garantice que el pozo quede estancado y que los acuíferos estén preservados.

Este sistema permite una producción adicional de hidrocarburos que en el caso colombiano podría ser muy importante en la estabilidad a mediano plazo de los ingresos nacionales; entonces el asunto está en lograr un control eficiente de la forma en que se realiza la extracción mediante fracking y en establecer sanciones ejemplarizantes a quienes deterioren el entorno u omitan las medidas de seguridad requeridas para garantizar la no contaminación de los acuíferos.

En lo que realmente no me puedo mostrar de acuerdo es en el argumento peregrino de que en Colombia no existe la autoridad ni la técnica para controlar los procesos extractivos desde el punto de vista ambiental. Esta posición que lleva a pedir que se prohíba la extracción con este método no es más que una mala copia de la medida del pico y placa que pretende reducir la movilidad para tapar la ineficiencia de las autoridades de tránsito, o sería tanto como prohibir retirar dinero de los bancos para evitar el fleteo. El fracking es bueno para el país, pero bien hecho y el compromiso del gobierno ha de ser con el control.

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