Aunque el suspenso por la formación del nuevo gobierno israelí acabó con el aval que recibió ayer el Kneset (Parlamento), la incertidumbre sobre su duración copa el espectro político en este país que acaba de darle un nuevo mandato al primer ministro Benjamín Netanyahu.
Este cuarto gobierno de Netanyahu no es sólo el más ubicado a la derecha en la historia política de ese país, sino el que tal vez se logró conformar con una exigua coalición, apenas raspando la mayoría requerida, con 61 diputados delos 120 que componen el Parlamento.
Es por ello que Netanyahu deberá emplearse a fondo y las tratativas con sus ahora aliados deberá ser con “manos de seda”, porque la deserción de un solo diputado de la coalición llevará al traste su cuarto gobierno.
La aprobación parlamentaria reflejó así la marcada división política israelí. Netanyahu y su equipo de gobierno recibió el aval por 61 votos a favor contra 59 en contra. In extremis, la coalición mayoritaria se salvó ya que uno de sus diputados, Ayub Kara, que estaba hospitalizado, llegó a la sesión.
Kara es druso, y hace algunos días dijo que a su juicio era "impensable" que no hubiera ningún representante de su comunidad en el gabinete.
Impensable también es que el centro de gravedad del nuevo gobierno de Netanyahu se haya desplazado más a la derecha y que entre las prioridades de su agenda se encuentre el proceso de paz con los palestinos, algo que antes de las elecciones el premier había descartado.
Las negociaciones para formar la hoy coalición gobernante fue prolongada pero sobre todo dura, al punto que Netanyahu tuvo que ceder más ministerios de lo previsto a los socios de su partido, el derechista Likud. Como antesala, logró que el Parlamento adoptara una ley que le permite nombrar a más ministros que antes.
Unos 15 diputados del Likud pelearon, hasta último minuto, una docena de ministerios reservados al partido tras las negociaciones con sus aliados de la coalición: el partido ultraderechista Hogar Judío, dos partidos ultraortodoxos, Judaísmo Unido de la Torá y Shas, y Kulanu, un partido de centroderecha.
Dos miembros del Likud conservarán sus ministerios: el titular de Defensa, Moshe Yaalon, y el de Transportes, Israel Katz, que también se encargará de la cartera de Inteligencia, según anunció el partido. Yuval Steinitz, ex ministro de esa cartera clave en el gobierno, pasaría por su parte a ocupar el ministerio de Energía, pero con control director del tema de la energía nuclear iraní, uno de los asuntos más importantes de la política exterior israelí.
El propio Netanyahu se reservó la cartera de Relaciones Exteriores.
Diálogos de paz
La debutante coalición gubernamental considera la paz con los palestinos como uno de sus mayores objetivos, según el texto que publicó el miércoles con sus líneas directrices.
El texto no menciona, sin embargo, la creación de un Estado palestino independiente, aunque esa iniciativa está en el centro de todos los proyectos elaborados por la comunidad internacional para zanjar un conflicto de varias décadas.
Netanyahu había descartado la creación de un Estado palestino durante la campaña de las legislativas del 17 de marzo, aunque se retractó poco después.
En ese contexto, el Vaticano usó, por primera vez el miércoles, las palabras "Estado de Palestina" en un documento oficial, un paso que los analistas interpretan como una señal de la creciente presión internacional, especialmente de Europa, sobre el nuevo gobierno israelí.
Según un responsable israelí citado por el diario popular Yedioth Aharonoth, Estados Unidos y Europa "coordinaron completamente sus posiciones sobre Israel".
"Los responsables europeos se disponen a tomar decisiones graves (...) y los estadounidenses ya no tienen intención de permanecer pasivos al lado de Israel", añadió.
Para el periódico, los europeos, descontentos con la parálisis del proceso de paz y las nuevas construcciones en las colonias, lanzarán una iniciativa justo después de la investidura del nuevo ejecutivo israelí.
Un artículo publicado este jueves en portada del diario Haaretz habla de fuertes tensiones entre Israel y Francia sobre la cuestión palestina.
Un corresponsal del periódico revela que los diplomáticos de ambos países tuvieron una reunión complicada la semana pasada, sobre todo por la voluntad del ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, de presentar una nueva resolución sobre el conflicto israelo-palestino ante el Consejo de Seguridad de la ONU./EL NUEVO SIGLO con AFP
BENAJMIN NETANYAHU arrancó ayer su cuarto gobierno con una coalición de derechas.