Perspectivas. Años de cárcel por unas horas de "Patria y Vida" | El Nuevo Siglo
VIRGEN FRÓMETA y Emilio Román, dos cubanos que enfrentan el drama de tener familiares condenados por las protestas del 11J
Foto AFP
Domingo, 10 de Abril de 2022
Redacción internacional con AFP

"Dentro de mí hay una revolucionaria sufriendo", dice Virgen Frómeta, hermana de un cubano con ciudadanía alemana, que salió a protestar el 12 de julio en La Habana y fue condenado a 25 años por el delito de sedición.

Los artistas opositores Luis Manuel Otero Alcántara y Maykel Castillo (Osorbo), encarcelados presos desde hace varios meses, acaban de ser informados que como mínimo pagarían siete y diez años de condena, respectivamente.

Como ellos, esas lapidarias condenas las enfrentan no menos de setecientos cubanos, que los pasados 11 y 12 de julio osaron tomarse las calles de La Habana y otras provincias para exigir ‘libertad’, ese anhelo por tantos años guardado y que fue creciendo al ritmo de la emblemática canción “Patria y Vida”, de la que precisamente Osorbo es coautor y ganador de un Grammy Latino.

 "Pido libertad inmediata para mi hermano" Luis Frómeta Compte, de 59 años, y "para todos los presos" del 11 y 12 de julio, (bautizado como 11J) dice Virgen con lágrimas en los ojos, mientras narra que su hermano tenía 40 días de haber llegado a la isla, desde la alemana ciudad de Dresde cuando estallaron las inéditas manifestaciones que se saldaron con un muerto, decenas de heridos y 1.395 detenidos, de los cuales 728 siguen tras las rejas, según el último recuento de la ONG con sede en Miami, Cubalex.

Este técnico forestal que vivía en Alemania desde hace 37 años, estaba de visita en su tierra natal y se unió a la protesta del 12 de julio cuando salió a comprar ron. Grabó con su teléfono lo que encontró a su paso, agrega su hermana, una ama de casa de 56 años.

Policías vestidos de civil fueron por él a casa de su hermana el 17 de julio. Desde entonces está encarcelado.

"Nadie tumba una revolución sin armas por hablar, ni por protestar, ni por decir cuatro cosas que a nadie le gustó, ni por filmar, nadie", dice Virgen levantando la voz.

 

"No mataron a nadie"

A unas cinco casas de su domicilio, en el barrio pobre de la Güinera, en la periferia de La Habana, vive Emilio Román, un albañil de 51 años, también devastado. Sus tres hijos están condenados por sedición.

El mayor, Yosney Emilio Román (25 años), y su hermana Mackyani Yosney (23) recibieron 12 años de cárcel, mientras que el menor Emy Yoslan (18) fue castigado con siete años.

El 12 de julio, la familia Román celebraba un cumpleaños. Mackyani salió por cigarrillos y en la esquina se encontró con la multitud. "Se embulló" (entusiasmó) igual que sus hermanos, narra su padre.

Durante las dos semanas que duraron los juicios en enero, Román se quedaba en la entrada del tribunal.

"No tenía fuerzas para (entrar), ver la injusticia que estaban cometiendo con todos esos muchachos", dice en su casa, un cuarto de paredes de cemento sin pintar, donde la cama, la cocina y el baño comparten el mismo espacio.

El veredicto llegó el 16 de marzo. El Tribunal Supremo dio a conocer condenas de seis a 30 años de prisión para 128 manifestantes acusados de sedición y hurto. 

El grupo de sentenciados corresponde a las manifestaciones ocurridas en la Güinera y en el municipio Diez de Octubre, dos de las protestas más violentas en las fechas mencionadas.

Las duras sentencias asombraron a muchos, incluso al cantautor Silvio Rodríguez, férreo defensor de la revolución cubana.



"¿Condenados a 15, 20 y 30 años por desórdenes públicos? No me parece justo", comentó Silvio en la página del sitio de noticias Cubadebate.

"Si cometieron actos de violencia de qué se les acusa, de acuerdo en que sean juzgados y que se les apliquen penas correspondientes. Pero que yo sepa no mataron a nadie", cuestionó el autor de "Ojalá".

