"No está probado en el expediente que el error de diseño haya sido la única causa del desplome de la pila B", determinó el tribunal de arbitramento que estudiaba la demanda de la concesión a cargo de la vía Bogotá-Villavicencio, Coviandes, contra Gisaico, la empresa que diseñó y construyó el viaducto de Chirajara, el cual se desplomó el pasado 15 de enero de 2018.
Asimismo, los árbitros aseguraron que no existe prueba de que se haya presentado un caso fortuito o fuerza mayor a la cual se atribuyan los hechos.
En ese sentido, el tribunal determinó que las evidencias presentadas para determinar si hubo errores en el diseño del puente no son suficientes para probar que la estructura se desplomó solamente por estas razones.
Además, indicó que en las pruebas tampoco encontró evidencia de que hubiera problemas en la cimentación de la estructura o en el suelo que la soporta, que era la hipótesis de Gisaico.
Por lo tanto, el tribunal concluyó que "en tanto que sí se encontró probado que el diseño tuvo errores y existió una desatención en el proceso constructivo, lo que resultó en un incumplimiento de las obligaciones contractuales que tenía a su cargo Gisaico, a pesar de que no haya quedado establecido que los susodichos errores y desatenciones en el proceso constructivo hayan por sí solos ocasionado el colapso, situación que en todo caso no exonera a Gisaico de su responsabilidad".
Sin embargo, la determinación obligó a Gisaico a pagar más de $6.000 millones como indemnización por los perjuicios ocasionados a Coninvial por desatención del proceso constructivo.