Se acercaba el final de la década de los 70 y mientras el mundo estaba vislumbrado por la música disco, el inicio de nuevas eras tecnológicas y los avances científicos, en Colombia se estaba gestando la idea de un espacio dedicado a la protección y creación para las artes escénicas en cabeza de la gran Fanny Mikey, la argentina que le dio vida a uno de los escenarios bogotanos más importantes del país: el Teatro Nacional.
Hoy este emblemático escenario llega a sus 40 años ratificándose como referente cultural. Han sido décadas afrontando dificultades económicas, de audiencias y ahora luchando contra las huellas que deja la pandemia a su paso, a través de nuevas formas de llevar el teatro a cada rincón del país.
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‘El Rehén’
Fue en 1971, en manos de la destacada actriz y de un grupo de personalidades de la vida cultural, intelectual y social del país, que se comienza a escribir la historia de este gigante del teatro colombiano, primero con la creación de la Fundación Teatro Nacional.
Así lo recuerda Pamela Hernández, quien señala que con esta reunión se configuró “la primera junta directiva que trabajaría con ella en su objetivo de crear un espacio cultural que garantizaría la continuidad de la producción artística de creadores, directores, actores, actrices, técnicos, diseñadores, y administradores dedicados a las artes escénicas, por medio de un proyecto que abrió las puertas de un teatro”, le contó a EL NUEVO SIGLO la directora comercial del Teatro Nacional.
Un teatro soñado que contaría con un repertorio permanente y que realizaría giras nacionales con obras de la dramaturgia universal y nacional contemporánea, como muestra del nivel profesional y la calidad de producción, aportando de esta manera a la formación de un público recurrente que incluyera el teatro en su hábito de consumo cultural.
Pero fue hasta unos años más tarde, en 1981, que el Teatro Nacional abrió oficialmente sus puertas. Para esa época decembrina, los carteles anunciaban la presentación de El Rehén, una obra de Brenda Behan.
“Se convirtió en un evento que marcó un antes y un después en la historia del teatro colombiano. Reunió artistas, empresarios, prensa, estudiantes, y trabajadores públicos y privados, porque el Teatro Nacional se creó con el mejor sentido de pertenencia de ciudad”, cuenta Hernández.
Después de este exitoso comienzo, llegaron al escenario obras como ¿Quién teme a Virginia Woolf? de Edward Albee, Doña Flor y sus dos maridos, una adaptación de la novela de Jorge Amado, La celestina, basada en la novela de Fernando de Rojas y en la que actuó Fanny Mikey y Taxi de la que se presentaron cerca de 500 funciones.
Escenario de estrellas mundiales
Desde sus inicios el teatro llegó a Bogotá arrasando con la atención de los capitalinos, así como de empresas privadas y públicas que se interesaron en apoyar la edificación de la primera casa de este teatro.
En esta primera sede "la relación de los artistas y su público durante las temporadas de mínimo tres meses, con cinco funciones a la semana, fueron convirtiendo al Teatro Nacional Calle 71 en un referente cultural en el país”.
Desde este primer paso el teatro se enfocó en formar a público, gestores, técnicos, productores y artistas por medio del intercambio de experiencias, y creó un circuito de giras con sus obras por distintas ciudades del país.
Según Hernández amplió el alcance cultural con proyectos tanto de teatro nacional e internacional, como de televisión, ya que en sus primeras temporadas se grababa la obra para tener emisiones especiales de teatro en televisión, y fue pionero en presentar en el país a artistas del ámbito internacional que giraban por el mundo, “yendo casi siempre de la mano con la vanguardia”.
Un logro que quedó demostrado con la presentación por primera vez en vivo de personalidades de la talla de Joan Manuel Serrat, Susana Rinaldi, Alberto Cortés, Pavaroti, Metálica, Alejandro Sanz, El Teatro Negro de Praga y Fuerza Bruta, entre muchos más.
Nuevos espacios
El camino de este icónico escenario se ha labrado sin parar desde que se puso el primer adobe del Teatro Nacional Calle 71. Los primeros cinco años representó la innovación y la creación de un repertorio enriquecido por sus contenidos y su alto nivel artístico.
Con la creación en 1982 del Taller de Artes Escénicas para niños y jóvenes, se dio inicio a la misión de formación con la que se han incubado talentos y audiencias para el teatro. “El reto de presentar espectáculos internacionales llegó a un culmen mayor cuando se creó el primer Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá en 1988, que reunió, en medio de una época de conmoción social y política, a más de 1500 artistas de los cinco continentes y movilizó a más de medio millón de personas en solo 10 días de presentaciones. Esto marcó un ritmo de mayor exigencia y compromiso en la vida y los objetivos de la institución”.
Se abrieron nuevos espacios con la creación del Teatro Nacional La Castellana con una capacidad para 700 personas en octubre de 1990. Una sala para la producción y programación de obras de gran formato. Y luego con La Casa del Teatro Nacional en 1994, un espacio multicultural y polivalente, con aulas para Escuela de Arte Dramático, para los talleres de formación continuada para profesionales, y aficionados, y dos salas que hoy acogen distintos grupos, colectivos y artistas conformando una programación permanente de nuevas teatralidades, transgresoras e innovadoras.
Desde el 2000 el teatro adelanta el Proyecto Pedagógico, un programa especializado creado para el público escolar que busca acercar a niños, jóvenes y educadores al universo de las artes escénica.
Así mismo, el Nacional creó en el 2013 el Festival Estudiantil de Teatro de Bogotá que cuenta con seis versiones, en las que han participado grupos de teatro de colegios de varias regiones de Colombia.
‘1980’
Este 2021 el teatro festeja cuatro décadas de historia. Un escenario que ha sido “parte de todas las generaciones de finales del siglo XX y principios del XXI, marcando una tendencia de valor social y cultural apreciada y valorada por todas las clases sociales y gremiales del país”.
Esta fiesta inició con el lanzamiento de 1980, la primera serie teatral en vivo de Colombia, que cuenta con la participación de más de 15 actores de gran trayectoria.
La obra, que será el comienzo de una serie de estrenos, conciertos, actividades académicas, y sorpresas que el teatro realizará en honor a este aniversario, relata una historia que se remite a los años 80 donde el sexo sigue siendo un tabú, la infidelidad un plato de cada día, el engaño prima, y la palabra y el rol de la mujer no valen nada.
Después de grandes retos, entre ellos una pandemia, “seguiremos ofreciendo a nuestros públicos lo mejor de la cultura y del entretenimiento, no solo en nuestras salas en Bogotá, bajo todos los protocolos de bioseguridad, sino a través de nuestra sala virtual para llegar a todos los rincones del país, ratificando una vez más porqué desde 1981 Fanny lo bautizo Teatro Nacional, y lo volvió el teatro de todos y para todos”.