Perspectiva. Luz ‘ilumina’ el cuidado de bosque alto andino en Chaparral | El Nuevo Siglo
LUZ AIDA Rodríguez (primera de izquierda a derecha) trabaja por el cuidado del bosque alto andino en Chaparral, Tolima. /Fotos Archivo personal.
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Viernes, 14 de Abril de 2023
Redacción Medio Ambiente

82 familias pertenecientes a la Asociación de Mujeres Irco (Asmuirco), se comprometieron a erradicar la tala de árboles y a cuidar los nacimientos de agua

Custodiar alrededor de 2 500 hectáreas de bosque alto andino y sus servicios ecosistémicos, son la motivación diaria de la agricultora Luz Aida Rodríguez.

Ella, junto a integrantes de 82 familias de 13 corregimientos de las veredas El Limón y La Marina en Chaparral (Tolima), pertenecientes a la Asociación de Mujeres Irco (Asmuirco), firmaron acuerdos individuales con el PDET Sur del Tolima para desarrollar un programa de conservación durante dos años.

Sin embargo, esta agricultora de 40 años, es líder de su comunidad desde hace más de 12 años y ha dedicado los últimos siete a trabajar por el medio ambiente.

“Vi la necesidad de desarrollar programas y proyectos que permitieran mejorar la calidad de vida de mi comunidad y salvaguardar los ecosistemas en los que desarrollamos nuestras actividades, esto porque amo mi territorio y siempre he estado segura de que es nuestra responsabilidad cuidar los recursos naturales para tener un futuro posible”, dice Luz Aida.

Añade que “quiero resaltar que hace 7 años hemos realizado conjuntamente mayores esfuerzos frente a actividades para mejorar el ambiente entre nosotros. Por ellos, hemos golpeando puertas de diferentes instituciones públicas y privadas porque esto es un trabajo que requiere esfuerzo, dedicación, amor y recursos”.

Su amor por la naturaleza lo comparte con su familia. “En mi casa somos mi mamá y mi hijo. Ellos también están enfocados en ayudar a conservar nuestros recursos naturales, siempre se unen a las campañas que realizamos e incluso me ayudan a desarrollarlas, a hacer las convocatorias y demás temas de logística que cada actividad requiere”, explica.

“Además tengo la fortuna de que un primo y una tía con su núcleo familiar están a nuestro lado avanzando en cada uno de estos procesos que sin duda tienen como objetivo principal cuidar el bosque alto andino”, agrega.

Afirma, que esta agricultura que habita en la vereda Tres Esquinas, “siempre he tenido el pensamiento de que cuidar esta tierra es una necesidad y que se debe empezar hacerlo ya, sin embargo, un día mientras sostenía una charla con la doctora Carolina Vásquez, donde hablábamos de temas de medio ambiente, sus problemáticas como la tala de árboles, la contaminación que ya veíamos en nuestros espacios y que, además, se extendía y afectaba a los animales que habitan y recorren estas montañas, las consecuencias del mal manejo de residuos en las actividades diarias, agrícolas y pecuarias que veíamos sobre los nacimientos de agua que antes eran cristalinas y que ahora se veían turbias, entre otras cosas; nos llevó a pensar en llevar nuestras ideas a convocatorias públicas, y allí encontramos la de ‘Colombia Sostenible’, nos postulamos junto con la Universidad de Ibagué, que siempre nos apoyó con el modelo de negocio y nos impulsó tanto que ahora estamos acá ya poniendo en marcha lo que tanto soñamos”.



El proyecto

El trabajo inició en julio del año 2022. “Desde esa época dirigimos nuestra atención y esfuerzo a sacar este proceso adelante”, indica.

El proyecto está pensado para desarrollarse en dos años, “pero las familias beneficiadas tenemos la firme convicción de que después de esto vamos a tener un trabajo constante y de por vida para proteger estas áreas que son nuestro mayor orgullo”.

