Después de analizar la relación de los mamíferos no voladores con la vegetación de la región del Orinoco, se encontró que la población de la zarigüeya común (Didelphis marsupialis) ha disminuido por el fuego que arrasa los bosques.
Estos fueron los resultados del trabajo doctoral de la bióloga Tania Marisol González Delgado, candidata a doctora en Ciencias - Biología de la Universidad Nacional (UNAL) Sede Bogotá, con el que evaluó, a mediano plazo, cómo cambiaban las comunidades de pequeños mamíferos no voladores (marsupiales y roedores) en bosques quemados y no quemados.
Hace muchos años en Colombia los incendios no se consideraban como una problemática, pues por ser una región tropical se tienen ecosistemas (bosques) muy húmedos y “no estamos acostumbrados al fuego”. Sin embargo, en gran medida gracias a los estudios de la profesora Dolors Armenteras Pascual, de la UNAL Sede Bogotá, directora de este trabajo investigativo y experta mundial en el tema, en el país se ha ido evidenciando que sí son un problema.
En este contexto, se halló que la región del Orinoco, importante en biodiversidad, es una de las más afectadas en el país por incendios forestales. Estos, como la mayoría de los que ocurren en Colombia, suelen ser causados por el ser humano, pues se usan en prácticas agrícolas y ganaderas para quitar vegetación. “Es una forma fácil y barata de limpiar los terrenos”, señala la bióloga González.
El estudio se hizo en una reserva natural de la sociedad civil Bojonawi, en Puerto Carreño (Vichada), la cual sufrió un incendio accidental en 2015, que pasó de la sabana a los bosques y se extendió varios cientos de metros.
Allí se encontró que los bosques quemados tienen menos diversidad y riqueza de especies de plantas. Mientras que las áreas no quemadas cuentan con un bosque complejo, con gran cantidad de vegetación de diferentes tamaños (mucha de porte alto), un bosque quemado tiende a perder árboles altos y arbustos, y lo que empieza a predominar son los pastos, las especies de plantas gramíneas y herbáceas, que hacen el territorio más susceptible a los incendios.
Esto se relaciona directamente con la presencia de pequeños mamíferos no voladores en la región. Después de hacer diferentes capturas y análisis de roedores y marsupiales, se pudo determinar que los bosques quemados presentan una reducción significativa de especies. En este caso, en los bosques no quemados se encontraron seis especies, mientras que en los quemados dominaba una única especie.
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Puntualmente se observó que la zarigüeya común (Didelphis marsupialis) fue la más afectada, pues solo está presente en los bosques no quemados, ya que tienen gran cantidad de estratos de vegetación y hay más recursos de alimentación y hábitat para su permanencia.
“Es muy raro porque esta zarigüeya es muy común en todo el país, entonces en otras zonas no necesita bosques tan buenos; esto quiere decir que esos bosques quemados están realmente graves a causa del incendio”, dice la bióloga González.
Por otro lado, en las zonas quemadas dominó una única especie: Zygodontomys brevicauda, comúnmente llamada ratón de caña, ya que por lo general se ve en zonas abiertas como la sabana, o en zonas intervenidas como las agrícolas. Es una especie que no necesita un bosque denso ni conservado para comer o reproducirse.
La tercera especie estudiada, los roedores arbóreos del género Oecomys fue indiferente: se encontró en bosques quemados y no quemados. Es una especie que no tiene requisitos tan específicos para sobrevivir.
Efecto de los incendios
La investigación partió de un estudio adelantado por el grupo de investigación en Ecología del Paisaje y Modelación de Ecosistemas (Ecolmod), de la UNAL Sede Bogotá, que evalúa los efectos de los incendios sobre la vegetación de esta región. A partir de ahí se compararon las poblaciones de los pequeños mamíferos en los bosques quemados y no quemados, para lo cual se usaron trampas Sherman, que capturan a los animales sin hacerles ningún daño. Luego se examinaron, se determinó su especie y abundancia y se liberaron.
También se analizó la vegetación de los bosques quemados y no quemados: qué tan diversa era y cómo se estructuraba (estratos o tamaños de la vegetación existente).
Este se constituye en el primer estudio que analiza los efectos del fuego en pequeños mamíferos no voladores en los bosques de galería en Colombia. El documento fue publicado recientemente en la revista Perspectives in Ecology and Conservation, en colaboración con el biólogo Juan David González Trujillo –doctor en Ciencias – Biología de la UNAL Sede Bogotá, y el codirector Alberto Muñoz, de la Universidad Complutense de Madrid.