Luego de dos años de un riguroso proceso de rehabilitación, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) trasladó para su liberación en el departamento de La Guajira, en una operación conjunta con la autoridad ambiental de la región, Corpoguajira, a cinco flamencos rosados recuperados de la tenencia ilegal en cautiverio.
Los individuos fueron movilizados vía terrestre por personal de la CAR, en medio de un cuidadoso operativo que permitió garantizar su integridad, desde el municipio de Tocaima en Cundinamarca hasta Dibulla en La Guajira, donde inicialmente fueron dispuestos en una zona controlada para facilitar y mejorar su capacidad de vuelo para luego ser liberados en su hábitat natural.
De acuerdo con la entidad, tres de estos cinco flamencos ingresaron a su Centro de Atención y Valoración (CAV) de fauna a mediados del año 2020, luego que personal de esa Corporación, en conjunto con la Policía Ambiental, los decomisara en medio de un operativo en una finca del municipio de Fusagasugá donde permanecieron como mascotas durante tres años.
“Las aves, que en su entorno natural se alimentan de pescados, crustáceos y algas, eran alimentadas en esta vivienda con comida para humanos y además eran sometidas a actividades con las que los habitantes de dicho predio buscaban divertirse. Su plumaje se encontraba opaco y despigmentado”, dijo Harold Gómez, médico veterinario de la CAR.
Según explicó el profesional, tras ser recuperados se les adelantó un proceso de rehabilitación que incluyó, entre otros cuidados, una dieta especial para que recuperaran su peso y se habituaran a los comportamientos naturales propios de su especie.
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Junto a esos tres ejemplares también fueron rehabilitadas otras dos aves de esta misma especie, recuperadas de similares situaciones de tenencia ilegal en los municipios de Silvania y Mesitas del Colegio, a finales de 2020 y principios de 2021 respectivamente.
“Los individuos contaron con un plan dietario que cumplía con sus requerimientos nutricionales. A partir de ello fuimos observando mejorías en su condición corporal y en el estado del plumaje con la recuperación de su color característico rosado-salmón”, dijo Carlos Bello, director de Evaluación, Seguimiento y Control Ambiental de la CAR.
“Estuvieron aislados del contacto directo con humanos, a excepción de sus alimentadores y de quienes realizaban las revisiones periódicas de seguimiento, lo que permitió que adoptaran comportamientos naturales como la formación de grupos, ya que son animales sociables, con conducta de huida al ser humano, búsqueda de alimento y la construcción de nidos, lo que fue satisfactorio”, anotó Bello.
De acuerdo con los expertos de la CAR, esta especie es diurna y totalmente terrestre, habita en zonas de bosque seco tropical y también en matas de monte en medio de morichales, lodazales y bosques de galería (bosques vinculados a las riberas de los ríos). Se refugia en cuevas, extensiones de vegetación como arbustos o hierbas y se alimenta principalmente de frutas, las cuales componen el 70% de su dieta, también de flores y en menor medida consume material animal como insectos, caracoles, lombrices y carroña.