En menos de siete días el gobierno electo de Gustavo Petro logró conformar una coalición parlamentaria que le asegura que la agenda de las reformas legislativas propuesta en campaña tiene una alta posibilidad de ser aprobada durante esta primera Legislatura, que se instalará el 20 de julio.
Además de lo anterior, el nuevo gobierno, que se posesionará el 7 de agosto, tendrá las mayorías suficientes en Senado y Cámara para varios procesos de elección que se harán en los primeros meses de la nueva Legislatura, empezando por la elección del Contralor General de la República (para lo cual ya hay una lista de elegibles con 10 nombres), la selección del nuevo integrante de la Corte Constitucional (que remplazará a la magistrada Gloria Ortiz y cuya terna será presentada por la Corte Suprema de Justicia), así como de los nueve magistrados del Consejo Nacional Electoral, a los que se les está por vencer el periodo, y en donde es claro que la coalición del Pacto Histórico tendrá como mínimo dos cupos.
El domingo en la noche, una vez se confirmó el triunfo de Petro sobre Rodolfo Hernández, las cuentas del gobierno electo en materia de bloque parlamentario eran precarias. En el Senado, por ejemplo, contaba con los 20 congresistas electos del Pacto, las cinco curules automáticas entregadas al partido Comunes (exFarc) y los dos senadores de la circunscripción indígena. Es decir, que arrancaba con apenas 27 escaños a su favor de los 108 que componen la corporación.
Entre tanto, en la Cámara la plataforma Petrista arrancaba con 25 curules del Pacto, 5 de los exFarc, 1 de la circunscripción afrodescendiente, así como más de una decena de los 16 nuevos parlamentarios por las circunscripciones de paz y algunos congresistas de pequeños partidos y movimientos significativos de ciudadanos. Es decir, alrededor de 50 escaños dentro de un total de 187 en esa corporación.
Sin embargo, con base en la convocatoria que hizo el Presidente electo para un “acuerdo nacional”, los compromisarios del Pacto Histórico se empezaron a mover más rápidamente para conformar una coalición parlamentaria gobiernista que garantizara no solo la aprobación de la agenda legislativa sino un clima de gobernabilidad de largo aliento.
Dicho lo anterior, el gobierno petrista arrancaba en desventaja en el Congreso y se presagiaba que podría ser bloqueado por el resto del mapa político.
El primer logro fue sumar al bloque gobiernista a los integrantes de la Coalición de la Centro Esperanza que tienen como principal base al partido Alianza Verde; así las cosas, en el Senado la plataforma petrista se amplió en 13 curules más y en la cámara se sumaron 11 curules, así como dos más elegidos por la Coalición de manera autónoma y otros dos en Coalición. Esto elevó, en la cámara alta, la coalición de gobierno de 27 a 40 escaños, en tanto que en la baja se alcanzaron las 69 curules.
Alianzas claves
El siguiente objetivo fue el liberalismo oficialista. Los compromisarios del Pacto histórico, con Roy Barreras a la cabeza, y la intermediación definitiva del presidente electo con el jefe único de la colectividad roja, el expresidente César Gaviria, lograron concretar en apenas dos días (martes y miércoles) esta meta.
Al declararse el liberalismo como partido de “gobierno”, la coalición oficialista subió de 40 a 54 escaños en el Senado, en tanto que en la Cámara alcanzó los 101. Esto por cuenta de los 14 senadores electos rojos (descontando la plaza del hoy capturado Mario Castaño) y las 32 de la Cámara.
Es decir, que ya a mitad de semana la coalición del nuevo gobierno tenía el 50% del Senado y el 54% de la Cámara.
Es claro que en la adhesión liberal fue clave el acuerdo para la rotación de las juntas directivas de Senado y Cámara, al punto que Roy Barreras ya fue postulado para presidir el primero y un liberal estará al frente de la segunda.
