Para no cargar sobre sus hombros el peso de ser considerados como miembros de ese grupo de personas que ha contribuido para que el departamento del Caquetá sea uno de los tres en donde cada año se pierden más hectáreas de bosques, un grupo de ebanistas decidió agremiarse y contribuir en el combate a la deforestación.
Es así como nació la Asociación de Ebanistas de Florencia (Asoefa), integrada por siete personas dedicadas a trabajar la madera y cuyo representante legal es Edelberto Cardozo Cano.
De acuerdo con el Sistema de Monitoreo de Bosques y Carbono (SMByC) del Ideam, para el año 2020 en el país se perdieron 171.685 hectáreas de bosque a causa de la deforestación. Sin embargo, para el primer trimestre de 2021 esta cifra tuvo una tendencia a la baja en algunos de los departamentos más afectados, como Meta, Caquetá y Guaviare, que representan más de la mitad de la deforestación en el país (56,3 %).
Sin embargo, dos municipios del Caquetá aparecen como los más afectados por la tala indiscriminada de árboles: Cartagena del Chairá y San Vicente del Caguán.
“Queremos contribuir en algo para evitar que el problema de la deforestación continúe agravándose”, señala Edelberto, un hombre de 39 años y quien ha dedicado 35 de ellos a la ebanistería.
Recuerda que “hace 18 años nació Asoefa, en respuesta una necesidad que tuvimos. Requeríamos una licencia para poder trabajar la madera legal y evitar persecución de las autoridades”.
La Asociación nació con siete socios, los mismos que hoy la integran. “Hay ebanistas, artesanos y personas que trabajan la madera y que se han querido unir a Asoefa, pero quieren entrar, de una vez recibir beneficios y eso no es así. Nosotros contamos con poca ayuda y no tenemos cómo darles lo que piden”, indica Edelberto.
Además, el camino de Asoefa en sus 18 años de existencia ha estado plagado de obstáculos. “Queremos hacer las cosas legalmente, obtener la madera de las zonas incluidas en el plan de manejo autorizado por la Corporación Autónoma. En el departamento son 13.000 hectáreas de 700.000 que tienen alto potencial para manejo forestal comunitario, pero no ha sido fácil”.
“Uno de los mayores obstáculos que hemos encontrado para el fortalecimiento de nuestras empresas ha sido el poder trabajar con las entidades, que nos presten más apoyo. Esa es la piedra en el zapato, porque en vez de ayudarnos hemos tenido persecución. Ha sido muy poca la ayuda gubernamental y de la empresa privada, salvo la que nos dio Alpina”, afirma el representante legal de Asoefa.
Un proyecto con la empresa de lácteos con sede en Sopó fue hacer 14 mil tablones. “Le cumplimos, los hicimos como nos los pidieron y los entregamos antes de la fecha pactada”.
En el desarrollo de esta alianza se impulsó un esquema de reconocimiento de madera legal que fue otorgado por Corpoamazonia. El proceso de fabricación incorporó principios de sostenibilidad e impacto ambiental positivo, teniendo en cuenta que la elaboración artesanal de las tablas se basa en el encadenamiento productivo de maderas legales de la Amazonia colombiana, utilizando especies como achapo (Cedrelinga cateniformes), Amarillo (Ocotea sp), laurel (Aniba sp), perillo (Couma mascrocarpa) o marfil (Simarouba amara).
Limitados
“Siempre hemos considerado que trabajar madera legal, es lo mejor para que el cliente quede a gusto con lo que se le vende y la satisfacción para uno”, asegura Edelberto.
El camino en la construcción de Asoefa no ha sido fácil y durante algunos periodos la Asociación dejó de producir, en muchos casos por la percepción negativa que tienen los consumidores, al relacionar los productos de madera con la deforestación, sin saber que la madera legal es una opción para proteger y conservar los bosques.
No obstante, con gran esfuerzo, la Asociación ha reactivado su producción integrando procesos de innovación y calidad a través del apoyo brindado por el proyecto ProBosques, financiado por el Ministerio Alemán de Cooperación, implementado por la GIZ y con el acompañamiento del Centro Tecnológico de la Madera del SENA y el Ministerio de Ambiente. De igual forma, la Asoefa incorpora el esquema de reconocimiento de madera legal que fue otorgado por Corpoamazonia, para demostrar la procedencia legal, que contribuye a la conservación de los bosques.
Otra forma de contribuir a la lucha contra la deforestación ha sido con la plantación de árboles. “Hemos estado colaborándoles a otras personas con la siembra de árboles, porque nosotros como socios no tenemos en dónde plantarlos, no tenemos terrenos”, explica Edelberto.
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Señala que “con otras asociaciones no hemos trabajado porque no hemos tenido ningún apoyo. Cada uno de los socios tiene sus clientes o a veces nos llegan otros y con eso es que nos defendemos para sobrevivir".
Añade que “la comercialización de los productos la hace cada uno de manera individual”.
Capacitación
Para continuar trabajando por la conservación de los bosques, los siete integrantes de Asoefa han aprovechado las capacitaciones que les han brindado.
“Nosotros practicamos lo que nos enseñan, lo damos a conocer a otros trabajadores del eslabón de la cadena forestal, como son los otros ebanistas que hay en la región. Los invitamos, les decimos cómo son las cosas, cómo son las ayudas, les explicamos cómo han sido las capacitaciones que nos han dado, se las damos a conocer cada una por aparte. Por ejemplo, cómo secar la madera, que ha sido una de las mayores enseñanzas que nos han dado”.
Reitera que “hemos cuidado los bosques y hemos ayudado a que la gente los cuide, les decimos cómo es el aprovechamiento sostenible, se les explica a los campesinos todo sobre el manejo de la manera legal. Ha sido un fortalecimiento bueno para todos y para hacer un buen pacto ambiental”.
Pero dice que “podríamos hacer más . Nos falta orientar a más gente, porque no tenemos mucho acceso directo con el campesino, hace mucha falta ayudar a más personas para así proteger los bosques. No tenemos los recursos para hacer un trabajo más amplio de pedagogía”.
“Desde Asoefa hacemos un llamado a la empresa privada y a las autoridades para que nos brinden más apoyo. Nuestro objetivo es trabajar la madera legal y contribuir al cuidado de la selva, hacer pedagogía para que no destruyan los bosques. Hasta ahora las ayudas han sido mínimas, tal vez la mejor fue la de Alpina, pero nosotros como ebanistas y desde la Asociación podemos hacer más”, asegura Edelberto.