Perspectiva. Descubridor de maravillas en San Cipriano | El Nuevo Siglo
EL ACUARIO Natural San Cipriano alberga unas 39 especies de peces y, gracias a sus aguas cristalinas, todos están a la vista de los turistas. / CVC
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Sábado, 24 de Junio de 2023
Redacción medio ambiente con AFP

A bordo de una ‘brujita’ o dejándose arrastrar por la corriente montado en un neumático, comienza la aventura que conduce al Acuario Natural San Cipriano, una maravilla de la naturaleza enclavada entre Cali y Buenaventura y explorada desde hace poco.

El pueblo que le da el nombre a este exótico lugar es pequeño y es una reserva natural, rodeado de bosque, ubicado cerca de la ciudad de Buenaventura, en el Pacífico, a 100 km de la capital del Valle del Cauca.

Es muy turístico por su hermoso ecosistema, maravillosos senderos, cascadas naturales y su bosque húmedo tropical.

Todo comienza antes de llegar al pueblo, donde se empieza con un pequeño viaje en ‘brujitas’ (carros esferados o de balineras), siendo una travesía de 6 kilómetros cargados de adrenalina y fantasía.

En este lugar se pueden realizar diferentes actividades, como caminatas ecológicas, pesca deportiva, paseos a caballo, visita al mariposario, las cataratas, pero la parte donde disfrutan más los turistas es el río, uno de los más limpios de todo el país.

“La parte en donde se puede apreciar lo mejor de esta maravilla es donde confluyen, donde se abrazan o se entrelazan los ríos Escalerete –que surte de agua a Buenaventura– y San Cipriano. Los dos son ‘contribuyentes’ del Dagua”, explica Joaquín Alfonso Rojas, un amante de la naturaleza que no quiso que tanta belleza pasara desapercibida y por ello se dio a la tarea de realizar un documental, apoyado, entre otras entidades, por la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC), denominado “El sorprendente acuario natural de San Cipriano”.

Allí se muestra cómo el maravilloso río se convierte en un acuario natural que contiene más de 20 especies de peces.

“Se buscó caracterizar a los peces que hay en la reserva y, a su vez, que alrededor de esta se genere toda una estrategia educativa para la comunidad y los turistas que vienen. El objetivo principal es mostrar lo importante de conservar el área protegida”, sostuvo Jean Carlos Sánchez, investigador del proyecto Acuario.

Este preciado sitio cuenta con 8564 hectáreas protegidas que están bajo el cuidado de la CVC y la comunidad organizada en la Fundación San Cipriano, entidad sin ánimo de lucro que es la encargada de administrar la zona.

Con esta investigación, resumida en un documental, la comunidad se sorprendió al conocer especies que estaban ocultas a simple vista y se dieron cuenta de que existen algunos peces propios de la zona, totalmente nuevos para la ciencia. Se espera tener más resultados tras meses de investigación profunda

Riqueza oculta

Según Joaquín, su tarea es “hacer pedagogía sobre la riqueza íctica de estos ríos. Allí habitan muchas especies en el lecho o asociadas a los ríos”.

“En este caso estamos hablando de los peces de San Cipriano, que es un decir, porque no son solo de ahí, sino que son de toda la cuenca. Pero es allí donde tenemos ese acuario maravilloso, por las condiciones del agua, por su transparencia, por el acceso, son fáciles de observar pero no todos. Uno va al río y ve las sardinitas, los sábalos. Ya para los peces de fondo hay que ‘caretiar’, buscarlos, hay que tener paciencia y sobre todo con los nocturnos”, manifiesta.

Asegura que “San Cipriano tiene unos ríos profundos de aguas muy cristalinas. Es algo indescriptible. Allá, cuando llueve, la lluvia lo arropa a uno, lo hace sentir especial. Es una de las zonas más lluviosas del planeta. Tiene la ventaja de contar con unos acuarios de diferentes tonalidades por aquello de las profundidades del agua. A medida que se va haciendo más profundo, la tonalidad se vuelve verde, y entre más profundo, más verde; es algo parecido al mar”.



“Si se va por los rápidos, por las corrientes, que son cristalinos, ve caer esa agua en un verde que cambia de tonalidades dependiendo de cómo lo mire. Como dice la canción, el color de la gema depende del lado que uno la mire”, señala Joaquín, el explorador de las maravillas del Acuario Natural San Cipriano.

Añade que “es espectacular. Hablamos de San Cipriano, pero en realidad son dos ríos: el río Escalerete, que surte de agua a Buenaventura y en un sitio conocido como Dos Ríos se junta, se abraza, se encuentra con el San Cipriano, y de ahí hacia abajo justo en ese punto de encuentro, en ese vértice, es donde la gente inicia el recorrido por el río en los neumáticos”.

Recalca que “este es un paseo en familia que comienza cuando se monta en la ‘brujita’ y si está lloviendo, mucho mejor”.

Pero no todo ha sido color de rosa. Recuerda Joaquín que la cuenca del río Dagua, del que el Escalerete y el San Cipriano son ‘donantes’, “sufrió un de las agresiones más brutales por la extracción minera en Zaragoza. Eso afectó mucho la reproducción del pez mochila, que es como un camaleón grande y el asunto es que no se reproduce en los ríos, sino que nace en el mar y se remonta, sube a agua dulce para crecer y cuando ya tiene los huevos, otra vez baja al estero para reproducirse. Ahí encontramos las especies que sobrevivieron a esa catástrofe”.

Asegura que explorando “uno se encuentra con sorpresas. La lucha por la supervivencia no respeta nada. Vimos un pez anilla, lo seguimos hasta que fue y atrapó a uno de otra especie. También se ve la mojarra cuidando a sus crías de los depredadores, ella se las mete a la boca”.

“El público, ni siquiera las personas que habitan en la zona, son conscientes de la infinita riqueza que alberga el Acuario de San Cipriano. Hay muchas especies que viven en ambientes críticos y no caben en un anzuelo o una atarraya de las que utilizan los nativos para el tema de la seguridad alimentaria, hay muchas especies que no caen ahí porque se mantienen muy escondidas, hay que ir a buscarlas, entonces menos los turistas y el público en general las van a ver”.

Alrededor de 500 personas habitan en San Cipriano, las cuales viven única y exclusivamente del turismo, el cual es más numeroso los fines de semana, los puentes y en las temporadas de vacaciones.

“Tenemos documentadas 39 especies más el camarón, la anguila y seguimos explorando”, indica Joaquín.