Estudio del empresario y científico Jorge Enrique González Ulloa es un avance para quienes sufren de colesterol
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22 años de investigación rindieron sus frutos al empresario y científico Jorge Enrique González Ulloa, quien dio un paso gigante hacia la revolución de la industria azucarera en el mundo y un aporte significativo para la salud de quienes padecen de colesterol alto.
Pero esta no es la única patente que ha conseguido González Ulloa. En su larga trayectoria en el mundo de la caña, suma cinco, con inventos industriales.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo surgió esta investigación?
JORGE ENRIQUE GONZÁLEZ ULLOA: Siempre he sido inquieto en estos temas. Para entender un poco la razón de mis estudios, debo decir que nací en el Ingenio Riopaila. Tengo 72 años y en esa época no había celulares, en el ingenio no había sino un teléfono de cuerda, llamar a Cali se demoraba mucho tiempo. Estudié en una escuela con los hijos de los trabajadores. Mi pasión era ir al ingenio a jugar con las máquinas. Me fui a Cali a estudiar con los Jesuitas y posteriormente, a Lousiana State University; cuando llego a prepararme, el doctor Artur Keller, quien era el que sabía más de azúcar en el mundo, me nombró su asistente personal. Yo me conocía el proceso porque manejaba todas las máquinas. El doctor Keller me introdujo en la parte científica de la caña de azúcar.
ENS: ¿En qué consiste su invento?
JEGU: Descubrí el método para preservar el jugo de la caña de azúcar; este contiene minerales, vitaminas y proteínas, pero industrialmente -antes de mi invento patentado- se fermentaba y no se podía usar. Entonces, logro una patente sobre cómo preservar el jugo; estudiándolo molecularmente, encuentro que este contiene un bagasillo microscópico que se introduce a la levadura, que no muere con la pasteurización sino al someterlo a más de 450 grados centígrados. Logré, entonces, cómo preservarlo y ese fue el origen de mi primera patente en el año 2002, SUKKAR, que significa el dulzor de la caña, lo llevé al Mercado en los Estados Unidos y me di cuenta que contenía policosánoles y ellos están presentes en la cachaza de la caña de azúcar, me dediqué a estudiarlos molecularmente y comencé a aprender sobre el jugo, donde se alojan los grandes beneficios y no los encontraba; por eso me demoré 22 años, hasta que decidí estudiar la corteza de la caña de azúcar.
Después de encontrar esos policosánoles, empecé a buscar cómo precipitarlos en el jugo. Dediqué todos mis esfuerzos hasta que finalmente encontré el método de precipitarlos en el jugo. En el proceso natural del azúcar se me perdían.
ENS: ¿Qué son los policosánoles?
JEGU: Son alcoholes de cadena muy larga, más de 48 carbones, son los primeros alcoholes en la caña de azúcar y se evaporan cuando la temperatura llega a 100 grados. Había que diseñar un nuevo proceso, cómo sacar un nuevo endulzante, el más saludable del mundo.
Logré perfeccionar el método para que nunca pase de 70 grados centígrados; en el método actual se utilizan temperaturas de 120 hasta 180 grados centígrados, ahí no queda un solo policosánol.
Conseguí preservarlos, al final lo pude sacar en forma líquida pero para el mercado mundial es en su forma seca o cristalizada. Me encontré con la dificultad de que nunca nadie había podido cristalizar industrialmente la glucosa, los ingenios azucareros utilizan los tachos -que son unos tanques grandes, de 5 metros de diámetro por 18 de alto-, y cantidades tremendas de vapor, eso hierve, las temperaturas son muy altas y ahí se vaporizaban los policosánoles.
Empiezo a estudiar la forma de cristalizar en frío y lo logré, conservar con mi método lo que son la glucosa y fructosa, que contienen absolutamente todo.
El resultado
ENS: ¿Qué pasó entonces?
JEGU: El aparato que diseñé es espectacular y conseguí cristalizar en frío, conservé los policosánoles, los minerales, las proteínas y como resultado quedó un azúcar que no puedo llamarlo azúcar sino endulzante, el más saludable del mundo.
ENS: ¿Cuándo obtuvo la patente?
