A siete meses de las elecciones legislativas y nueve de las presidenciales, existe mayor incertidumbre que en anteriores comicios de este tipo sobre los candidatos y fuerzas políticas que podrían resultar triunfadores, ello debido a hechos que han impactado en el país como la pandemia y las protestas ciudadanas de mayo pasado. EL NUEVO SIGLO consultó la opinión de expertos acerca de cuál sería el electorado que podría definir esta cita con las urnas.
La experiencia de anteriores elecciones deja realidades que difícilmente se modificarían en los próximos sufragios, por las costumbres que han echado raíces debido a las bondades y debilidades del sistema político colombiano, incluso no cambiarían sustancialmente a pesar del golpe de opinión derivado de los eventos antes mencionados.
Por ejemplo en las elecciones parlamentarias de marzo el voto rural primaría sobre el urbano, seguramente influenciado por las maquinarias políticas de los congresistas y los caciques regionales, determinado por lo que popularmente se conoce como el voto amarrado.
Mientras que en las presidenciales el voto urbano tendría mayor peso, donde entran a jugar los diferentes electorados que se han ido consolidando en el país, como el partidista; el de opinión; y el analítico que piensa más en su bienestar y el de su familia, por lo que se decide por el candidato que tiene más cara de fortalecer la economía y generar empleo y, por ende, mejorarle su calidad de vida.
También cohabitan otros electorados, como el de opinión que se ha venido consolidando en las últimas elecciones; el joven que se espera que incremente su participación a raíz de que esta franja de la población fue el motor de las pasadas protestas ciudadanas; el que se ubica en los polos del radicalismo político que ha primado en el país en los últimos años; e incluso, un electorado que culpa más al gobierno de turno por la situación que se ha presentado y que por ello acudiría a lo que se llama el voto castigo.
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Opinan los analistas
Alejo Vargas Velásquez, profesor del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Nacional, indicó que “creo que hay una gran incertidumbre, a estas alturas diría ninguno sabemos exactamente qué va a pasar”.
Agregó que “sigo pensando, por ejemplo, que los jóvenes difícilmente van a votar mucho. Sigo pensando que va a haber un comportamiento de voto relativamente parecido, sí se va a incrementar el voto joven, pero tampoco tanto como pudiera pensarse. Y en ese sentido, de ese volumen de voto nuevo que entre, es lo que iría a determinar. Porque creería que la mayoría de ese voto seguramente iría a acercarse a alguien como Petro”.
No obstante el analista político subrayó “que va a ser muy determinante lo que pase en este resto de año y primeros meses. Por ejemplo si la economía sigue funcionando bien, el empleo, si aparecen otros candidatos más moderados, más atractivos. Incluso tipo Zuluaga o Alejandro Gaviria, etcétera, creo que eso puede consolidar un voto mucho más de centro, y no creo que le vaya muy bien a los que están esperando unos votos castigo”.
Mientras que Yann Basset, director del Observatorio de la Representación Política (ORP) de la Universidad del Rosario, consideró que “depende de si hablamos de la elección legislativa o presidencial porque generalmente no son los mismos electorados los que se manifiestan en esas dos selecciones”.
Explicó que hay diferencias grandes, “una diferencia es que por ejemplo el electorado de las ciudades es más activo para las presidenciales que para las legislativas. El centro del país es más activo para las presidenciales que para las legislativas. Mientras que las dos costas y el sur suelen movilizarse un poco más para las legislativas que para la presidencial, en buena parte porque los congresistas juegan un papel un poco de intermediarios entre las instituciones políticas centrales y la población de estas regiones”.
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Agregó en cuanto a los jóvenes que no son los más activos en política en general, “y hemos visto aparentemente en las encuestas que se han hecho entre los jóvenes después de estar en las protestas sociales, un deseo de participar, vamos a ver si se confirma. Pero de todos modos es una población que parte de más lejos en esto. Y será probablemente más para la presidencial que para las legislativas porque es una población menos integral entre los actores más tradicionales de la política, los partidos, etcétera, que son los que más pesan en las legislativas. Mientras que se pueden integrar mucho más fácilmente en la presidencial que es más de personalidades”.
En lo que tiene que ver con el voto urbano para las presidenciales el analista dijo que “siempre es problemático hacer la distinción entre voto de opinión y voto amarrado, pero sí digamos un voto urbano más formado, de pronto más cercano a la política, es lo que uno espera más en la presidencial que en las legislativas”.
Aunque la última vez, anotó, “también hemos visto en este tipo de electorado una movilización más de lo acostumbrado en las legislativas, particularmente para las listas por un lado de la Alianza Verde y por el otro del Centro Democrático, que progresaron un poco con respecto a los partidos tradicionales. Hay que ver si esta tendencia se mantiene”.
Por su parte, Néstor Rosanía, analista político y director ejecutivo del Centro de Estudios en Seguridad y Paz, dijo que "la polarización ha hecho que en Colombia haya un voto disciplinado, el que es de derecha vota por la derecha, independiente de si le va bien o mal, o regular; igual el de la izquierda, independiente no de ser un electorado autocrítico y que genera un voto de castigo frente a su mismo partido sino que es un voto militante y disciplinado".
Por ello consideró que el voto de los partidos tradicionales de derecha, "Conservador, Centro Democrático, partidos cristianos, Cambio Radical y Partido de la U, se va a sostener, lo que se llama la Alianza Republicana".
Agregó que igual "con la alianza del Pacto Histórico y la izquierda es un voto también disciplinado", y lo que “ha ido consolidando la Coalición de la Esperanza, que es verde y más que partidos son movimientos como de centroizquierda finalmente. Que es Fajardo, Humberto de la Calle, el Nuevo Liberalismo, verdes, un movimiento ciudadano, etcétera".
Concluyó que una eventual explosión en la participación de los jóvenes podría mover hacia un lado el fiel de la balanza en los comicios del 2022.