Colombia ha logrado en el primer trimestre del año un lugar de privilegio en el mundo de los negocios, tras la confirmación de ser el tercer país con mayor cantidad de fusiones y adquisiciones (M&A por sus siglas en inglés) de América Latina, con un registro de 61 operaciones, según datos de la firma global Transactional Trade Record (TTR).
El dato cobra más valor si se considera que el país había finalizado el año 2021 con un total de 232 operaciones, colocándose en la cuarta posición detrás de Brasil, México y Chile.
De acuerdo con Hernán Tello, Managing Partner y socio de la consultora global Olivia, “un buen número de estas operaciones está relacionado con la adquisición de talento, capacidades o negocios digitales. En tiempos de innovación y disrupción, empresas establecidas en el mercado necesitan adquirir de manera ágil y eficiente las habilidades que les permitan generar resiliencia, adaptarse a los nuevos tiempos y ganar flexibilidad, no solamente una porción de mercado”.
En ese sentido es importante que las empresas que no son nativas digitales también avancen sobre sus procesos de transformación, así como con el despliegue de estrategias, modelos de negocios, canales, procesos y experiencias del cliente apuntalados en nuevas tecnologías y guiados por datos.
Transacciones
“Uno de los errores más frecuentes en estos procesos es suponer que hay una empresa grande y otra chica, donde una se come a la otra, ya sea por volumen de facturación, por capacidad tecnológica o por agilidad en el mercado frente a sus competidores. Pero esto no es garantía de éxito”, analiza el ejecutivo, quien agrega que “la fusión con una startup o una empresa digital que ya traiga todo eso en su ADN parece un camino allanado para alcanzar ese objetivo, pero no lo es”.
Las estadísticas hablan de una alta tasa de falla en las transacciones por las cuales dos empresas se unen: se estima que entre el 70% y el 90% de las M&A no prospera. Uno de los grandes obstáculos que impiden el éxito reside, precisamente, en la integración de ambas culturas. En líneas generales, suele ocurrir que una cultura absorbe a la otra. Puntualmente, una encuesta reciente de Olivia detectó que solo en el 66% de los casos la predominante pasó a ser la de la empresa compradora.
Estos datos llevan a observar con atención cómo habrán de avanzar las 61 operaciones registradas en el primer trimestre del año, dado que la mayoría de las transacciones tuvieron como protagonistas a capitales de empresas de Estados Unidos, según los datos de TTR.
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Cultura organizacional
En este sentido, desde Olivia advierten que el choque cultural se potencia cuando las dos compañías que forman parte de la transacción de M&A provienen de universos tan diferentes como de dos países distintos o de dos épocas dispares, como las que nacieron en la época analógica frente a las que lo hicieron en el mundo digital.
De hecho, existen casos en los que la empresa digital absorbe a la tradicional. La encuesta de Olivia detectó que en esas transacciones el 42% de los casos tiene como objetivo el ingreso a nuevos mercados, mientras que el 19% busca ampliar la base de clientes, el 8% la incorporación de “know how” y el 2% la incorporación de talento: todas cualidades que una empresa legacy reúne y que una compañía nativa digital puede necesitar, en particular en las etapas iniciales del proyecto.
Entre tanto, expertos coinciden en que la clave para que se dé el éxito en estos procesos de integración organizacional está dada por el cambio. “Las organizaciones deben trabajar en encontrar el punto de equilibrio para que sea posible incorporar todos los elementos que dieron valor a la empresa comprada y, al mismo tiempo, adoptar de manera ágil aquellos que llevaron a la compradora a tener ese apetito por el crecimiento en ese momento particular de la historia", sostiene el experto.