“Golpe en el techo", el aviso israelí a civiles en Gaza | El Nuevo Siglo
Aviso a civiles en Gaza antes de un ataque
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Sábado, 22 de Mayo de 2021
Redacción internacional con AFP

Mensaje de texto por móvil, llamada o disparo de advertencia: el ejército israelí utiliza la controvertida técnica "roof knocking" ("golpe en el techo") en algunos de sus bombardeos sobre Gaza para pedir a los civiles que evacuen antes de un ataque inminente y protegerse así contra posibles acusaciones

El anterior sábado, por la tarde, en el enclave palestino bloqueado por Israel desde hace casi 15 años, Jawad Mehdi, propietario de un edificio comercial que alberga las oficinas de medios internacionales, recibe una llamada de un oficial israelí.

Por teléfono, se le pide en árabe que organice la evacuación del edificio dentro de una hora. El propietario intenta negociar un plazo suplementario. La conversación se prolonga. La torre de 13 pisos, evacuada en pánico, es pulverizada una hora más tarde.

El ejército israelí, que inventó el "roof knocking", bautizado "hakesh bagag" en hebreo desde 2009 y adoptado en 2016 por el ejército estadounidense en Irak, introdujo esta técnica de disparo de advertencia -extendida a llamadas, mensajes o incluso al lanzamiento de folletos- en su comunicación de guerra.

En 2009, durante la operación "Plomo Fundido", el ejército israelí informó haber emitido desde los cuarteles generales de la inteligencia militar cerca de 165.000 llamadas de advertencia a Gaza, a menudo mensajes pregrabados en árabe.

Razones morales

Desde entonces, se instalaron cámaras debajo de las cabinas de mando y el ejército emite regularmente videos que muestran la técnica "en acción".

"Enviamos un pequeño misil, vacío, para golpear el techo y hacer que los civiles sepan que tienen que evacuar el edificio. Permanecemos en observación para asegurarnos de que se van", explica un responsable de la aviación militar israelí, que exigió el anonimato. "Cuando tenemos la mayor certeza posible sobre la evacuación del edificio, disparamos", precisa.

Si bien este funcionario encargado del protocolo se refiere ante todo a "razones morales", que incitan al ejército a limitar los "daños colaterales sobre los civiles", Israel también tiene la intención de protegerse contra eventuales acusaciones.

La fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) abrió una investigación por presuntos crímenes de guerra en los territorios palestinos, en particular durante la guerra de Gaza de 2014.

La fiscalía militar israelí está incluida en la elaboración de algunos de estos protocolos de advertencia.

Mohamad al Hadidi se pregunta por qué nunca recibió esa llamada el sábado pasado, cuando su esposa y cuatro de sus cinco hijos murieron en un bombardeo israelí contra un edificio del campamento de Al Shati, donde la familia pasaba la noche. "¿Qué hemos hecho para merecer ser bombardeados, sin ninguna advertencia, sin que se nos pida que evacuemos?", subraya.

Poco tiempo

El ejército no proporcionó cifras sobre el número de "roof knockings" desde el comienzo, el 10 de mayo, de la escalada militar con Hamas, movimiento en el poder en Gaza. 

"Hemos dirigido más de 1.000 ataques. Cuando se trata de infraestructuras, podemos utilizar esta técnica, pero no cuando se trata de la eliminación de terroristas", afirma el responsable de la aviación militar.

En el bombardeo que mató a la familia de Mohamad al Hadidi, el ejército afirma haber atacado a "comandantes de Hamas" que se encontraban en un departamento.

Los palestinos que vivieron esta extraña interacción con el enemigo describen la tensión, el estrés e incluso el trauma dejado por estos pocos minutos en los que se juega su supervivencia. Describen lo que pudieron llevarse o bien tuvieron que dejar antes de salir corriendo.

Para Amnistía Internacional, "emitir una advertencia no absuelve a las fuerzas atacantes de sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario hacia los civiles", destaca su portavoz para la región, Sara Hashash.

"En muchos casos, faltan los elementos básicos de advertencia, como el momento del ataque, los lugares dónde ponerse a salvo o la garantía de una evacuación segura y a tiempo", explica.

En el caso del lanzamiento de un misil vacío en el techo, las familias también pueden pensar que se trata de una falsa alarma o que el ataque ya pasó, explicaba la ONG en un informe en 2014.

"Hubo casos de ataques mortales, lanzados muy poco tiempo después de la advertencia a los civiles", estima la portavoz regional.

Balance

Desde la madrugada del viernes opera el alto al fuego entre Israel y Hamás logrado con la medicación de Estados Unidos y Egipto. Sin embargo, los diez días de ofensiva israelí en uso de su derecho legítimo a la defensa han tenido alto impacto en pérdida de vidas humanas, destrucción de infraestructuras clave y desplazamiento forzado.

En Israel 12 personas murieron, entre ellas un niño, una adolescente árabe israelí y su padre, así como un indio y dos tailandeses, según los médicos israelíes. También 357 personas resultaron heridas por los cohetes disparados desde la Franja de Gaza, un total de 4.070, de los cuales el sistema de defensa interceptó alrededor del 90%.

2.061 reclamaciones fueron recibidas por viviendas alcanzadas por cohetes y 1.367 más por coches afectados en el sur y el centro de Israel, según la autoridad fiscal de Israel, que se ocupa de las indemnizaciones.

Entre tanto en Gaza, 243 palestinos, entre ellos 66 niños, murieron en ataques aéreos israelíes en el enclave. Entre los fallecidos hay dos médicos, entre ellos el jefe de medicina interna del hospital Shifa, el más importante de la Franja de Gaza.

Más de 1.900 personas, entre ellas 560 niños, resultaron heridas y 91.000 personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares, según la agencia humanitaria de la ONU. 

La afectación a la infraestructura fue: 1.447 viviendas (casas o pisos) y 205 bloques residenciales fueron destruidos, según el grupo Hamás, que agregó que 75 instalaciones gubernamentales y públicas resultaron averiadas, así como 14 kilómetros de tuberías de agua, 50 pozos de agua y 17 kilómetros de alcantarillado, afirma Hamás.