China le gana terreno a Estados Unidos en Medio Oriente | El Nuevo Siglo
Rey Salman de Arabia Saudita
Foto archivo AFP
Domingo, 19 de Marzo de 2023
Redacción internacional con AFP

DE la violencia israelo-palestina al avance de China: la diplomacia estadounidense atraviesa un momento difícil en Medio Oriente.

Estados Unidos elogió esta semana la mediación de China para la reanudación de las relaciones entre Irán y Arabia Saudita, anunciada el 10 de marzo. "Todo lo que pueda contribuir a reducir las tensiones (...) es positivo", dijo el miércoles el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.

Los funcionarios estadounidenses, sin embargo, han tratado de restar importancia al papel de Pekín, argumentando que China todavía está lejos de superar a Estados Unidos como actor externo clave en Medio Oriente, una región que en gran medida sigue bajo la protección del paraguas de seguridad estadounidense.

Pero este logro de Pekín desafía a Washington, que parece estar cediendo gradualmente su lugar en Medio Oriente para centrarse a corto plazo en la guerra de Ucrania contra Rusia y, a largo plazo, en China y el Pacífico asiático.

Para James Ryan, director del programa de Medio Oriente en el Instituto de Investigación de Política Exterior en Filadelfia, "la administración Biden ha dicho claramente que cuando se trata de Medio Oriente favorecerá la seguridad y la estabilidad".

"El involucramiento estadounidense en general será más marginal de lo que ha sido en el pasado", un mensaje que los saudíes entienden "muy claramente", añadió.

Tensión con Riad

Este punto de inflexión se produce cuando Washington mantiene relaciones complejas con Arabia Saudita y enfrenta varios problemas en la región.

A pesar de un enorme contrato (por 37.000 millones de dólares, según la Casa Blanca) entre los saudíes y la estadounidense Boeing anunciado recientemente, las relaciones entre Washington y Riad siguen tensas después del anuncio de Joe Biden en octubre de revisar la relación con este histórico aliado.

El presidente estadounidense ya había hablado de "consecuencias" tras la decisión de Riad de reducir su producción de petróleo.

El acercamiento iraní-saudí también amenaza el objetivo de normalización de las relaciones entre Israel y Arabia Saudita, que Washington ha estado defendiendo ardientemente desde los Acuerdos de Abraham en 2020.

Negociados por Estados Unidos, estos acuerdos permitieron la normalización de las relaciones entre Israel y dos de sus vecinos, Emiratos Árabes Unidos y Baréin. Desde entonces Marruecos y Sudán han seguido su ejemplo, pero Riad se ha resistido a la presión de hacerlo también.

Los diarios The Wall Street Journal y The New York Times informaron que los saudíes quieren garantías de seguridad por parte de Washington y asistencia para su programa civil nuclear a cambio de reconocer el Estado hebreo.

Por otra parte, las negociaciones sobre la resurrección del acuerdo nuclear iraní de 2015, del que Estados Unidos se retiró bajo Donald Trump, están estancadas.

Teherán se ha alejado aún más al apoyar a Rusia en su invasión de Ucrania.

Y Washington dice que un regreso al acuerdo ya no está "sobre la mesa", aunque Estados Unidos sigue creyendo que el pacto es la mejor manera de evitar que Irán adquiera armas atómicas.



Conflicto israelo-palestino

La escalada del conflicto israelo-palestino es otro dolor de cabeza.

A pesar de los repetidos llamamientos a la calma, incluso durante la visita de Blinken a Jerusalén y Ramala a fines de enero, la violencia ha empeorado.

El portavoz de la diplomacia estadounidense hace malabares durante su rueda de prensa diaria entre el apoyo "inquebrantable" de Estados Unidos a su aliado histórico, y los llamamientos a medidas de "desescalada".

Estados Unidos reitera incansablemente su apoyo a la solución de dos estados y denuncia las acciones unilaterales de Israel sobre los asentamientos en particular, pero se abstiene de ir más allá por razones de política interna.

También se palpa el bochorno de Washington por el gobierno del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, el más derechista de la historia del país, y su controvertida reforma destinada a limitar las prerrogativas de la Corte Suprema, objeto de multitudinarias protestas.

En una entrevista con AFP, Blinken elogió la "muy vibrante democracia de Israel" y subrayó que "el consenso es el mejor camino a seguir".

Pero la presión sobre la administración de Biden está aumentando.

Un centenar de legisladores demócratas escribieron recientemente al mandatario estadounidense para expresarle sus "preocupaciones" sobre esta reforma y llamar a Washington a asumir su papel de "liderazgo" en la región.

