Entre las montañas de la Sierra Nevada de Santa Marta y a 1.800 metros sobre el nivel del mar se encuentra la mansión sostenible La Cima, una impotente arquitectura que por su diseño y amabilidad con el ambiente ganó el premio de bronce en la categoría Arquitectura, Edificios y Estructuras 2021-2022 del Design Award & Competition, en el que participaron 114 países.

"La Cima" es una obra de 340 metros cuadrados, con una visual directa a Santa Marta y El Rodadero. Las montañas de la sierra sirven de cerramiento junto con la vegetación para generar seguridad en las zonas sociales y en la terraza.

Este proyecto logró destacarse en la competencia por tratarse de un espacio en total armonía con el entorno natural, ya que el objetivo final de estos importantes premios en la arquitectura es generar fuertes incentivos para que los diseñadores, las empresas y las marcas creen mejores productos, servicios y sistemas que beneficien a la humanidad.

Armonía con el ambiente

En la mención del jurado se destacó a La Cima por tratarse de un espacio en total armonía con el entorno natural. Es que este proyecto se crea a partir de las premisas de la arquitectura bioclimática: el clima característico de la zona y la luz solar, para determinar su orientación.

“La Cima está inspirada en la naturaleza del entorno. Desde que conocí la Sierra Nevada me enamoré de esas montañas, a pesar de lo mucho que amo el mar. A todo el mundo le recomiendo que se dé la oportunidad de conocer ese lugar, porque no tiene comparación”, dijo el arquitecto de este proyecto, Ricardo De Castro.

Sin duda es una de las obras más resaltantes del lugar, ya que desde su interior se aprecia la naturaleza y las maravillas de la montaña costera más alta del mundo, como lo es la Sierra Nevada de Santa Marta, donde también es posible disfrutar del avistamiento de 635 especies de aves, practicar trekking o senderismo ecológico para conocer la fauna y la flora, además de otras actividades que se pueden desarrollar en zonas cercanas, como el buceo.

Cabe destacar que "La Cima" está fabricada con materiales que no dañan el medioambiente. En palabras de su arquitecto, el sistema “estructural está compuesto por perfiles PVC y concreto que también cumple con procesos de fabricación sostenibles ya que son productos 100% reciclables y con mínimos índices de huella ambiental durante su fabricación”.

“Nos encontramos muy contentos porque sabemos que esto reconfirma el buen trabajo que estamos haciendo desde nuestra oficina y estamos convencidos de que cada proyecto que vamos sacando supera al anterior. Eso nos da mucha alegría”, manifestó con entusiasmo.

Explicó que el PVC y el aluminio son los elementos que más se usan en la perfilería, pero el PVC tiene unas características que lo hacen una mejor opción.

“Si vamos a La Cima en la Sierra Nevada, lo ideal es que los materiales necesiten el menor mantenimiento posible, porque de lo contrario no se estaría siendo elocuente con el discurso de reducir la huella ecológica”, sostuvo el experto.

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Arquitectura bioclimática

El proyecto se creó a partir de las premisas de la arquitectura bioclimática: el clima característico de la zona y la luz solar, para determinar su orientación. Se utilizaron fenómenos naturales como el efecto invernadero y el efecto Venturi para minimizar el consumo de energía producida por los paneles solares y garantizar así el uso de energías renovables.

De acuerdo con De Castro, tuvieron que caminar bastante para buscar un lote en el que no se afectara a la naturaleza y donde se pudiera aprovechar el entorno: “Asimismo, se buscó reducir el impacto al momento de escoger el tipo de materiales con los cuales íbamos a trabajar y que su lugar de procedencia fuera lo más cercano posible”, sostuvo.

Su ubicación en la Sierra Nevada de Santa Marta la convierte en un atractivo para propios y visitantes, tomando en cuenta que esa zona es uno de los destinos turísticos mágicos de Colombia, donde confluyen los majestuosos paisajes con la sabiduría de la naturaleza y de las culturas indígenas.

Allí mismo se esconde el parque arqueológico Ciudad Perdida, conocido como Teyuna, corazón de la civilización tayrona. Cabe destacar que el sitio cuenta con todos los pisos térmicos, desde el cálido seco hasta las nieves perpetuas, de cuyo deshielo nacen lagunas y ríos, a 3.000 metros sobre el nivel del mar.

Es por eso que el emplazamiento de “La Cima” responde a la idea de proyectar una construcción que se integre al paisaje sin alterar las condiciones del entorno natural existente y donde la visual directa al mar sea predominante.

De acuerdo con De Castro, en el proyecto se aprovecha en sentido norte la pendiente del terreno para generar una zona a doble altura, desde donde el turista puede disfrutar de una vista de 180° del paisaje; solo se interviene un 5% de la topografía y no se afecta ningún árbol existente. Los materiales seleccionados para la construcción son, en su mayoría, de origen local y de bajo mantenimiento, como la piedra natural utilizada para fachadas y caminos de acceso y la madera teca en revestimientos interiores.

A su vez, para asegurar la eficiencia energética en la vivienda, se disponen en la cubierta paneles solares capaces de generar el 100% de la energía necesaria para el normal funcionamiento del espacio. Des del punto de vista formal y funcional el diseño se genera bajo las premisas de sostenibilidad, considera el clima característico de la zona y el asoleamiento para regular térmicamente el interior de la vivienda. Bajo el concepto de efecto invernadero se aprovechan las grandes fachadas de vidrio que permiten el ingreso de la luz y energía del sol al interior, la cual se almacena en pisos, muros y objetos, generando así ambientes más cálidos en las horas de la noche. Adicionalmente, se proyectan en la cubierta claraboyas mecánicas para asegurar la ventilación cruzada en la parte superior de la vivienda cuando ingresan las brisas predominantes del norte.

Ricardo De Castro, quien cuenta con una vasta experiencia en su profesión y es un referente en el diseño arquitectónico, refiere que Santa Marta y Barranquilla avanzan bien de cara a la importancia de implementar la arquitectura sostenible para el impulso del turismo en Colombia.