JEGU: La primera patente me salió en diciembre de 2019; esa, está publicada el 3 de diciembre y el encabezamiento dice “Método para el procesamiento de caña de azúcar maximizando la producción de policosánoles”. La segunda patente es del 28 de abril de este año, cuando ya estábamos en cuarentena: “Sistema y método de procesamiento de caña de azúcar maximizando la preservación de policosánoles y alcoholes en un producto estable, comercial, que reduce el colesterol”.
ENS: ¿Qué representa obtener la patente?
JEGU: Esto para mí fue emocionante, increíble y gratificante. No conozco la primera patente que reconozca que sus ingredientes naturales reduzcan el colesterol y limpien las arterias, este producto lo logró.
ENS: ¿Qué países reconocen esa patente?
JEGU: Al obtener la aplicación de la patente, la aplicamos a lo que se llama PCT (tratado de colaboración de patentes mundial), que es cubrirla por tratados internacionales en 153 países. Con la patente otorgada en los Estados Unidos está protegida en los 57 países que son los que más producen azúcar en el mundo, incluida la comunidad europea, que son 39. Colombia está afiliada al tratado, está protegida porque introduje la patente en el país.
No protegimos los de remolacha porque aunque dicen que pueden sacar algunos pocos policosánoles, no rebajan el colesterol. No sale un producto saludable porque no contiene los minerales y las proteínas que tiene la caña de azúcar.
ENS: ¿Por qué registrar la patente en EU y no en Colombia?
JEGU: Todo lo hice en los EU porque el departamento de patentes es el corazón del imperio y son supremamente serios, las protegen a morir en todos los países. Son una garantía. Para lograrla tuve muchas entrevistas con los inspectores porque no habían dado ninguna patente para un producto así para rebajar el colesterol. Cada entrevista constaba de más de 100 preguntas, cuyo resultado fue el éxito en la aprobación de la misma. No me rechazaron ninguna reivindicación que tuve.
ENS: ¿Qué ha pasado en Colombia?
JEGU: Me acojo al tratado y quedo blindado. Pero tanto en China como en Cuba, India o Brasil se tiene que introducir la patente, traducirla a los diferentes idiomas, y queda protegida. Los países tienen un tiempo determinado para poderla rechazar.
ENS: ¿Qué sigue ahora?
JEGU: Tenemos un laboratorio que es la réplica de un ingenio en Riopaila donde son los mini ensayos para perfeccionar el proceso industrial. Ya lo perfeccionamos y estamos trabajando en la producción a ver cuándo se nos termina este virus. Yo quiero estar presente cuando las máquinas produzcan porque no quiero que haya errores. No veo la hora de poder empezar pero, por ahora, no se puede por la restricción
Estamos en conversaciones con Brasil, Guatemala, Salvador, así como con la India, y la verdad es que si no fuera por la pandemia ya hubiera cerrado los negocios en los diferentes países. Viajaré para ir cerrándolos, esto tarde o temprano reemplazará al azúcar en el mundo, es una revolución industrial azucarera.
ENS: ¿Qué importancia tiene para la humanidad?
JEGU: Esta es una de mis respuestas favoritas, y de interés personal, porque impactaremos a la gente más necesitada. Los tratamientos para las personas de bajos recursos, aquellos que se requieren para problemas cardiacos, colesterol y limpiar las arterias, son muy costosos. Este producto es aproximadamente 30% menos costoso que el azúcar, en una libra hay como 60 cucharadas, el tratamiento sería tomarse una cucharada diaria, las personas de bajos recursos tendrán acceso a rebajar el colesterol. Como ejemplo, en Colombia el costo estaría, aproximadamente entre los $1.000 o $1.500, lo cual facilita el acceso a un producto que no tiene efectos secundarios.
El método de producción es aproximadamente 30% más eficiente que sacar azúcar, con este producto se traen grandes beneficios, al conservar los minerales y vitaminas, mejora el metabolismo, sube las defensas.
Los testimonios de la gente cercana que lo está utilizando o lo ha probado, y como parte de este proceso de investigación, ha quedado encantada. En Europa ya lo están requiriendo para ofrecerlo en diferentes superficies de retail. Todos quieren tenerlo en sus estantes.