DESDE hace 25 años, cuando acabó la Unión Soviética, el gas ruso se suministró a Europa a través de gasoductos que pasan por Ucrania, pero este país decidió ayer poner fin a ese tránsito, tensionando el mercado energético y grave preocupación en varios países, especialmente los de Europa oriental, que serán los más afectados.
El gobierno de Volodimir Zelenski cerró la llave de paso de ese combustible fósil a causa de la guerra que mantiene con Ucrania desde hace casi tres años y consideró el hecho, según el propio mandatario, “una de las mayores derrotas de Moscú”. Sin embargo, tanto su economía se verá afectada al igual que servicios básicos en las naciones del este del Viejo Continente, como ocurre en Moldavia donde se declaró el estado de emergencia, Transnitria (su región separatista donde se cortó la calefacción y agua en pleno invierno) o Eslovaquia, que advirtió sobre el aumento de costos que tendrá para todos los miembros de la Unión Europea.
Su primer ministro, Robert Fico, aseguró que "detener el tránsito de gas a través de Ucrania tendrá un impacto drástico para todos nosotros en la UE, pero no para la Federación Rusa”.
El gobernante eslovaco amenazó con cortar el suministro de electricidad que Ucrania necesita debido a los daños en su infraestructura energética después de casi tres años de bombardeos rusos.
Kiev y Moscú confirmaron que el cierre de la llave de gas a Europa, vía Ucrania, tras expirarse el contrato de cinco años que ambos firmaron en 2019 y no que no se renovó por la actual guerra.
"Hemos interrumpido el tránsito de gas ruso, es un acontecimiento histórico. Rusia pierde mercados y sufrirá pérdidas financieras", se felicitó el ministro ucraniano de Energía, Guerman Galushchenko, citado en un comunicado, mientras que el gigante ruso Gazprom, en otro comunicado informó que “desde las 08:00 (05:00 GMT) no se ha suministrado más gas ruso para el tránsito vía Ucrania".
El contrato que permitía el abastecimiento de gas ruso a Europa se había mantenido vigente hasta su vencimiento pese a la guerra, beneficiando económicamente a ambas partes, como lo evidencian las cifras oficiales: el tránsito por esa vía ascendió a 14.650 millones de metros cúbicos en 2023.
Aunque el continente europeo intenta romper su dependencia del gas ruso desde 2022, varios países de Europa oriental aún dependen de Moscú para suplir su demanda energética.
Casi un tercio del gas ruso vendido a Europa pasaba hasta ahora por territorio ucraniano, indicó Phuc-Vinh Nguyen, director del Centro de Energía del Instituto Jacques Delors.
Con esta decisión y más de dos años después del sabotaje de los tubos del Nord Stream en el mar Báltico, el Viejo Continente solo se abastecerá ahora de gas ruso a través del gasoducto TurkStream y su prolongación Balkan Stream (construcciones submarinas en el mar Negro hasta Bulgaria, Serbia y Hungría) o por importación de gas natural licuado (GNL) ruso en buques cisterna.
UE minimiza impacto
Si bien la Unión Europea aseguró estar "preparada" para el corte del gas ruso vía Ucrania, que corresponde a solo el 5% de los 10.000 millones de metros cúbicos que importa el bloque, las alarmas se dispararon en los países del este.
"La Comisión (Europea) ha estado trabajando más de un año preparándose para este escenario”, afirmó el organismo en un comunicado en el que agrega que “la UE ha fortalecido su infraestructura de gas en los últimos años y brindado suministros alternativos a los países afectados”.
Eslovaquia es el único país del bloque afectado después de que Austria decidiera, en diciembre, finiquitar su contrato a largo plazo con Gazprom, ya que Hungría recibe la mayor parte de sus importaciones por el mar Negro.
Entre tanto, la situación es crítica en Moldavia -fronteriza con Ucrania- que además debe lidiar con separatistas apoyados por Rusia en la región de Transnistria, donde desde la mañana de ayer se cortó la calefacción y agua. Por ello, la empresa Tirasteploenergo instó a los ciudadanos a sellar ventanas y puertas para paliar el intenso frío invernal.
Moldavia también tendrá que adoptar medidas para reducir en un tercio su consumo de gas. Su presidenta, la líder proeuropea Maia Sandu, acusó a Gazprom de provocar una crisis energética y denunció que se niega a suministrar gas a través de una ruta alternativa. Rusia suministra a ese diminuto país unos 2.000 millones de metros cúbicos de gas al año a través de Ucrania.
El pasado sábado, dicha empresa rusa había anticipado que otra de las razones por las que suspendería los envíos de dicho combustible era por la disputa en torno a una deuda.
Impacto en el mercado
Tras el estallido de la guerra en Ucrania (febrero de 2022) la Unión Europea redobló sus esfuerzos para reducir su dependencia del aparato energético ruso buscando fuentes alternativas y contratos con otros países como Qatar y Estados Unidos, que han ayudado al bloque comunitario a mantener los precios estables a pesar de la desconexión con Rusia.
No obstante, Gazprom también ha sufrido el corte de las compras de gas por parte de los países europeos. En el último año, la estatal rusa ha registrado unas pérdidas superiores a los 7.000 millones de dólares, la primera vez que firma números rojos desde 1999 y esto a pesar de los esfuerzos de la compañía por tratar de compensar esta caída de las exportaciones hacia occidente de la mano de China.
"La infraestructura de gas europea es lo suficientemente flexible como para suministrar gas de origen no ruso a Europa central y oriental a través de rutas alternativas. Se ha reforzado con importantes nuevas capacidades de importación de gas natural licuado desde 2022", ha afirmado la portavoz de la Comisión Europea Anna-Kaisa Itkonen.
A pesar de la detención de los flujos, no se prevén impactos sustanciales en el mercado energético europeo por la desconexión con Rusia. El mercado del gas mantiene unas cotizaciones estables en el entorno de los 48,50 euros por megavatio hora.
No obstante, a pesar de los avances de la UE en el reemplazo del suministro ruso a través de Ucrania, Europa ha sentido el impacto en forma de mayores costes energéticos que han afectado a la competitividad de la industria comunitaria, en especial, la alemana frente a Estados Unidos y China.
Además, Ucrania también sentirá los efectos de esta desconexión energética ya que se enfrenta a la pérdida de unos 800 millones de dólares al año en tarifas de tránsito desde Rusia, mientras que Gazprom perderá cerca de 5.000 millones de dólares en ventas de gas.
Sin duda, una “decisión histórica” como lo dijo el ministro de energía ucraniano y que impactará la Unión Europea.