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Viernes, 9 de Julio de 2021
Redacción Cultura
La pandemia, con sus cuarentenas, confinamientos y tiempo extra en casa, ha puesto a prueba la solidez de las relaciones afectivas. Los terapeutas de pareja han mencionado que las consultas han aumentado hasta en un 70% en los últimos meses. Esto se ha dado porque las rutinas antes de la pandemia hacían que las parejas pasarán más de 10 horas fuera de la casa y el confinamiento obligó a tener más interacciones en familia, lo cual pudo traer resultados tanto positivos, como negativos.
Si está experimentando una situación de pareja difícil e identifica alguna de las señales de alarma que encuentra a continuación, según Paola Penagos, psicoterapeuta de familia de Colsanitas, es un buen momento para acudir a un profesional.
- Transformación drástica de la relación: si la pareja ha tenido alguna situación puntual que haya modificado la dinámica de la pareja, como por ejemplo una infidelidad, mentira o engaño.
- Permanentes discusiones: si se presentan situaciones constantes en las que la pareja no logra tener un consenso para resolver los problemas y van generando un problema mayor como maltrato psicológico, humillación, dolor, entre otros.
- Disminución en la intimidad emocional: cuando disminuye el trato amoroso, cordial, las caricias y la complicidad entre la pareja. La intimidad emocional es fundamental en una relación afectiva y es, incluso, más importante que el componente sexual, pues este último pasa por diferentes etapas en una relación larga y estable.
- La intimidad sexual se siente incómoda o molesta: alguno de los dos se siente inconforme o presenta problemas en el acto sexual. Aunque la vida sexual sufre cambios con el paso del tiempo, la llegada de hijos, los cambios emocionales, entre otros factores, si hay sentimientos de inconformidad y rechazo, es una alarma de que algo no está bien.
- Situaciones del pasado que vuelven al presente: cuando no se solucionan o se llegan a acuerdos de temas que interfieren en la pareja como hijos de otros matrimonios, exparejas, entre otros.
- Conflictos en la crianza: la forma en que se educa a los hijos implica consensos a la hora de educar, sin embargo, en ocasiones, esto puede generar choques de convicciones y valores que en algunos casos son difíciles de manejar.
- Distanciamiento y conflicto: si uno de los dos quiere mejorar, crecer o hacer algún cambio, pueden haber diferencias. Sin embargo, lo que no debe suceder es que esto sea un motivo de distanciamiento y conflicto entre la pareja.