Pero con las elecciones generales en Estados Unidos el próximo año, el margen de maniobra de la Casa Blanca "va a ser muy limitado" para influir en la política israelí y la cuestión palestina, dijo Ryan.

Los israelíes "están mucho más confiados ahora, especialmente después de los Acuerdos de Abraham, en su capacidad de actuar como quieran", añade el experto.

 

Inesperado entendimiento

La reanudación de las relaciones entre Arabia Saudita e Irán tendrá repercusiones en todo Oriente Medio y más allá, desde la guerra en Yemen hasta el aumento de la influencia de China en la región, según analistas.

Las dos potencias rivales anunciaron la semana anterior el restablecimiento de sus relaciones diplomáticas de aquí a dos meses, tras unas negociaciones en China e, inclusive, este domingo, el presidente iraní, Ebrahim Raisi, recibió la invitación del rey saudí Salmán para visitar Riad y sellar la nueva era en sus relaciones.

"En una carta dirigida al presidente Raisi, el rey Salmán de Arabia Saudita dio la bienvenida al acuerdo alcanzado entre los dos países hermanos, lo invitó a Riad y pidió una fuerte cooperación económica y regional" dijo en Twitter el jefe de gabinete adjunto iraní, Mohammad Jamshidi, explicando que Raisi "agradeció la invitación".

Vale recordar que Arabia Saudita, sunita, e Irán, chiita, habían interrumpido sus relaciones hace más de siete años, luego de que manifestantes iraníes atacaran las misiones diplomáticas sauditas en la República Islámica tras la ejecución en Riad del clérigo chiita Nimr Al Nimr.

Las dos potencias regionales apoyan a bandos diferentes en varios conflictos en la región, como en Yemen.

El anuncio de su acercamiento fue totalmente inesperado, dice la analista Dina Esfandiary, del International Crisis Group.

"El sentimiento general (...) era que los sauditas estaban especialmente frustrados y tenían la impresión de que restaurar las relaciones diplomáticas era su mejor carta", explica, y parecía que era algo "con lo que no querían ceder".

"Está muy bien que lo hayan hecho", afirma.

El analista Hussein Ibish admite que tampoco esperaba un anuncio así, "un gran avance para la diplomacia de Oriente Medio".

Las repercusiones del acuerdo se harán sentir en Yemen, donde el gobierno -apoyado por una coalición militar liderada por Riad- lucha desde 2015 contra los rebeldes hutíes, respaldados por Teherán.

A cambio de la reanudación de las relaciones con Riad, "es probable que Irán se haya comprometido a presionar a sus aliados en Yemen para que sean más cooperativos con miras a una resolución del conflicto en este país", considera Ibish y agrega que "todavía no sabemos qué compromisos se alcanzaron entre bastidores".

Con esta iniciativa, Arabia parece continuar con la estrategia diplomática que la ha llevado a acercarse a Catar y a Turquía.

Según los expertos, la ausencia de avances en las negociaciones sobre el programa nuclear iraní -cuyo acuerdo de 2015 está moribundo desde la salida unilateral de Estados Unidos en 2018- ha impulsado a Riad a posicionarse para asegurarse de que Teherán no cruce ciertas líneas rojas.

"Como las tensiones entre Irán y Estados Unidos no se calman, Arabia Saudita sabe que va a tener que tener un papel más proactivo en la gestión de sus relaciones con Irán", apunta Torbjorn Soltvedt, de la empresa de información sobre riesgos Verisk Maplecroft.

Siria podría ser la próxima etapa en esta estrategia de Riad, según Aron Lund, del grupo de reflexión Century International.

El reino rompió sus relaciones con Damasco en 2012, un año después del inicio de la guerra civil en Siria, debido sobre todo a los estrechos vínculos entre el régimen de Bashar al Asad y Teherán.

El restablecimiento de las relaciones entre Riad y Teherán podría llevar a un "acercamiento entre Arabia Saudita y Siria", vaticina Lund.

Este anuncio significa también un paso adelante de China en su peso diplomático en Oriente Medio, según los analistas, que hasta ahora se percibía como reticente en los temas más espinosos de la región.

Pero el acuerdo entre Teherán y Riad, alcanzado bajo la égida de Pekín, pone de manifiesto que el gigante asiático está dispuesto a tener un papel predominante.

Se trata de una "victoria diplomática de China y una ruptura significativa con la posición regional que hasta ahora había adoptado", destaca Jonathan Fulton, de Atlantic Council.