Perspectivas. José, un motor del silvopastoreo en Antioquia | El Nuevo Siglo
JOSÉ URBANO es el coordinador del proyecto de silvopastoreo en Yondó y Remedios, Antioquia.
/Programa Colombia Sostenible
Domingo, 9 de Abril de 2023
Redacción Medio Ambiente

Promover la conservación de ecosistemas estratégicos es el objetivo del proyecto agroambiental con el que familias campesinas protegen 250 hectáreas de bosques e implementan un modelo de ganadería regenerativa en Yondó y Remedios (Antioquia).

Con esta intervención no solo aportan en la reducción de la deforestación, sino que implementan una estrategia de mitigación y adaptación al cambio climático que fomenta la sostenibilidad ambiental y socioeconómica entre la población rural residente en una de las zonas más afectadas por el conflicto armado en el país.

Al frente de la iniciativa está José Urbano, un médico veterinario zootecnista especializado en salud pública, de 41 años de edad y quien lleva 11 años trabajando por el medio ambiente.

Dice que lo motivó a trabajar en esta iniciativa “la necesidad de generar acciones tendientes a mitigar el impacto ambiental de la ganadería sobre los ecosistemas y hacer de esta una actividad sostenible y coherente con el medio ambiente”.

“Nosotros los veterinarios salubristas pensamos que debemos tener acceso a alimentos inocuos y verdaderamente sanos, por tanto, pensar en alimentos sanos es necesariamente pensar en agroecosistemas sanos, propendiendo siempre porque exista la relación suelo-planta-animal. Ese es el principio básico de la epidemiologia ambiental o salud ambiental, como también se conoce esta relación”, explica.

Sostiene que “nosotros aprendimos a hacer ganadería tradicional pensando que los potreros debían ser hermosos "desiertos verdes" en donde los árboles eran indeseables porque generaban sombra y no dejaban crecer las gramíneas (pasturas), olvidando el efecto benéfico de estos no sólo desde la perspectiva productiva, sino también de bienestar animal. Comenzar a sembrar árboles en potreros degradados es un buen primer ejercicio hacia la sostenibilidad de la producción ganadera”.

José no es el único de la familia que trabaja por el medio ambiente. “Mi esposa es ingeniera ambiental y por tanto siempre ella ha apoyado y sugerido la necesidad de adoptar acciones de manejo productivo que pueden ser implementadas en los sistemas productivos”, asegura.

Una necesidad

Señala que la idea del programa de silvopastoreo “surge de la necesidad de implementar medidas de mitigación y adaptación al cambio climático, de la necesidad de recuperar los paisajes degradados por la acción de la ganadería tradicional en comunidades vulnerables, de la necesidad de que la actividad ganadera sea compatible con los servicios ambientales que pueden prestar los agroecosistemas ubicadas en áreas de interés estratégico ambiental para los territorios”.

El proyecto comenzó el 11 de mayo de 2022 y de él forman parte 65 familias de Remedios y 42 de Yondó, municipios pertenecientes a la subregión nordeste y Magdalena Medio antioqueño.

“Este proyecto consiste en implementar el Pago por Servicios Ambientales (PSA), mediante la estrategia/metodología Banco2 y el establecimiento de 65 hectáreas en sistemas silvopastoriles (SSP), como una estrategia de mitigación y adaptación al cambio climático, con pequeños ganaderos”, explica José.

Agrega el médico veterinario que “cada una de las 65 familias participantes firma un acuerdo voluntario de conservación ecosistémica durante 24 meses, en donde se compromete a no intervenir áreas estratégicas para la generación de servicios ambientales asociados a captura de carbono, conservación de la biodiversidad de flora y fauna previamente identificada y garantizar el cuidado de nacimiento de aguas y acuíferos”.

“Cada familia recibe un incentivo económico trimestral en dinero (Pago por Servicios Ambientales - PSA), además de insumos agropecuarios necesarios para el establecimiento de los sistemas silvopastoriles, en donde empleamos especies forrajeras arbustivas y arbóreas nativas de cada ecosistema”, indica.

Añade que “este proyecto se financia con recursos del fondo Colombia en Paz a través del Programa Colombia Sostenible, recursos de la Corporación para el Manejo Sostenible de los Bosques - Masbosques y recursos de contrapartida en especie por parte de las familias participantes”.

Capacitación

Manifiesta José que “las familias reciben acompañamiento técnico mediante estrategias de extensión rural, en temas relacionados con monitoreo ambiental participativo, toma y análisis de muestras de suelo, establecimiento de pastiárea y sistemas silvopastoriles, ganadería regenerativa, fabricación de abonos orgánicos, fortalecimiento de capacidades de gestión comunitaria, mejoramiento genético e inseminación artificial y plan de gestión social y ambiental”.



Además, la iniciativa se replica en otras zonas del país. “Lo interesante de este tipo de proyectos que se fundamentan en prácticas de extensión y sociología rural es que se convierten en ‘vitrinas’ que permiten hacer demostración de método y desde esta perspectiva, cuando un productor ve que algo le funciona al vecino, entonces replica y adopta”.

Es por ello que ya están en marcha 200 proyectos, de los cuales 36 contemplan acciones de conservación, a través de restauración ecológica (activa y pasiva) y la implementación de esquemas de Pagos por Servicios Ambientales en áreas rurales de los municipios PDET, es decir, aquellos priorizados por el Gobierno Nacional para la implementación del Acuerdo de Paz y que son nuestra geografía de intervención.

Las iniciativas son elegidas mediante convocatoria pública realizada en 2019. Más de 14.800 familias campesinas, indígenas y afrocolombianas protegen 23.187 hectáreas de áreas de especial importancia ambiental, incluidos los bosques naturales en los departamentos de Antioquia, Arauca, Bolívar, Cauca, Cesar, Córdoba, Nariño, Putumayo, Sucre, Tolima y Valle del Cauca.

De los 36 proyectos del PCS que contemplan actividades de conservación de la biodiversidad, doce son implementados por comunidades étnicas (indígenas y afrocolombianos) en territorios colectivos como resguardos indígenas y consejos comunitarios, con los cuales protegen alrededor de 11 mil hectáreas de bosques y otras áreas estratégicas.

Sin embargo, el proyecto no ha estado exento de dificultades. “Hay situaciones de orden público que en ocasiones nos restringen la movilidad dentro de los territorios. Este es un proyecto que se ejecuta en municipios PDET que fueron afectados directamente por el conflicto armado y aún quedan aristas por subsanar en las dinámicas sociales políticas de estos territorios”, dice José.

Señala que “nuestra principal meta en aspectos productivos es incrementar la capacidad de carga animal por unidad de área, es decir, pasar de 1 animal/hectárea a 3 animales/hectárea. Esto les permitirá a las familias mejorar su productividad sin ampliar la frontera agrícola y sin intervenir las áreas de protección ambiental (sin tumbar más bosques)”.

“En este proyecto, que combina el componente de conservación y de producción sostenible del Programa, participan familias campesinas y víctimas pertenecientes a la Asociación Asparem y la Asociación Ambientalista para la Conservación de los Humedales de Yondó (Asohumedales)”, según el Programa Colombia Sostenible.

El PCS invierte $3.235 millones en la iniciativa, los cuales se complementan con una contrapartida local en dinero y/o en especie por $2.034 millones, recursos que son administrados por la Corporación para el Manejo Sostenible de los Bosques (Masbosques) e invertidos en insumos, herramientas, asistencia técnica integral y fortalecimiento de capacidades para las asociaciones beneficiarias.