La travesía comenzó en Villavicencio, ciudad donde la Universidad tiene un complejo en el que conservan alrededor del 70% del total de los animales de esta especie que sobreviven. De allí, fueron movilizados al Comando Aéreo de Combate No. 2 de su Fuerza Aérea Colombiana, Unidad que se interesó por apoyar este proyecto y realizó los trámites necesarios para que un avión C-130 ‘Hércules’ proveniente del Comando Aéreo de Transporte Militar en Bogotá, realizara el traslado aéreo que les permitió llegar en perfectas condiciones al Grupo Aéreo del Oriente en Marandúa, Vichada.
Los caimanes que oscilaban entre los 12 y 15 años, con hasta tres metros de largo, pesaron en total 2.500 kilogramos, razón por la que era necesario que fuera transportado por una aeronave con las capacidades del Hércules. Durante el vuelo se mantuvo una altura de 28.000 pies, atravesaron 570 kilómetros en alrededor de una hora, en la que se garantizó la humedad necesaria para la conservación de la vida de los animales.
Finalmente, los reptiles fueron trasladados vía terrestre hasta el río Tomo. El viaje, que inicio a las 07:30 a.m. duró aproximadamente una hora y culminó a unos pocos metros de Playa Blanca.
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Fue aquí, donde los expertos de la Universidad Nacional, Parques Nacionales Naturales y WCS procedieron a darle a estos seres su libertad, destapando los guacales con la mayor prevención para no ser lastimados, fueron sacando uno a uno los cocodrilos quienes, con ansias, buscaron y se camuflaron en las aguas, permaneciendo a la orilla y en grupo. Un momento muy emotivo para quienes han estado trabajando arduamente por la supervivencia de esta especie.
De esta manera, su Fuerza Aérea Colombiana seguirá comprometida con el desarrollo de estrategias para la conservación de la biodiversidad y continuará apoyando proyectos de gran impacto ambiental y ecológico.