Obras de Bogotá han afectado ecosistemas: Fundación Humedales | El Nuevo Siglo
Emmanuel Escobar, director de la Fundación Humedales Bogotá
Cortesía
Jueves, 2 de Febrero de 2023
Redacción Nacional

Los humedales son ecosistemas estratégicos que se convierten en islas de biodiversidad y que brindan una serie de servicios ecosistémicos a ciudades urbanizadas como Bogotá. No obstante, pese a su importancia, en los últimos años se han registrado diversas problemáticas relacionadas con la falta de cuidados para estos. 

Bajo esta premisa y en el marco del Día Internacional de los Humedales, celebrado ayer, EL NUEVO SIGLO habló con Emmanuel Escobar, director de la Fundación Humedales Bogotá, sobre el panorama de estos ecosistemas en la ciudad y la responsabilidad social en torno a su conservación. 

El director señaló que el panorama actual de los humedales en Bogotá es complejo y diverso.  

“No todos están en la misma situación, hay unos humedales que pueden estar mejor que otros, pero en términos generales en la administración de Claudia López han estado bajo la problemática de unas obras que heredaron de la alcaldía de Enrique Peñalosa”, explicó el director. 

Señala además que en algunos humedales se adelantaron muchas obras que terminaron afectando los ecosistemas, algunas de ellas endurecieron los humedales. “Les aplicaron cemento, realizaron senderos que no se necesitaban y finalmente ese dinero perfectamente se hubiese podido utilizar para la recuperación y la descontaminación del agua, para garantizar que les llegara agua limpia, para la restauración de sus ecosistemas”, enfatizó.

La importancia 

Emmanuel explicó la manera en la que los humedales contribuyen a mitigar el impacto ambiental que se presenta en ciudades como Bogotá. 

“En la medida que podamos garantizar que sobrevivan los pocos humedales que nos quedan, podemos garantizar que vamos a tener mejor calidad de aire, que vamos a poder regular el ciclo hídrico, es decir, que en lluvias vamos a ser un poco más resilientes ante las inundaciones, que vamos a poder tener mayores hábitats para nuestra biodiversidad, que vamos a tener una mejor reserva hídrica para el futuro”, señaló. 

Asimismo, indicó que los humedales aportan considerablemente a la salud mental y física por ser lugares en los que se puede meditar y aprender sobre estos ecosistemas. Además, son grandes retenedores de CO2.

“En la medida que retienen CO2 van a absorber contaminación y van a liberar oxígeno para la ciudad, entonces son varios los beneficios que tienen los ecosistemas. La ventaja que tiene Bogotá es que los tiene dentro de la ciudad y que podemos disfrutarlos, pero primero hay que recuperarlos y protegerlos”, explicó el director.



 ¿Y el apoyo de las autoridades?

Pese a que la Administración distrital, en cabeza de la alcaldesa Claudia López, ha aseverado que diversas estrategias han sido implementadas para la protección de los humedales, el director de la Fundación señala que hace falta apoyo. 

“El presupuesto que se le asignó en esta Administración a los humedales no es suficiente para las necesidades que requieren, eso sumándole las obras que perjudicaron a muchos humedales. Además, los equipos que delega la Secretaría de Ambiente para cada uno de los humedales no son suficientes, no dan abasto en muchos de los humedales; hoy todavía algunos están cerrados porque están en obras o por el mal estado de sus senderos por el invierno”, advirtió Escobar.

Asimismo, aseveró que no se han tomado decisiones oportunas para que la ciudadanía los pueda disfrutar e hizo un llamado a la Alcaldía para que replantee y destine un mayor presupuesto para los humedales. 

El aporte de la ciudadanía

El director de la Fundación Humedales Bogotá explicó la manera en la que los ciudadanos pueden aportar al cuidado y conservación de estos ecosistemas.

“La ciudadanía debe cobrar mayor protagonismo, tener un mayor empoderamiento, darse la oportunidad de conocer los humedales de la ciudad. La mayoría de los bogotanos o personas que viven en Bogotá no los conocen y esa es una de las grandes desventajas que se tienen”, señaló el director. 

En este sentido, Escobar enfatizó que en la medida en que más ciudadanos se apropien de estos espacios, en el buen sentido de la palabra, que los quieran y los apoyen, más se va a exigir que estén en buenas condiciones. 

“Se debe exigir a los gobiernos de turno que destinen mayores presupuestos para su recuperación y, entre todos, seguramente si se jala para el mismo lado, en la medida que haya más ojos encima de estos ecosistemas, pues van a estar en mejores condiciones. La invitación es a darse la oportunidad de conocer esa otra ciudad, esos humedales que todavía están ahí presentes, que requieren de nuestro apoyo también y que dejemos de ignorarlos. Yo creo que esa es la mejor oportunidad que tenemos como ciudad”, concluyó Emmanuel Escobar.

Humedal La Conejera

El Humedal La Conejera es un ecosistema intermedio entre lo acuático y lo terrestre. Cuenta con porciones húmedas, semihúmedas y secas, se ubica en la localidad de Suba y pertenece a la cuenca de Torca. El humedal contribuye a la regulación del caudal del río Bogotá, tanto en época de lluvias como en temporadas de estiaje mantiene un nivel hídrico estable.

La Secretaría de Ambiente compartió con EL NUEVO SIGLO el estado de la reserva distrital del Humedal La Conejera. La entidad señaló que para el año 2022, los monitoreos de biodiversidad indicaron la presencia de 44 especies de aves, 13 familias de artrópodos, siete especies de mastofauna y una especie de herpetofauna.

En este sentido, se determinó que es el humedal que reporta mayor número de especies en aves. Además, se identificaron las siguientes especies endémicas (focales y valores objeto de conservación): 

Picocono rufo (Conirostrum rufum), la monjita bogotana (Chrysomus icterocephalus bogotensis), el jilguero andino (Spinus spinescens), el chamicero cundiboyacense (Synallaxis subpudica), el periquito de anteojos (Forpus conspicillatus), la tingua moteada (Porphyriops melanops bogotensis), la ardilla roja (Leptosciurus pucheranii), la musaraña (Cryptotis thomasi); la serpiente sabanera (Atractus crassicaudatus), la lagartija bogotana (Anadia bogotensis), la lagartija rayada (Riama striata) y la rana sabanera (Dendropsophus molitor), las cuales van a ser objeto de monitoreo durante los próximos tres años.