“Somos 82 familias las que estamos siendo beneficiarios directamente, pero también la mayoría de las personas que habitan el territorio, así no estén incluidas en el proyecto, han entendido, observando nuestro trabajo la importancia de lo que hacemos y están comprometidos con ser parte de este necesario cambio”, manifiesta.

“El proyecto, como su nombre lo indica, ‘Funciones Ecosistémicas al Servicio de la Agricultura: Esquema de Pago por Servicios Ambientales (PSA), en Biodiversidad y Calidad Hídrica’, es muy integral, único en el municipio, porque se enfoca no sólo en la parte de bosque que hay en cada una de nuestras fincas, sino también los cultivos, los animales, la producción, la contaminación que generen cada uno de ellos y organiza las transformaciones productivas y económicas que debemos tener, además nos dan todas las bases necesarias para aprender sobre el manejo de residuos, de aguas negras, entre otros que nos pueden afectar si no solucionamos prontamente”, explica Luz Aida.

Señala que “esta comunidad está demasiado comprometida con la preservación del bosque y todos los recursos que él nos ofrece, por eso, erradicamos de nuestras vidas las acciones que pudieran generar daños como la tala de árboles, el aislamiento de bosques, el cuidado de los nacimientos y todas las demás formas de conservación que conocemos”.

La asociación está en 13 veredas de los corregimientos de La Marina y el Limón, “y en todas ellas trabajamos en esta labor, sin embargo, me he enfocado más en la vereda Tres Esquinas, que se encuentra, aproximadamente a siete minutos del centro poblado de El Limón, ya que mi finca se encuentra ubicada en este sector, por lo que se me facilita desarrollar mi trabajo allí”, indica.

Dice que “los trabajos que realizamos son demasiados y se alternan dependiendo de las necesidades que vayamos teniendo en la comunidad, por ejemplo aislamos las zonas de bosque de las cabezas de ganado, reforestamos los nacimientos para asegurar el abastecimiento del recurso hídrico y en zonas que tienen amenaza de deslizamiento, para lograr amarrar los suelos y evitar estas situaciones que afectan las viviendas, las vías por las que nos movilizamos y todas las otras actividades con las que sabemos que contribuimos a nuestro objetivo”.

Por su labor, con la firma del convenio, empezaron a recibir incentivo económicos por la conservación del bosque alto andino, “dinero que invertiremos en procesos que nos permitan desarrollar nuestras actividades agrícolas y pecuarias sin afectar la naturaleza, también tendremos recursos en especie para que de acuerdo a la necesidad de cada beneficiario se construyan sistemas que ayuden a la descontaminación de nuestras áreas, además recibimos capacitaciones por parte de la Universidad de Ibagué y otras entidades que se han unido al proceso; obtendremos árboles para reforestación, análisis de suelos, planes de fincas, tecnologías para la descontaminación de las heces de los cerdos como los biodigestores, biojardineras, manejos de aguas mieles, fosas para el aprovechamiento de la cereza del café, cercas vivas, cercas de alambre de púa, entre otros que generan un beneficio integral para nosotros”.

Menciona que los principales cuidados a que son sometidos los predios en donde está el bosque andino alto son la no tala de árboles, mantener lejos el ganado, evitar realizar vertimientos de residuos a las fuentes hídricas, reforestar las zonas sin cobertura boscosa.

“Tenemos diferentes especímenes, pero los que más llaman la atención son los mamíferos como el oso de anteojos, por la importancia que tiene este animal como especie sombrilla que se encarga de llevar las semillas a diferentes zonas que recorre, además por nuestras zonas transitan zorros, hormigueros, ardillas, dantas y muchas aves que iluminan el cielo con sus llamativos colores, muchos reptiles, anfibios e insectos, y cada uno de ellos cumple su respectiva función para mantener nuestros ecosistemas. En cuanto a flora son muchísimas especies, pero resaltó el cámbulo, chicalá, bilibil, diomate, aceituno balso, samán y guamo”, afirma.