Además de los Román y los Frómeta, que han dicho que apelarán estas condenas, en la Güinera hay unos 90 hogares con algún familiar preso por las marchas. 

Desilusionado, Emilio Román quiere que sus hijos abandonen Cuba, como lo han hecho miles de ciudadanos en los últimos meses, en una ola masiva de migración en medio de la crisis económica. "Que no cumplan un día más aquí dentro, en esta desgracia de país".

El texto de sentencia dice que la hija de Román, para quien el fiscal pedía 25 años de prisión, participó "en la aglomeración de personas que encabezaron los disturbios empleando armas capaces de matar, lesionar y dañar con fuerza como fueron piedras, palos y botellas, incluidas en forma de artefactos explosivos".

Penas "desproporcionadas"

En los videos, Mackyani solo "está con una botella en la mano", aclara su padre. En el caso de sus hermanos, el expediente señala que "arrojaron piedras y botellas hacia los agentes del Ministerio del interior".

Hubo manifestantes que lanzaron "botellas incendiarias" contra agentes, pero ninguno de los policías "resultó alcanzado", admite.

Los fiscales se han defendido de las críticas argumentando que actuaron con transparencia y apegados a la ley. Se quejan además de que han sufrido amenazas incluso de muerte por su actuación.

"Pudimos probar" que había personas que querían provocar "una intervención militar en Cuba por parte del gobierno de Estados Unidos", dijo al noticiero estatal, Yohandris López, fiscal de varios procesos judiciales de la Güinera.

La Unión Europea mostró "gran preocupación" por las altas sentencias judiciales, que consideró "desproporcionadas", e igual que ha hechos Estados Unidos, pidió liberar "a todos los prisioneros políticos y personas detenidas por ejercer sus libertades de reunión y expresión".

 

Los artistas

A diferencia del dramaturgo Yunior García (39 años), quien tras ver prohibida la marcha que convocó a mediados de noviembre en solidaridad con los presos por el 11J se exilió en Madrid, España, la mayoría de artistas opositores, cuyos colectivos fueron los gestores de las protestas, se quedaron en Cuba y hoy enfrentan las consecuencias.

El caso más reciente y también emblemático es de Luis Manuel Otero Alcántara y Maykel Castillo, conocido como Osorbo, coautor de la canción que se convirtió en el ‘himno’ de la creciente inconformidad con el régimen cubano, quienes se enfrentan a duras condenas si se acoge, como se da por descontado, las recomendaciones de la Fiscalía.

Otero Alcántara, de 34 años, está acusado de delitos como incitación a delinquir, desacato agravado y desorden público que las autoridades sostienen que cometió antes del 11 de julio del año pasado, fecha en que fue detenido cuando intentaba sumarse a las históricas protestas que estremecieron al país comunista.

Declarado prisionero de conciencia por Amnistía Internacional (AI), el artista es uno de los fundadores del Movimiento San Isidro, un colectivo creado en La Habana Vieja en 2018 en respuesta a un polémico decreto oficial que regula el trabajo de los artistas.

Por su parte, Castillo, de 39 años, está preso desde el pasado 18 de mayo acusado "de atentado, desórdenes públicos y evasión de presos o detenidos", según indicó en junio el portal oficialista Cubadebate, citando fuentes del Ministerio del Interior.

Osorbo es coautor y cointérprete del tema contestatario "Patria y Vida", que guio las protestas.

El gobierno estadounidense ha reclamado insistentemente a La Habana que ponga en libertad a ambos artistas. Precisamente, el subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian A. Nichols, instó el miércoles "a los funcionarios cubanos a que den atención médica inmediata a @LMOAlcantara que sigue gravemente enfermo y detenido". 

En la misma red social, la embajada de Estados Unidos en Cuba destacó que "el ganador del Grammy Latino, Maykel Osorbo, languidece en una prisión cubana desde mayo de 2021, tras meses de acoso por su apoyo pacífico a la libertad".

Más de los 700 cubanos de los miles que salieron a marchar están tras las rejas, muchos condenados y otros en espera de ser juzgados. Su ‘delito’ fue dejar escapar un grito de libertad. Y por dos o tres horas de soñar públicamente con ese derecho hoy enfrentan décadas de cárcel. /