Alertan ‘corto circuito’ entre legislación y mercado laboral | El Nuevo Siglo
HAY QUE analizar las nuevas fuentes de empleo y revisar por qué está bajando la participación laboral. /Archivo
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Lunes, 10 de Abril de 2023
Redacción Economía

Uno de los principales obstáculos que afronta el mercado laboral colombiano es la desconexión que existe entre la legislación laboral y las realidades del mercado de trabajo. La inflexibilidad en la contratación formal, la desigualdad en condiciones laborales entre hombres y mujeres y la falta de compatibilidad entre las vacantes existentes y las capacidades con las que cuenta la oferta laboral, son impedimentos a la hora de la contratación.

De allí que el centro de pensamiento de ANIF, en un análisis detenido sobre esta situación, dice que la reforma que se plantea, al buscar poner más condiciones y obstáculos a la hora de la contratación formal, acentúa esa problemática y genera incentivos perversos para que se genere empleo informal en mayor medida o, incluso, desempleo.

Es necesario recordar que el empleo del país se concentra en el trabajo por cuenta propia y en las microempresas. De acuerdo con datos de la encuesta de hogares de 2022, el 66 % de las personas ocupadas trabajaban por cuenta propia o en establecimientos con 10 o menos empleados. Estos son negocios que hacen parte del diario vivir de los colombianos y que cuentan con capacidades muy limitadas para cumplir a cabalidad con los costos laborales que implica la formalidad. En el caso del trabajo por cuenta propia, en gran medida se compone de personas que por la necesidad de conseguir medios para vivir y la falta de oportunidades que enfrentan para conseguir empleo, han tenido que recurrir a lo que se denomina “emprendimiento de subsistencia”.

Ingresos

Por ejemplo, el 78 % de los trabajadores por cuenta propia tienen ingresos laborales mensuales menores o iguales al salario mínimo y este es también el caso del 67 % de las personas que se encuentran ocupadas en negocios con 10 o menos trabajadores. La baja productividad que se suele presentar en estas formas de trabajo limita su crecimiento y pone en evidencia las dificultades para cumplir con rigideces que implica la formalidad. En contraste, las empresas de mayor tamaño contratan a la gran mayoría de sus empleados con ingresos superiores o iguales al salario mínimo, pero tan solo poseen el 34 % del total de trabajadores del país.

De manera similar, el 80 % de las personas que trabajan por cuenta propia no cuentan con ningún tipo de contrato. En los negocios más pequeños, con 10 o menos trabajadores, solo el 22 % tienen un contrato a término fijo o a término indefinido. En cambio, dentro de las empresas de más de 10 empleados el 80 % de los trabajadores cuentan con contratos a término fijo o a término indefinido, que es acorde a trabajos formales con ingresos superiores o iguales al mínimo.

Productividad

Por tanto, si bien el 62 % de los ocupados no cuentan con un contrato a término fijo o a término indefinido, existe una alta concentración de esta realidad en el trabajo por cuenta propia y en negocios muy pequeños para los cuales es muy complejo sostener el empleo con mayores salarios y requisitos en la contratación. Es claro entonces que los empresarios, en su mayoría, son gente común y corriente que se levanta a diario para sacar adelante su negocio con altas restricciones presupuestales.

Por ello, la alta acumulación de personas en el trabajo por cuenta propia y en negocios muy pequeños de baja productividad impide que puedan hacer frente en muchas ocasiones a rigideces presentes en la normativa laboral, quedando así en condiciones precarias, en la informalidad y, por tanto, desprotegidos de la seguridad social. Por consiguiente, se teme que las propuestas de la reforma sirvan para beneficiar a aquellos pocos que ya se encuentran en buenas condiciones, a costa de excluir a quienes presenten mayores dificultades para cumplir con estas normas, limitando aún más la capacidad de crecimiento de los negocios más pequeños, la creación de nuevas empresas y como resultado la creación de más y mejores empleos.

 Ampliar discusión

Desde ANIF “hacemos un llamado a que la discusión de la reforma incluya a las diferentes organizaciones, centros de pensamiento, agremiaciones y sindicatos que hacen parte del debate, pero también a los trabajadores formales e informales, a los trabajadores por cuenta propia, a los desempleados y a los pequeños empresarios, para que así el articulado final se construya atendiendo a las dinámicas y necesidades propias del mercado laboral colombiano. De nada sirve una reforma llena de buenas intenciones, si en el papel termina afectando negativamente a los trabajadores a la hora de materializarse”.

Sin duda este año es complejo en materia económica para Colombia. A pesar del camino recorrido en la recuperación, se espera una desaceleración económica, tanto por el panorama global, como por un comportamiento normal de la economía, luego de un periodo de recalentamiento con alta inflación, por un elevado crecimiento impulsado principalmente por el consumo y una política monetaria contractiva, que es acorde con el objetivo principal del Banco de la República. Además, se podrían incluir rigideces adicionales en la normativa laboral que podrían jugar en contra de la formalidad e incluso de la generación de empleo.



Señala el informe que “en ANIF tenemos expectativas de crecimiento para el año 2023 cercanas al 0.9 %, que son similares a las proyecciones de la autoridad monetaria (0.8 %). Todo lo anterior conduce a que nuestras expectativas sobre la capacidad de la economía de generar puestos de trabajo son bajas. En consecuencia, para el cierre de 2023 continuamos con nuestra proyección de tasa de desempleo promedio del año entre 11.5 % y 12 %, que es considerablemente mayor al 11.2 % que se logró en el 2022. En especial, tememos por un mayor deterioro durante el segundo semestre del año”.

Explican que “para el mes de marzo que recién culminó, nuestras proyecciones indican una tasa de desempleo entre el 10.9 % y el 11.4 %, lo que representaría una disminución de entre 0.7 % y 1.2 % en comparación con marzo de 2022 (12.9%).

 La población por fuera de la fuerza de trabajo

La tasa de desempleo del total nacional reportó una cifra de 11.4 %, que si bien es inferior al dato de febrero de 2022, es relevante notar un aumento significativo en la población por fuera de la fuerza de trabajo que podría explicar parte de la reducción del número de desocupados, ya que la Tasa de Ocupación y la Tasa General de Participación aún se encuentran por debajo de los datos previos a la emergencia sanitaria.

De manera adicional, observamos una dinámica positiva para el empleo particular, en su mayoría formal, con respecto al de por cuenta propia, el cual es en su mayoría informal. Sin embargo, ambas posiciones ocupacionales tienen 9.4 millones de personas trabajadoras. Dadas las peores condiciones del empleo por cuenta propia, que en muchos casos surge en la forma de emprendimientos de subsistencia, es necesario trabajar por que las empresas puedan crecer para generar más y mejores puestos de trabajo.

Por su parte, las brechas de género no presentan mejoras importantes. Las brechas en las tasas de desempleo de hombres y mujeres, aunque retornan a cifras prepandemia, reflejan el nulo avance en los últimos tres años y muestran que la corrección de empleo luego de la pandemia no representó un progreso para la situación de las mujeres dentro del mercado laboral.

Finalmente, tememos que la propuesta de reforma laboral que presentó el Gobierno resulte en una menor capacidad de creación de empleo formal y, en consecuencia, en una mayor concentración de las personas ocupadas en el trabajo por cuenta propia, así como una mayor informalidad en la composición del empleo particular. Resaltamos que una reforma que sea ajena al contexto del mercado laboral en el que interviene podría tener repercusiones negativas en informalidad y desempleo.