Existe una correlación directa entre el tiempo que los padres pasan frente a sus dispositivos digitales y el que invierten sus hijos, según resultados de un nuevo estudio encargado por Kaspersky. El 82% de los adultos y el 70% de los niños entre siete y 12 años le dedican al menos tres horas al día a sus dispositivos, lo que evidencia que los hijos imitan el tiempo que sus padres pasan en el celular.
Los niños siempre observan y copian lo que hacen sus padres, y lo mismo ocurre con sus hábitos digitales. Si los niños ven que sus padres utilizan constantemente sus dispositivos digitales, considerarán ese comportamiento como la norma y pasarán mucho tiempo conectados. Aunque a veces ser un modelo a seguir puede ser difícil, los padres deben ser conscientes de que sus acciones influyen en el comportamiento de sus hijos e intentar predicar con el ejemplo cuando se trata de tener reglas sobre el tiempo que pasan frente a una pantalla.
Por eso, Kaspersky ofrece a los padres una guía para que puedan abordar el tema de la ciberseguridad con sus hijos y les ayuden a entender la importancia de tener hábitos digitales saludables:
1. El ejemplo empieza en casa
El principal método de aprendizaje para los niños es la imitación, por lo que el primer consejo es: “predica con el ejemplo”. Si bien los pequeños en casa están inmersos en la tecnología desde la infancia, su primera referencia será siempre la interacción de sus padres con la tecnología y qué tanto tiempo o atención le destinamos. Más allá de establecer reglas y prohibiciones, recomendamos mostrar a los niños cómo interactuamos con los dispositivos de forma responsable e involucrarlos en las pautas de seguridad que tomamos para protegernos a nosotros y al resto de la familia.
2. No hablar con extraños es aplicable también en el mundo digital
Si un niño no debe hablar con extraños en la calle, tampoco debe hacerlo en un foro de videojuegos o en redes sociales, porque no tenemos certeza de quién está del otro lado de la pantalla o qué busca con la información que pueda obtener. Entre más sencillos y prácticos sean los ejemplos, será más fácil que ellos comprendan la situación y respondan de forma positiva.
Si usted mismo chatea, toma videoconferencias o juega en línea, cuéntele a sus hijos sobre sus compañeros de trabajo o amigos, cómo es que los conoció o cuáles son las actividades e historias que tienen en común, así normalizará las relaciones digitales y ellos podrán ver que estas tienen un sustento en la vida real. Aunado a esto, es importante navegar y aprender juntos para así saber dónde pasan el tiempo los niños y estudiar la mejor manera de mantenerlos seguros.
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3. Todo gran poder implica una gran responsabilidad
Tener una tableta, un smartphone y cuenta propia de Instagram antes de los 13 años es algo cada vez más común. Pero tener acceso a estas tecnologías debe venir acompañado de responsabilidad en su uso. Ayudar a sus hijos a comprender que, al igual que en la vida real, toda acción tiene una repercusión en las actividades online es la mejor forma de frenar conductas que podrían tener riesgos incluso legales. Es una buena idea participar en las actividades online de sus hijos, pero también involucrarlos en las actividades digitales familiares desde una edad temprana para que la transparencia sea la norma establecida. Es importante que los padres sean el parámetro de cómo los menores deben comportarse en línea y los ayuden a reflexionar sobre lo que es correcto, lo que puede causar daños emocionales a terceros e incluso lo que puede tener un impacto económico, legal o físico.
4. Juntos nos cuidamos unos a otros
Siempre habrá más seguridad y mayor control utilizando alguna aplicación de control parental disponible en el mercado, pero su uso debe venir acompañado de una conversación previa con el menor para explicarle cómo funcionan estas aplicaciones y por qué las necesitan. Es lógico que si se intenta introducir una app de control parental de la noche a la mañana puede haber un conflicto de por medio. Al hablar con los niños e introducir estos controles desde temprana edad, facilitará que vean esto con normalidad.
5. Promueva una vida libre de pantallas
Estamos conscientes de la saturación digital en la que actualmente vivimos. Por ello, aprender a desconectarse también es parte de tener hábitos digitales saludables. Es importante que enseñemos a los niños a vivir sin depender de la tecnología. Algunos consejos pueden ir desde restringir el uso de dispositivos cuando se acerca la hora de dormir o silenciarlos por la noche, acordar momentos en los que no se debería hacer uso de ellos, como durante las comidas familiares, o incluso programar “desintoxicaciones” periódicas que se intercambien por excursiones en la naturaleza, ejercicio o actividades que ellos disfruten. Todas estas acciones tendrán un impacto mucho mayor si los adultos son los primeros en dar el ejemplo.