Por décadas, Colombia ha mantenido una inversión en investigación y desarrollo cercana al 0,25% del PIB, muy inferior al promedio de la OCDE, que llega al 2,5%, y de Latam, del 0,7%. No obstante, al parecer, por lo que indican los programas de gobierno de los actuales aspirantes a la Casa de Nariño, esta situación va a cambiar y estos dos campos van a tener una mayor repercusión dentro del desarrollo del país.

En el plan de ruta de Federico Gutiérrez se contemplan los siguientes puntos:

• Duplicar la inversión en investigación y desarrollo para alcanzar, por lo menos, un 0,5% del PIB a través de esfuerzos de concurrencia entre el sector público y privado.
• Mantener los beneficios tributarios por el desarrollo de inversiones en Ciencia, Tecnología e Investigación (CTI) empresarial con énfasis en pymes.
• Implementar un programa de formación de jóvenes en tecnologías asociadas a la 4.ª revolución industrial, para formar capacidades en servicios intensivos en conocimiento de talla mundial.
• Fortalecer los ecosistemas regionales de innovación a través de optimizar la calidad de la inversión de regalías en ciencia, tecnología e investigación.
• Promover la creación de una instancia de Fomento a la Investigación y la Innovación, con participación privada, a partir del Fondo Caldas del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.
• Implementar las políticas nacionales existentes de emprendimiento, propiedad intelectual y CTI. Existen políticas que se requiere gerenciar para implementarlas.
• Establecer metas de inversión de investigación y desarrollo en cada sector administrativo y verificar su cumplimiento.
• Focalizar los recursos de CTI alrededor de las cinco misiones y los ocho focos estratégicos recomendados por la Misión Internacional de Sabios (2019).

Gustavo Petro, por su parte, plantea:

• Fortalecer la investigación en ciencias ambientales, promoviendo el trabajo creativo y colaborativo entre las comunidades, las Instituciones de Educación Superior, los Institutos de Investigación, el reconocimiento intercultural de los saberes tradicionales y ancestrales para conducir al país hacia una nueva relación entre la sociedad y la naturaleza de cara a la crisis ambiental global.

• Fortalecer la investigación, la ciencia y la tecnología; fomentar el desarrollo de programas de formación técnica, tecnológica, profesional y posgradual orientados a transición energética, generando capacidades para asumir las oportunidades laborales que brindará dicha transición.
• Apoyar integralmente la investigación, ciencia y desarrollo de tecnologías para la transición hacia energías limpias y contribuir con impuestos, regalías y dividendos al Estado. Crear el Instituto Nacional de Energías Limpias.
• Como cabeza del sistema, el Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación orientará la política de CTI y asegurará su robusto financiamiento. Se fortalecerán y consolidarán los Sistemas Regionales de Innovación.
• El Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Sncti) será el instrumento para lograr la articulación, en el nivel local y regional, entre universidades, empresarios, comunidades y entidades públicas, de manera que se estimule el mejoramiento de la productividad, a partir del reconocimiento del contexto y potencialidades territoriales.

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La política de Sergio Fajardo consta de cinco ejes:

• Hacer un acuerdo nacional por la financiación de la CTI, entre el sector público, las empresas, las universidades y la sociedad civil para llevar, al final del gobierno, el porcentaje de inversión en el sector al 1% del PIB.
• Desarrollar un plan de formación y vinculación de capital humano altamente calificado para formar, atraer, vincular y retener personal altamente calificado en todos los sectores de la sociedad.
• Reformar la institucionalidad del sector para darle la importancia que requiere la política de CTI. Remover las barreras normativas que desincentivan la inversión y evaluar con rigor el impacto de los programas que se implementen.
• Crear programas de apoyo a la ciencia de excelencia, en los cuales se apoyarán iniciativas de investigación definidas y dirigidas por los mismos investigadores en las universidades, industrias, institutos y centros de investigación del país.
• Crear programas de apoyo a la innovación empresarial, apoyando a las innovaciones con potencial de avance y creación de mercado, con un sistema de ventanilla única para tecnologías innovadoras y de alto potencial.

Por su parte, para Rodolfo Hernández el país no puede seguir aplazando los compromisos en esta materia. Por eso, piensa establecer una estrategia para guiar la inversión en CTI en Colombia. Asimismo:

• Incluir en la reforma a la educación un enfoque de incentivos a la creatividad, de manera que aumenten las patentes por invenciones y la creación de modelos de utilidad.
• Reestructurar las inversiones de las universidades públicas con una orientación  privilegiada en materia de investigación.
• Trasladar a la inversión en CTI el 5% del resultado en el proceso de control y racionalización del gasto público.
• Presentar una ley que permita el crowdfunding (financiación colectiva) como fuente de financiación para pymes, startups y emprendimientos.
• Establecer un sistema ágil y menos burocrático para acceder a los recursos de las regalías del fondo de CTI.