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Sin embargo la cuestión no terminó ahí. La reiteración por parte del presidente electo de la necesidad de “acuerdo nacional” llevó a que el resto de los partidos revisara su postura frente al nuevo gobierno. En ese proceso ha tenido mucho efecto la invitación de Petro a dialogar con los candidatos presidenciales, Rodolfo Hernández, el expresidente Álvaro Uribe y otros líderes políticos contradictores suyos. De un lado, Hernández no solo anunció que asumirá la curul a la que tiene derecho por haber quedado en el balotaje presidencial, sino que tanto él como su fórmula vicepresidencial, Marelen Castillo (que irá a la Cámara), no estarán en la oposición sino que asumirán una postura de independencia frente al nuevo Ejecutivo.
A ello se suma que el viernes pasado el expresidente Uribe aceptó, a nombre del Centro Democrático, una reunión con Petro que podría darse el miércoles. A todo lo anterior debe agregarse que tanto directivas y delegados de las bancadas de los partidos de La U y Conservador hablaron con los compromisarios del Pacto Histórico, incluso con el propio Petro.
De esta forma, el sábado pasado la mayoría de la bancada del Partido Conservador anunció que no se iba a declarar en oposición y que incluso estaba dispuesta a apoyar una parte de la agenda legislativa del gobierno electo. En ese orden de ideas, lo más probable es que los 15 senadores azules y los 25 representantes azules se declaren como partido independiente, en contravía de lo que proponía el presidente del directorio nacional, Omar Yepes Alzate, que ante la decisión del bloque parlamentario presentará su renuncia a mitad de esta semana.
Este domingo el Partido de La U (que ya había advertido días atrás que no se iría a la oposición) emitió un comunicado en el que informa que “Luego de reunión de bancada electa de congresistas, se ha decidido ser parte de la coalición parlamentaria del Gobierno electo para elección de las mesas directivas de las diferentes comisiones de Senado y Cámara de Representantes… La decisión acerca de la postura frente al Gobierno entrante será tomada una vez se cumpla los encuentros programados para tal fin…”.
“Saludamos la propuesta en materia de la construcción de un gran “acuerdo nacional” y manifestamos nuestra voluntad de participación en el desarrollo de una agenda legislativa que ofrezca soluciones a los problemas fundamentales del país como la pobreza, la seguridad alimentaria, la desigualdad, la implementación del acuerdo de paz, todo ello dentro del marco del respeto a la institucionalidad, las libertades y el estado social de derecho”.
Así las cosas, la coalición gubernamental en Senado subiría a 64 y en Cámara alcanzaría los 116 escaños, esto por cuenta de agregar los 10 senados de La U y las 15 plazas en la Cámara.
Es decir, que ya el gobierno Petro tiene mayorías suficientes en Senado (casi 60%) y Cámara (62%) para ser aprobados los proyectos de Ley y de acto legislativo que presentará apenas arranque el Congreso, para cumplir con sus promesas de campaña sobre el “cambio y transformación nacional”.
Si bien es cierto que todavía en todas estas adhesiones no se ha hablado de cuáles son los pactos ideológicos y programáticos, como tampoco la agenda legislativa en específico, es claro que en apenas siete días el nuevo Ejecutivo ya tiene gobernabilidad en materia parlamentaria.
En la franja de los independientes estaría el partido Conservador (15 senadores y 25 representantes), Hernández y Castillo (una curul en el Senado y tres en Cámara), el MIRA (tres senadores y una Cámara), Nuevo Liberalismo (una curul en Cámara) y posiblemente algunos parlamentarios de la cámara baja de movimientos pequeños.
De Cambio Radical, que tiene 11 senadores y 16 representantes a la Cámara, no hay pronunciamiento oficial por el momento, pero muchos analistas dan por sentado que podría quedarse en la franja de los independientes, tal como lo ha estado durante el gobierno Duque.
En la oposición entonces solo quedarían los 13 senadores y 16 representantes de la Cámara del Centro Democrático. Y, posiblemente, el senador de Colombia Justa y Libres, cuyo excandidato presidencial, John Milton Rodríguez, se ha mostrado muy crítico con los partidos de centroderecha que se están alineando con el Gobierno de Petro.