El fútbol colombiano sigue de mal en peor. A los fracasos acumulados desde 2016, cuando Nacional conquistó su segunda Copa Libertadores, se suma una serie de descalabros, no solo a nivel de clubes, sino de selecciones, y lo más grave es que no se vislumbran soluciones a corto plazo.
Los dirigentes de la Federación Colombiana de Fútbol viven más preocupados por defenderse que por diseñar planes para el mejoramiento de la actividad. Creen que con escudarse en que “nosotros no jugamos”, salvan responsabilidad por sus pésimas decisiones y no es así.
Si se quiere salir del fondo que ya se tocó, se requiere un mea culpa desde los dignatarios de las ligas, los clubes, la Dimenor, Dimayor y Federación Colombiana de Fútbol.
No se puede seguir esperando que los jugadores se den “silvestres”, o que surjan en el Pony Fútbol o la Copa Bon Bon Bum, sino que se requiere volver a los torneos locales, a la norma del Sub-19, los campeonatos de reservas y el ascenso de la 1C a la B.
Para los 16 equipos que disputan el torneo de ascenso no hay ninguna presión, salvo que sus directivas quieran que pasen a la A. El no haber descenso les brinda tranquilidad, les permite relajarse, mientras que para los de la C no hay la más mínima motivación.
Los campeonatos nacionales, de donde surgieron grandes estrellas, perdieron protagonismo y si los hacen, pasan desapercibidos, no los publicitan y los aficionados pierden la oportunidad de disfrutar esa esencia del fútbol aficionado que, aparte de mostrar nuevos valores en formación, está alejado de resabios como la pérdida deliberada de tiempo.
Los directivos
Buena parte de lo que le ocurre al fútbol colombiano es responsabilidad, en gran medida, de los directivos, empezando por Ramón Yesurún y Álvaro González Alzate, quienes tienen el mando de la Federación y son los encargados de decidir qué técnicos contratar para los diferentes representativos patrios.
Además, solo ellos determinan si se cambia a un entrenador no siempre por los resultados, sino porque no atiende sus “sugerencias”.
Pero justamente son ellos los primeros en eludir responsabilidades con el pretexto de que “nosotros les damos todo” y, sobre todo, con el argumento de que “nosotros no somos los que jugamos”.
Por ahora, a Yesurún y González Alzate lo único que les preocupa es perpetuarse en el poder, no solucionar los males que aquejan a un deporte que, en algún momento, se llegó a equiparar con el de Argentina o Brasil y del que se creía, las goleadas de 7-1 ya estaban proscritas.
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Les siguen los dignatarios de las ligas a quienes lo único que les interesa es respaldar a González Alzate para que siga al frente de la Dimenor y les dé algún dinero para sostenerlas, pero no se preocupan por hacer torneos que realmente valgan la pena.
Y después están los directivos de los clubes, de los 36 afiliados a la Dimayor, quienes tiran cada uno para su lado, se cierran a la banda de hacer un torneo que genere emociones a los aficionados, pero no que sea de alta exigencia competitiva.
Sí, la liga con su definición de los ocho clasificados a los cuadrangulares y el descenso, así como la disputa del cupo a la final y, por ende, la del título, es muy emocionante, invita a los aficionados a llenar los estadios, pero no se repara en el real nivel de los equipos y lo que se ha visto cada vez que salen a competir es que para entre casa es muy bueno, pero de las fronteras hacia afuera es muy malo.
A todo nivel
A la eliminación del Mundial de Catar, que se debió a una suma de errores en los que Yesurún y González Alzate tuvieron su alto grado de responsabilidad, se acaba de añadir un fracaso estruendoso: el resultado en los Juegos Bolivarianos.
El onceno patrio, orientado por Jorge Serna, llegó como el inmenso favorito a ganar el oro pero de tres partidos solo ganó uno y apenas le alcanzó para colgarse el bronce.
Perder frente a Paraguay se puede justificar, no así contra Bolivia, y ello lo único que evidencia es que no hay trabajo en las bases, como ya lo había mostrado también la participación en el anteriormente llamado Torneo Esperanzas de Toulon.
Ahora bien, si no hay torneos de calidad, poco se le puede pedir a las selecciones menores porque ¿de dónde sacan los técnicos jugadores con un buen nivel competitivo?
A estos pobres resultados hay que agregar los de los equipos que disputaron las copas Libertadores y Suramericana.
Millonarios estuvo en la segunda fase previa de la Libertadores y aunque le plantó cara a Fluminense no logró avanzar, mientras que Cali, que disputó la tercera ronda, ganó un lugar en la Suramericana, de la que fue eliminado por Melgar de Perú.
Nacional se vio las caras con Olimpia del Paraguay y quedó fuera tras empatar 1-1 y caer luego 3-1. El único que sobrevivió fue Tolima, que llegó hasta octavos de final y se alcanzó a ilusionar, pero fue vapuleado por Flamengo de Brasil, que primero lo venció en Ibagué 0-1 y en el Maracaná lo ‘masacró’ 7-1.
A la Suramericana clasificaron Medellín, Junior, América y La Equidad. Ninguno logró destacarse, dejando entrever nuevamente que el nivel del fútbol colombiano es muy bueno a nivel local, pero muy malo cuando de competencias internacionales se tata.
La disculpa es que el poder económico de clubes como los brasileños o los argentinos dista mucho del de los colombianos. Sin embargo, ¿cómo es que Millonarios logró jugarle de igual a igual a Fluminense?
¿Y las damas?
Capítulo aparte merecen las damas. Con una liga corta, desempleadas buena parte del año y aún así compiten en la Copa Libertadores y pelean título.
La mala noticia es que no hay forma de hacer dos torneos al año y que les toca seguir trabajando por su cuenta, salvo algunas excepciones, sin sueldo y soñando con que algún día podrán estar a la par con los hombres, si no en salarios, sí por lo menos con la realización de torneos Apertura y Finalización.
Ya una, la Sub-20, está clasificada para el Mundial de la categoría y la de mayores busca cupo en Cali, pero salvo algunos pocos directivos, los otros consideran una carga económica para el club el tener un representativo femenino.
Hoy por TV
La Equidad-Santa Fe 2:00 p.m. Win Sports
Fortaleza-Palmeiras 4:00 p.m. Star+
Nacional-Cortuluá 6:10 p.m. Win Sports+
River Plate-Godoy Cruz 6:30 p.m. Star+
Tolima-Medellín 8:15 p.m. Win Sports+