La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, en Estados Unidos, estableció celebrar el Día Internacional del Cine el segundo sábado de febrero de todos los años. No obstante, la invitación es a que estas producciones se vean a lo largo de este mes, ya que Bogotá es el epicentro de historias que invitan a la reflexión desde sus distintas realidades.
“El cine no es solo entretenimiento, es un reflejo de la cultura y es parte de la memoria de una sociedad. Nos permite acceder a imágenes y a sonidos de otros momentos, de otras culturas. Conmemorar el cine es celebrar el archivo visual y sonoro de la humanidad y que podemos entendernos mejor como personas del mundo y de una sociedad concreta”, dice Jerónimo Rivera, profesor universitario de cine y narrativa audiovisual.
“El cine nacional es un reflejo de la identidad como colombianos, demuestra lo que hemos querido mostrar de quiénes somos, de lo que nos ha pasado, nuestras esperanzas y nuestras angustias. En ese sentido, es importante mirar y entender este cine, ver lo que cuenta y lo que no cuenta, y apropiarnos de él”, añade Rivera.
Las películas recomendadas a continuación han sido aclamadas por la crítica y han obtenido reconocidos premios nacionales e internacionales.
“Confesión a Laura” (1991)
Director: Jaime Osorio Gómez
Se trata de una producción colombo-cubano-española que fue estrenada en el Festival de Cine de Huelva de 1990. A pesar de haber sido realizada en La Habana (Cuba) recrea muy detalladamente elementos de la época de El Bogotazo y el estilo de vida de la clase media bogotana de mediados del siglo XX. Laura es una profesora de colegio solterona que vive en un apartamento a pocas cuadras de la Biblioteca Nacional, punto que fue álgido durante el caos de El Bogotazo. Justo en frente viven sus vecinos, Josefina y Santiago, que le preparan una torta a Laura por su cumpleaños, el 10 de abril. Cuando Santiago va a llevarle el pastel a Laura quedan sitiados durante 24 horas por cuenta de francotiradores; es entonces cuando su propia verdad los obligará a mostrarse tal cual son, o tal cual les habría gustado ser.
“La estrategia del caracol” (1993)
Director: Sergio Cabrera
Está película es un drama-comedia basado en un hecho real, por una noticia que el director vio en un periódico sobre un desalojo. La cinta cuenta la historia de un grupo de inquilinos que habita una magnífica casa en la calle 9 con carrera 8, en el barrio La Candelaria, que debe ser tumbada y por eso es pedida por sus propietarios, pero los inquilinos se niegan a abandonarla, así que recurren a ingeniosas maneras de llevarse la casa para otro lugar. La obra hace alusión a la solidaridad, la lucha contra la injusticia, que en la película llaman “la injusticia de la justicia”, y hace una fuerte crítica a las desigualdades de clase y a los problemas políticos de la sociedad.
“La gente de La Universal” (1994)
Director: Felipe Aljure
La cinta, catalogada como una comedia de humor negro, ha ganado un gran reconocimiento con el paso del tiempo por su humor negro y por desarrollarse en la parte céntrica de Bogotá, mostrando cómo era la ciudad a principios de los años 1990. La obra caricaturiza el diario vivir de la ciudad, que se muestra como una gran selva urbana en la que el rebusque es la manera de sobrevivir. La historia comienza cuando Gastón Arzuaga, un mafioso español preso en Colombia, contrata a “La Universal” para que vigile a su amante, Margarita, una actriz de cine porno.
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“Satanás” (2007)
Director: Andi Baiz
Este filme retrata personajes sombríos y decadentes en dinámicas en las que el sinsentido y lo absurdo imperan, y en donde Bogotá sirve como un fondo frío de los recorridos que hace el protagonista. La película está basada en el libro de Mario Mendoza, que a su vez se inspira en los hechos ocurridos en el restaurante Pozzetto en 1986, cuando un exveterano de la guerra de Vietnam asesinó a varias personas disparando indiscriminadamente contra la multitud que se encontraba comiendo en el lugar.
“Siempreviva” (2015)
Director: Klych López
Esta historia transcurre durante la toma del Palacio de Justicia, en noviembre de 1985, en un inquilinato cercano a la Plaza de Bolívar. Mientras los habitantes de la casa luchan por mantenerse a flote y salir adelante, también deben enfrentar la desaparición de una de ellos, empleada de la cafetería del Palacio. La película está basada en la obra teatral de Miguel Torres, que narra la lucha de una familia por encontrar a su hija menor, desaparecida durante la Toma del Palacio de Justicia en 1985 en Colombia. Fue ganadora en los Premios Macondo 2016.