Las carpas altas de colores y el espectáculo con animales, característicos de una tradición, ya no son el acto central de la propuesta de varios “Quijotes” que desde hace más de una década le han apostado a un circo contemporáneo, en el que las historias, la dramaturgia y la danza convergen para darle sentido a un movimiento que se mantiene vigente y se reinventa, a pesar de fenómenos como la pandemia o la era digital.
Uno de estos “Quijotes” es Érika Viviana Ortega Cortez, una artista bogotana que se enamoró del arte circense cuando se desempeñaba en el mundo clown, y quien desde hace 15 años decidió unirse a gestores que reinventan cada día este arte, creando La Ventana Producciones.
“En ese entonces no había muchas compañías u organizaciones de circo y lo que encontré fue un camino y un lenguaje expresivo bastante amplio para poder empezar a proyectar mi carrera como directora y gestora”, le contó Ortega a EL NUEVO SIGLO, refiriéndose a un concepto que aparece para recuperar algunos quehaceres del circo tradicional: el circo “nuevo”, como la artista lo define, o contemporáneo.
Para Felipe Ortiz, un diseñador industrial, este encuentro con el circo nuevo se remonta a 1997, cuando en un impulso de un grupo de amigos, en el que participaba también Luisa, una antropóloga, tuvieron la idea de presentar montajes y espectáculos, sin saber que se estaban a aventurando a un arte circense contemporáneo.
“Por esa época había empezado a hacer malabares y nos preguntábamos cómo podíamos hacer un espectáculo que fuera como de danza, pero que tuviera mucho teatro y que fuera muy físico. Así fue como empezó la Gata Cirko. Empezamos a hacer eventos, espectáculos y por esa época llegó un video del Circo del Sol que nos hizo entender que lo que estábamos haciendo se dirigía a ese género del circo contemporáneo, en el cual las artes escénicas confluían y lo que hacíamos acá era una búsqueda de ese género sin saberlo”, le dijo a este Diario el director de la compañía, fundada hace 20 años, la cual es considerada una de las primeras del país.
Según cifras del Ministerio de Cultura, entre el 2012 y el 2014 funcionaban más de 500 circos tradicionales y contemporáneos en todo el territorio nacional. Sin embargo, los números se reducen hoy en día a 300 compañías, aproximadamente.
Menos animales y más historias
Uno de los elementos que caracteriza el circo contemporáneo es presentar espectáculos sin usar animales en sus actos. Una iniciativa que, para Ortiz, es “en respuesta a una evolución normal de las artes escénicas”.
“El circo tuvo su gran clímax en ese formato gigante, que viajaba en caravanas, trenes, que llevaba animales y gente exótica, y era la oportunidad de mucha gente de conocer sobre otras culturas y ver animales, gente rara, con habilidades extremas”, explicó.
Pero con la llegada de la televisión el circo perdió en cierta medida su público, lo que hizo que las entradas para los espectáculos subieran a un precio poco factible para muchos. “Pero en esa curva baja empezaron a aparecer en Europa compañías que rescataron los elementos del circo y a volverlos un poco más teatrales”, señaló Felipe.
De esta forma estas agrupaciones retomaron el circo, renovándolo con otros elementos, sin necesidad de usar animales y aumentando la integración de historias que atrapen a los espectadores. “Sin duda, el Circo del Sol termina de reinventar ese asunto y lo vuelve a poner en un punto de apogeo del circo ahora con ese apellido, el circo contemporáneo”, comentó el artista.
Por su parte, Érika asegura que fue gracias a los animalistas, en los años 70, que se empezó a eliminar la presencia de animales en los espectáculos circenses. “Se comienza en revisar que los animales no tenían todas las condiciones para vivir en un circo, pues estaban en cautiverio, eran adiestrados, pasaban por unos procesos muy difíciles. Simplemente, con sacarlos de su hábitat ya era maltrato, sin contar las otras técnicas que tenía que hacer el humano para poder montarle el número”.
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Pandemia: caminando en la cuerda floja
La llegada de la pandemia fue un fenómeno que puso al mundo de las artes escénicas a caminar en la cuerda floja, obligando a muchas compañías a proponer estrategias para no perder sus funciones, incluso a migrar a terrenos desconocidos: la virtualidad.
Tanto para la Ventana Producciones como la Gata Circo, y para todas las compañías, en el inicio de la emergencia sanitaria empezaron a surgir las deudas y una preocupación constante por desaparecer para siempre de la escena.
“Nosotros pagamos arriendo en la bodega en que funcionamos y el arrendatario no es artista, es más bien un señor que vive de la renta, entonces era muy difícil hacerle entender la situación”, recuerda Érika. Un panorama similar pasó por las instalaciones de la compañía que dirige Felipe: “Empezamos a ver qué podíamos hacer. Si lo más inteligente era entregar el espacio que teníamos en arriendo o ver de qué manera podíamos mantenerlo”.
Pero sus instintos por mantener vigente este arte los impulsaron a tomar decisiones. Por un lado, La Ventana Producciones decidió lanzar microseries como “La mujer circo” o “La vida es circo”, a través de plataformas virtuales; y por otro, La Gata Cirko le empezó a apuntar a convocatorias y becas para presentar algunas propuestas que combinaban el cine con las artes escénicas.
Aunque las dos compañías están de acuerdo en que fue una época de la cual sacaron provecho y conocieron mundos nuevos, Érika confirma que la virtualidad no es un escenario indicado para el circo. “Ese no es el terreno de las artes escénicas, es decir no es lo mismo ver una obra de teatro o un espectáculo en video o en un streaming a verlo en vivo”.
Tecnología: ¿aliada o enemiga?
La era digital y la fuerte tendencia que dejó la pandemia por la preferencia del entretenimiento a través de dispositivos tecnológicos, están aun más en auge en estos últimos meses.
Pero a pesar de esta tendencia, dominada por las nuevas generaciones, estos gestores culturales indican que para el público prevalecerá la experiencia de vivir el circo en escena sobre una función virtual.
“Hay cosas que son irreemplazables por más tecnología que exista. Creo que la experiencia en vivo, de ver seres humanos desarrollando habilidades extremas, contando historias en vivo y poniendo sus vidas en riesgo de una forma artística, eso nunca va a poder ser reemplazado”, destacó Felipe, quien a la vez toma la tecnología como una oportunidad para el arte circense: “veo es un gran potencial entre la tecnología y el espectáculo en vivo para precisamente resaltar los efectos del espectáculo en vivo”.
Y por esas razones este nuevo circo o circo contemporáneo se mantiene vigente, que en el caso de La Ventana Producciones será con la obra “Tu tranquilo”, que está en temporada en la sala Arlequín en Casa E Borrero; y con La Gata Cirko será con la celebración de los 20 años de su fundación en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo.