Durante los últimos dos años se han presentado sequías extremas en toda la región Amazónica con efectos muy negativos para las comunidades ribereñas y la fauna acuática.
Esto ha sido particularmente grave en el caso de los delfines de río, ya que entre septiembre y octubre del 2023 se reportó la muerte de más de 330 delfines rosados y grises en dos sistemas lagunares de Brasil. La causa de muerte de estos cetáceos fue aparentemente el choque térmico por temperaturas de 40 grados centígrados en el agua y saturación de humo por los incendios.
Como parte de la Iniciativa Suramericana de Delfines de Río (SARDI), se han venido haciendo monitoreos de la salud de estas especies en Brasil y Colombia por más de cuatro años como un mecanismo para evaluar la salud de los ríos donde habitan.
Entre el 26 de agosto y el 1° de septiembre de 2024 en medio de una sequía extrema, se llevó a cabo un nuevo monitoreo para evaluar la salud de los delfines de río, de la especie Inia geoffrensis, en el área de influencia del sitio Ramsar/OMEC lagos de Tarapoto, sobre el río Amazonas en zona fronteriza entre Colombia y Perú.
Este estudio, liderado por la Fundación Omacha se desarrolló en trabajo conjunto con Dolphin Quest, en alianza con la organización National Marine Mammal Foundation, la Fundación Bioparque Ikozoa y la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Sur de la Amazonía (Corpoamazonía).
Evaluación
María Jimena Valderrama Avella, médica veterinaria de la Fundación Omacha, explicó que: “Al igual que los humanos nos realizamos chequeos médicos para cuidar nuestra salud, desde la Fundación Omacha y con apoyo de National Marine Mammal Foundation realizamos evaluaciones de salud a los delfines de río. Estas evaluaciones permiten analizar y entender el estado de salud de esta especie. Durante los últimos cuatro años, hemos desarrollado el programa de Health Assessment, a través del cual hemos recolectado valiosa información y muestras que nos están ayudando a identificar amenazas actuales y futuras”.
Agregó que “este conocimiento es clave para generar soluciones que protejan tanto a los delfines, como a los ríos que sustentan la vida en la Amazonia”.
Durante la evaluación, un equipo de profesionales de la Fundación Omacha realizó exámenes clínicos a nueve delfines que incluyeron la revisión de los sistemas respiratorio, reproductivo y de diferentes órganos, como la piel, los ojos y mucosas. Además, se tomaron muestras de sangre para analizar el funcionamiento renal, hepático y pancreático, así como el estado del sistema inmunológico y sanguíneo.
Adicionalmente, se recolectaron muestras de tejido para evaluar la concentración de mercurio y realizar estudios genéticos. Como parte de los exámenes, se efectuaron ecografías para examinar los sistemas respiratorio y reproductivo de los animales. Estos exámenes se practicaron en siete delfines hembras y dos machos. Además, a un delfín macho se le instaló un transmisor satelital, tipo «arete», en la aleta dorsal para obtener datos sobre los desplazamientos de los delfines de río en sus hábitats en la cuenca del río Amazonas. Preliminarmente, se encontró que algunos delfines gozan de buen estado de salud, pero otros presentaban evidencias de enfermedades respiratorias.
La doctora Forrest Gómez, directora de Medicina de Conservación y Operación GRACE de la organización National Marine Mammal Foundation, comentó: “Después de estos exámenes veterinarios, tenemos con una imagen preliminar de la salud de los delfines examinados. La información recopilada llenará los vacíos de datos críticos en el conocimiento de la salud de esta especie en peligro de extinción y así tener información adecuada para posibles estrategias de mitigación y conservación en un momento crítico”.
En el desarrollo de las evaluaciones de estado de salud participó Jorge Cayetano Santos, coordinador de territorio y guía local del resguardo indígena Mocagua, quien afirmó: “Dentro de los pueblos indígenas, los delfines rosados son de gran importancia y como pueblos indígenas no sabíamos que estas especies también tienen enfermedades”.
“Hay que proteger y cuidar a estas especies que tienen una gran energía, nos enseñan a trabajar en equipo y a cómo vivir”, añadió
Las sequías
En esta región de Colombia, el régimen de lluvias genera cuatro grandes momentos que determinan el caudal en los ambientes acuáticos de la zona: aguas altas, entre febrero y abril; aguas en descenso, entre mayo y julio; aguas bajas, de agosto a octubre y, finalmente, aguas en ascenso, entre noviembre y enero. En la época aguas bajas, el nivel y la circulación del agua disminuye, y la fauna, la flora, así como las comunidades humanas que habitan en la región, se han adaptado a esta estacionalidad climática.
Sin embargo, las intensas sequías que se han presentado en el Amazonas han generado efectos negativos para la biodiversidad y las comunidades locales.
Ante esta situación, el pasado 12 de agosto, la Alcaldía Municipal de Puerto Nariño, Amazonas, decretó la Situación de calamidad pública.
Fernando Trujillo, director científico de la Fundación Omacha señaló que “este tipo de evaluaciones nos permiten entender el estado de salud de los ríos, a través de especies emblemáticas como los delfines. Ríos saludables garantizarán poblaciones humanas saludables y el buen estado de la biodiversidad. Este tipo de evaluaciones se deben continuar de manera regular como parte de la aproximación de una sola salud (One Health)”.
Además, agregó que “en la Fundación Omacha hemos recibido cinco reportes de delfines de río muertos, desde el mes de agosto, en las localidades de Puerto Esperanza, lago El Correo, Patrullero y Boyahuazu, Amazonas. La muerte de estos delfines no está relacionada con las mismas causas de altas temperaturas ocurridas el año pasado en Brasil. Hemos identificado preliminarmente que los delfines murieron atrapados en redes de pesca. Cuando baja el agua, desafortunadamente se colocan gran cantidad de redes atravesadas, de lado a lado, en los caños y cuando los delfines intentan pasar, quedan atrapados y pueden morir”.