Medio ambiente en Bogotá | El Nuevo Siglo
Foto archivo El Nuevo Siglo
Sábado, 2 de Febrero de 2019
Alvaro Sánchez

Se mueve en estos días el tema ambiental en el Distrito, se anuncia la tala de algunos árboles en el parque del Japón y se anuncia la ampliación de la capacidad del relleno sanitario de Doña Juana a 30 años más; las dos medidas tienen de ancho y de angosto y sobre ambas vale la pena hacer algunas reflexiones.

En primer lugar debo decir que no soy amigo de la conservación a ultranza, me parece que defender un árbol por el simple hecho de defenderlo, no tiene ninguna justificación que permita detener el beneficio común y el bienestar de la ciudadanía; dicho de otra manera, el bienestar general debe primar sobre el particular; ahora bien, un árbol genera unos servicios ambientales en diferentes aspectos tales como captura de CO2, paisajismo, barrera de ruidos, etc. El asunto entonces está en reemplazar adecuadamente estos servicios ambientales pero sin tener que detener los proyectos de desarrollo de la ciudad.

En el caso específico del parque del Japón es claro que el beneficio general es inmenso y no es tan claro que los servicios ambientales que se derivan de la arborización sean irremplazables; la sugerencia sería que se realizara un estudio que determinara los servicios ambientales y se desarrollara en paralelo un proyecto para lograr los mismos servicios por otro camina. Lo que sí es imposible de aceptar es que simple y llanamente se ordene la tala y no se reemplacen adecuadamente los servicios ambientales.

Para el caso del relleno sanitario debo decir que es aterrador que en una capital como Bogotá se esté pensando en ampliar la capacidad de los rellenos, cuando en los países del primer mundo se está tendiendo a desaparecer o por lo menos a minimizar esta tecnología, al respecto valdría la pena revisar algunas cifras.

El manejo adecuado y tecnificado de los residuos en Bogotá podría lograr su pleno desarrollo a través de un plan estructurado, orientado a eliminar la problemática derivada del manejo actual  sobre la base de una estrategia simple de valorización de los residuos a través de un programa gradual que llegue a lograr la recuperación del área del actual relleno sanitario de Doña Juana, para convertirlo en el largo plazo en un área parque. El desarrollo de éste proyecto permitiría la generación de 108 Gigas de energía continua, cantidad nada despreciable en tiempos de problemas con la generación hídrica del país.

De otra parte se podrían llegar a producir hasta 3’174.600 barriles de Biodiesel cumpliendo normas euro 4 y euro 5; a manera de referencia la UPME certificó el consumo nacional de Diésel en el año 2017 en 1’569.505 barriles. El dato no es menor pues podría significar que Bogotá podría suplir el consumo nacional y exportar combustible de magnífica calidad.

Como si fuera poco el proyecto permitiría la recuperación gradual de los terrenos actualmente utilizados para el relleno, mediante un proceso de “minería de residuos” y podría generar una fuente de empleo de gran magnitud.

Los costos se pueden asumir por concesión o por adjudicación, en el caso de que Bogotá no quiera o no pueda realizar las inversiones y liberaría a la ciudad de problemas como emisiones, olores, plagas, lixiviados e infecciones. Sé que es pedir demasiado, pero deberíamos oponernos a medidas que están condenando a la ciudad a permanecer por otros 30 años en la retaguardia del contexto mundial en materia de manejo de residuos, las futuras generaciones nos pasarán cuenta de cobro por nuestra complicidad en el asunto.

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@alvaro080255