La vida cultural de Octavio Arbeláez Tobón comenzó detrás de un proyector. Eran los tiempos de Cine Taller Secuencia, un cine club que existió en Manizales en la década del 70 y que sirvió para que los amantes del séptimo arte de esa ciudad pudieran acceder a las películas que no llegaban por el circuito comercial.
Y aunque se hizo abogado, un posgrado en filosofía y mercadeo cultural lo llevó al universo que hoy habita: el teatro y la música. Y más allá de eso, la promoción, los mercados, la búsqueda de talentos y la generación de oportunidades para cientos de hombres y mujeres no solo de Colombia, sino de gran parte del mundo gracias a dos escenarios: el Festival Internacional de Teatro de Manizales (FITM) y Circulart.
Trabajos culturales
Su conocimiento de la cultura lo ha llevado por varios cargos: decano de la Facultad de Artes de la Universidad de Caldas, director de Artes del Ministerio de Cultura de Colombia, consultor del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en el área de Cultura y Nuevas Tecnologías, director general de la Red de Productores Culturales Latinoamericanos (Redlat).
En este performance que es su vida ha obtenido múltiples reconocimientos: Premio ISPA -International Society for the Performing Arts a la Gestión Cultural, Primer Premio Glommnet, reconocimiento a toda una vida, otorgado por la Red Mundial de Mercados de la Música con sede en Seúl, Corea del Sur; Orden del Congreso de la República de Colombia en el grado de Caballero y la Orden de las Artes y las Letras de Francia, en el grado de Comendador.
En 1984 logró poner en escena el VI Festival Internacional de Teatro de Manizales, que llevaba más de 10 años inactivo, logrando llevar a esa ciudad grupos de Italia, Argentina, Uruguay, Venezuela y agrupaciones colombianas que brindaron espectáculos memorables en las salas de Fundadores, El Galpón, Colsubsidio y sobre todo en las calles de una ciudad maravillada y rendida al teatro.
Ya son 40 años como director, consultor, gestor y siendo la cara visible ante el mundo de esta fiesta, que llega a su edición 55 y que él mismo acaba de presentar en Manizales.
EL NUEVO SIGLO habló con Arbeláez, quien además de ser un gestor cultural internacional, se desempeña como abogado en asuntos de derechos culturales y de derechos de autor en España y desarrolla una cátedra sobre el tema en algunas universidades de Europa y Latinoamérica.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo se ve desde el Festival de Manizales, en sus 55 años, el avance del teatro no solo en este continente, sino en el mundo?
OCTAVIO ARBELÁEZ TOBÓN: En Manizales hemos tenido grupos de todas partes del mundo y el Festival ha sido testigo de su tiempo, pero a la vez ha impulsado las distintas manifestaciones y la evolución de la escena mundial. Hemos presenciado grupos de teatro de todas las modalidades y hemos visto toda la irrupción de los diferentes modos de producción, incluidos los desarrollos tecnológicos, las nuevas aplicaciones y las aproximaciones desde la dramaturgia a la escena teatral, desde la danza y desde muchas vertientes. Siempre decimos, ante los que proclaman la muerte del teatro, que es un arte efímero que cumple 2.000 años.
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ENS: ¿Cómo se ha insertado el Festival de Manizales en esas nuevas tecnologías, en esos nuevos espacios?
OAT: Manizales es una ciudad que ha estado comprometida con el desarrollo de las nuevas tecnologías y la sociedad del conocimiento, entonces el Festival desde sus inicios ha estado a la vanguardia en este sentido. Cuando apenas en el mundo se asomaba al desarrollo web, el Festival ya tenía su espacio, y cuando la pandemia, que se hablaba de creación on line y creación interactiva, nuestro tema ese año, 2020, fue ese, convirtiéndonos en líderes en Latinoamérica, lo que nos dio la oportunidad de ser coproductores de muchos espectáculos que indagaban esas nuevas realidades con formas dramatúrgicas.
ENS: ¿Han correspondido a esta tradición teatral, a este esfuerzo de 55 años de espacio para el arte y la cultura, los gobiernos y el Estado colombiano, digamos en materia presupuestal?
OAT: No, no ha sido así. Consideramos que un festival que cumple 55 años, reconocido internacionalmente, pionero en Colombia y en América, Patrimonio Cultural de la Nación, debería tener un tratamiento privilegiado en materia presupuestal, pero ni el Ministerio de Cultura, ni la Gobernación ni la Alcaldía nos dan ese trato. Todavía tenemos un presupuesto como el de hace 15 o 20 años, con un dólar a $2.000, y pese a que bajó, hoy en día trabajar con eso es muy difícil. Creemos que no es justo que un evento de esta envergadura tenga que estar mendigando cada año para evitar desaparecer.
ENS: Esta versión del Festival trae a Galicia como invitado, ¿qué referentes tenemos en Colombia, qué podremos ver en Manizales?
OAT: Colombia está ligada a la historia de los “gallegos”. Gran parte de la migración española en nuestro país proviene de esa región y en materia teatral su presencia es una gran novedad, entonces lo que veremos serán cinco compañías de Galicia que hacen teatro, danza y teatro callejero, que son la gran apuesta que hace el FITM 2023.
ENS: ¿Cuáles son los cinco imperdibles del Festival, como para ir reservando abono?
OAT: Además de los grupos de Galicia, tenemos varios espectáculos de grupos de América Latina. De Uruguay viene Gabriel Calderón quien, junto a Guillermo Calderón, de Chile, hacen a otro Calderón, Calderón de la Barca, y presentarán “Constante”. Un espectáculo de México dirigido por Luis Mario Moncada y Martín Acosta, probablemente los talentos más importantes de la escena mexicana contemporánea. El tercer imperdible, sin ninguna duda, es la gran revelación del teatro argentino actual que es Mariano Tenconi Blanco, con la obra “Las cautivas”. De Colombia hay que destacar que el Teatro Petra estrenará obra y que tendremos también a la Maldita Vanidad y a Johan Velandia de la Congregación Teatro.
Circulart, selección de lujo
“Todo apunta a que este año, en la edición 14, será histórico, pues tenemos referencia de toda Iberoamérica. Hemos hecho una selección estupenda y este año abrimos el campo a la música clásica, al teatro y a las artes escénicas”, dice Octavio Arbeláez, quien dirige Circulart, un evento que reunirá en noviembre próximo a representantes de las artes de Latinoamérica y España.
Circulart, como mercado de música, es el más destacado en Latinoamérica, manteniendo un modelo propio que incluye tres componentes: negocios, conversaciones y muestras artísticas en las que se dan cita artistas, productores, empresarios, agencias de distribución y representación, académicos, compañías y creadores de la música y las artes escénicas, emprendedores, sellos disqueros y múltiples organizaciones que trabajan en la convergencia de la cultura y los negocios, para establecer un diálogo proactivo sobre el desarrollo de estas industrias creativa.