Más árboles en sabanas no es tan eficaz en la lucha climática | El Nuevo Siglo
UN NUEVO estudio sobre las sabanas africanas, dirigido por la Universidad de Yale y publicado en la revista ‘Nature’, sugiere el aumento de la cobertura arbórea en las sabanas no produce ganancias sustanciales.
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Viernes, 18 de Marzo de 2022
El Nuevo Siglo con Europa Press

Una de las estrategias propuestas en la lucha contra el cambio climático es aumentar la cobertura arbórea en las sabanas del mundo para aumentar la captación de dióxido de carbono atmosférico.

Sin embargo, un nuevo estudio sobre las sabanas africanas, dirigido por la Universidad de Yale y publicado en la revista ‘Nature’, sugiere que este enfoque es mucho menos eficaz de lo que se estimaba anteriormente.

“El aumento de la cobertura arbórea en las sabanas, ya sea a través de la forestación o de la supresión de incendios, probablemente no produzca las ganancias sustanciales en el almacenamiento de carbono del ecosistema que se han anunciado”, advierte Carla Staver, profesora asociada de ecología y biología evolutiva en la Facultad de Artes y Ciencias de Yale, directora asociada del Instituto de Estudios Biosféricos de Yale y autora principal del nuevo estudio.

Las sabanas cubren aproximadamente una quinta parte de la superficie terrestre de la Tierra. Dado que tienen menos árboles que los bosques, se han convertido en objetivo por su potencial para capturar carbono. Algunos estudios prevén que la forestación de las sabanas del mundo podría capturar 280 toneladas de carbono por hectárea, una cifra que supone que las sabanas tropicales almacenarían tanto carbono como los bosques tropicales.

Un equipo dirigido por Yong Zhou, becario postdoctoral de Medio Ambiente G. E. Hutchinson en el laboratorio de Staver y autor principal del estudio, cuestionó algunos de los beneficios climáticos previstos de la forestación de las sabanas tropicales, que representan más de la mitad de las emisiones de carbono del planeta relacionadas con los incendios.

Para el estudio, el equipo de investigación utilizó los datos de un experimento realizado hace décadas en el Parque Nacional Kruger de Sudáfrica -donde los científicos llevan 68 años estudiando cómo afecta la gestión de los incendios al paisaje- para entender mejor si el aumento de la cubierta arbórea por la supresión de los incendios aumenta realmente la retención de carbono.

Para medir la cantidad de carbono almacenado en las sabanas bajo diferentes regímenes de fuego, los investigadores de Yale -junto con científicos de la Universidad de Harvard, el Servicio Forestal de Estados Unidos y el Parque Nacional Kruger- utilizaron mediciones directas de la biomasa de árboles y hierbas tomadas en el experimento, combinadas con técnicas de teledetección y análisis químicos de muestras de suelo.


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La buena noticia es que incluso las sabanas que se queman con frecuencia almacenan más carbono en el suelo y en las raíces de lo que se estimaba anteriormente, incluso cuando las quemas prescritas se producen anualmente. Este hallazgo subraya la importancia de las sabanas naturales -que están muy amenazadas por la conversión del uso del suelo- para el almacenamiento de carbono.

Sin embargo, el estudio también reveló que el aumento de la cubierta arbórea mediante la supresión de incendios capturaba mucho menos carbono del que se había estimado anteriormente. A pesar de un aumento del 78% de la cubierta arbórea, esta estrategia sólo capturó un 35% más de carbono en general, lo que corresponde a unas ganancias totales de unas 23 toneladas por hectárea.

Estas nuevas estimaciones directas del Parque Nacional Kruger sugieren que el potencial de captación de carbono de las sabanas es inferior al 10% de las estimaciones anteriores.

“Los modelos anteriores se basaban en datos escasos para prometer un beneficio de almacenamiento de carbono muy grande al aumentar la cubierta de árboles en las sabanas -explica Staver-. Pero nuestras medidas directas muestran que no eran buenas suposiciones”.

Staver y Zhou subrayan que estos hallazgos deben repetirse en otras zonas de sabana de todo el mundo. “Todavía se necesitan más mediciones de más lugares de la sabana”, añade Zhou.

“Pero los hallazgos son sustanciales -apostilla Staver-. Tenemos que recalibrar nuestras evaluaciones sobre el papel que desempeñan las sabanas en el ciclo global del carbono. Y no deberíamos confiar en la forestación para salvarnos de la aceleración de las emisiones de carbono provocadas por el hombre”./Europa Press