Corretear o alimentar palomas es un “plan” para quienes visitan lugares representativos como la Plaza de Bolívar en Bogotá o la de Manizales.
Justamente en estos sitios emblemáticos están ubicadas: templos religiosos que son patrimonio y construcciones con un valor incalculable, no solo arquitectónico sino por su majestuosidad, así como antigüedad.
Allí, uno de los principales problemas es la proliferación de palomas domésticas, aves consideradas en el mundo como “especie invasora”, por la capacidad que tienen de reproducirse fácilmente y que son causantes de enfermedades y de caños a las estructuras en las que anidan.
Esa es una de las preocupaciones del padre Ricardo Andrés Vidal, vicario de la Catedral Basílica de Manizales, y quien habló de la importancia del cuidado del templo como ícono de la ciudad y de la necesidad de hacer un manejo técnico para atender este conflicto con las palomas.
“La Catedral de Manizales es, quizá, el monumento arquitectónico más grande y significativo, no solo de la ciudad, sino del Eje Cafetero. Como toda la Iglesia Católica, está comprometida con el cuidado del medio ambiente, al que no vacila en denominar, con palabras del papa Francisco, la casa común. De tal manera, que la ciudadanía puede estar tranquila y contar con nuestro compromiso total en cuanto al cuidado de la naturaleza, incluidas las palomas”.
Hasta el momento, se han intentado varias formas para evitar la proliferación de palomas, pero los resultados no han sido los esperados.
Sin embargo, se espera que el plan piloto que se está adelantando y que lidera Óscar Ospina Herrera, profesional especializado de la Subdirección de Biodiversidad y Ecosistemas de la Corporación Autónoma Regional de Caldas (Corpocaldas), rinda frutos.
¿En qué consiste el ensayo? “La arquidiócesis de Manizales ha venido investigando desde hace varios años algunas opciones de control de la población de palomas como fauna exótica e invasora. Han explorado diferentes mecanismos, inclusive la posibilidad del maíz anticonceptivo o de rejas para proteger los vitrales. Sin embargo, todos estos ensayos que se han implementado no han sido los más adecuados o no han dado los resultados esperados, razón por la cual se está explorando la posibilidad de que a través del uso de búhos se pueda ejercer estos controles sobre la proliferación de palomas”, explica Óscar.
Señala que “a nivel mundial hay diferentes especies utilizadas que pueden resultar muy útiles en este proceso. Sin embargo, en Colombia la cetrería es incipiente. Hay muy pocas personas que manejan el tema de manera técnica y dadas las condiciones del entorno en estos lugares alrededor de la catedral es poco probable usar otras especies de cetrería. En otros países dan muy buenos resultados. No obstante, en Colombia no hay cetreros que tengan esas especies y las nacionales obviamente tienen algunas limitantes para ser empleadas alrededor de la catedral, en donde podrían resultar bajo algún riesgo”.
¿Invasora?
“No es que aquí se esté considerando a la paloma doméstica como especie invasora, sino que desde los ámbitos científicos está calificada como tal”, dice Ospina Herrera. Añade que “las especies invasoras tienen varias características y las palomas las reúnen todas, entre las cuales están la de ser especies muy exitosas reproductivamente, fácilmente adaptables, se alimentan de multiplicidad de productos, incluyendo desechos que dejan las personas. Por ello, compiten con muchas más ventajas sobre las especies nativas nuestras, desplazando o conduciendo, en algunas ocasiones, a la extinción de especies nativas”.
Frente a los daños que causan manifiesta que “las palomas, a través de su materia fecal, pueden liberar o transmitir algunas enfermedades. Igualmente, sus plumas y particularmente un polvillo que se desprende de ellas, pueden generar alergias y problemas respiratorios. Adicionalmente, los desechos asociados a las palomas, los mismos cadáveres y huevos promueven o facilitan que otras plagas y animales no deseados proliferen, como las cucarachas y las ratas, entre otros”.
“Corpocaldas no cuenta con un estimado de las palomas que existen alrededor de la catedral, pero de manera subjetiva se puede observar que el volumen en alto y aparentemente la población está aumentando día a día, gracias a la alimentación que les dan los transeúntes, lo que facilita su reproducción al tener disponible comida suficiente. No tenemos un cálculo específico de la cantidad de palomas ni de sus tasas de natalidad”, dice el encargado del ensayo para controlar la proliferación de estas aves.
Agrega que “se desconoce cuánto podría durar este proceso; sin embargo, lo estamos monitoreando muy de cerca para actuar cuando sea necesario y si el búho presenta alguna condición no deseada, cuando veamos que su bienestar esté afectado o exista algún riesgo latente para este animal”.
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¿Por qué acudir?
El búho que se está empleando para este programa piloto llegó a Corpocaldas siendo un polluelo y sin poder volar y esta labor de “antídoto” contra la proliferación de palomas la está haciendo como parte de su rehabilitación. Luego volverá a su hábitat natural.
“Se piensa en este búho porque es un animal relativamente común en Manizales y sus alrededores; por lo tanto, está en su hábitat natural y va a poder restablecer algunas condiciones naturales de sus relaciones. Como lo decía anteriormente, hay otras especies entrenadas en cetrería que son muy eficientes en estas labores, pero de las cuales no disponemos”, indica Óscar.
Asegura que “los resultados que se obtengan de este proceso servirán de base para reorientar o definitivamente descartar este tipo de manejos frente a algunas poblaciones exóticas e invasoras y también, por supuesto, para reorientar o ajustar los procesos de liberación de fauna rehabilitada por las autoridades ambientales”.
Manifiesta que, “aparte del búho que actualmente está en la catedral, no hemos explorado la opción de ningún otro animal para este proceso. A través de los años hemos visto cómo algunos halcones migratorios hacen ‘escala’ en la catedral, en donde por algunos días o meses viven en el sector de la cacería de las palomas”.
Una de las preocupaciones al acudir al búho para controlar la proliferación de palomas es la opinión de la gente y de los animalistas.
“Las opiniones de la gente, de los animalistas, ambientalistas y de los profesionales en ciencias biológicas son muy variadas. Hay desde aquellas personas que se oponen de plano a este proceso, hasta quienes lo apoyan y cada uno tiene argumentos totalmente válidos y aceptables. El objetivo es desarrollar un proceso lo más adecuado posible a la situación que estamos manejando, en este caso controlar proliferación de palomas. Son válidas y respetables cada una de estas apreciaciones y finalmente con los resultados del proceso podremos confirmar cuáles son las más acertadas frente al tema”.
En cuanto a los resultados del ensayo, Óscar dice que “todavía no tenemos un balance, pero lo que sí podemos afirmar es que el búho se ha adaptado tanto a las condiciones ambientales que reinan alrededor de la catedral como a la alimentación basada parcialmente en palomas”.