Los trenes y vías ferroviarias vuelven a estar en boga, luego de que el gobierno de Gustavo Petro apoyara la iniciativa del Tren Regional de Oriente, una apuesta que, aunada al Plan Maestro Ferroviario, desarrollado por el Departamento Nacional de Planeación y el Ministerio de Transporte, busca disminuir costos en transportes y ayudar a la transformación energética.
Por un lado, la suscripción del acuerdo del proyecto Tren Regional Caribe tiene como propósito acordar la viabilidad técnica y priorización de este proyecto para las siguientes fases de factibilidad, estudios y diseños; además de explorar la posibilidad de ampliar el trazado, para que integre a los demás departamentos del Caribe colombiano.
La noticia de este tren, que podría viajar en promedio a 100 km por hora, llega justo cuando Alemania acaba de inaugurar la primera flota de trenes de hidrógeno del mundo. Una línea ferroviaria que funcionará íntegramente a base de hidrógeno, una "primicia mundial" y todo un avance para descarbonizar el transporte por ferrocarril, más allá de la dificultad de acceso a esta novedosa tecnología.
Ahorro en tiempos y combustible
Según cálculos de expertos, un viaje de tren de carga podría reemplazar a 30 camiones. “Hoy en día los trenes y las vías ferroviarias del país están subutilizados, no solo a nivel de pasajero sino de carga también. En Colombia se utiliza si acaso un 60% de toda la vía férrea y más del 90% del uso que se le da a esta es para el transporte de carbón”, explicó a EL NUEVO SIGLO Nicolás Cubillos, ingeniero de la Universidad Militar Nueva Granada.
Una de las cualidades que tendría este sistema de transporte es su ahorro en materia de carga: “Un tren que genere 1.000 caballos de fuerza puede llevar alrededor de 1.000 toneladas de peso, esa es una equivalencia magnífica en cuanto a transporte terrestre se refiere, es decir cada caballo de fuerza sería capaz de llevar una tonelada,”, explicó el experto.
Cubillos indica que “una tractomula grande de 4 o 6 ejes puede cargar entre 48 toneladas y 52 toneladas de peso, eso por ley. Una tractomula tiene entre 350 y 500 caballos de fuerza, entonces si con 350 caballos lleva máximo 52 toneladas, cada caballo de fuerza estaría arrastrando alrededor de 150 kilos de peso, eso es seis veces menos de los que llevaría el tren; eso se traduce en ahorro de combustible, de desgaste, de contaminación, de sobrecostos”.
Además, esto sin contar con los tiempos de desplazamiento: “A eso súmele que un camión anda en promedio a 50 kilómetros por hora en nuestras carreteras y a 10 kilómetros por hora cuando entra a la ciudad. Los trenes pueden viajar en promedio a 60km/h, en incluso más; los más modernos superan los 80mk/h, incluso China desarrolló uno que alcanza los 350km/h”, puntualizó el ingeniero.
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Panorama nacional
Como lo explica el experto, Colombia utilizó los trenes como su principal medio de transporte, desde alrededor de 1840 hasta pasada la primera mitad del siglo pasado. Por eso la red ferroviaria de Colombia, que tiene una longitud total de 3.463 km, quedó casi en desuso, pues solo el 5%, unos 150 km, tienen el ancho estándar mundial de 1.435 mm, y este está ubicado al norte del país, en las vías que conectan las minas de carbón del Cerrejón al puerto marítimo de Puerto Bolívar.
En total, existen 3.154 km de vía estrecha de 914 mm, de los cuales 2.141 km aún están en uso, pero al no tener la medida estándar no pueden actualizarse a los nuevos modelos de trenes que se fabrican en el mundo.
Viendo esta situación, desde hace algunos años el Departamento Nacional de Planeación creó el Plan Maestro Ferroviario, el cual establece la hoja de ruta y principal eje de política pública para reactivar el modo férreo y potenciar sus ventajas competitivas.
Este plan tiene dos objetivos principales: reducir costos de transporte y ser más benévolo con el medio ambiente.
Según Planeación Nacional, con la implementación de la estrategia se estima reducir costos en un 26% para el año 2030.
De igual manera, la migración hacia sistemas de transporte ferroviarios de pasajeros permitirá mejorar las condiciones del transporte público al reducir problemáticas asociadas con la congestión vehicular, la siniestralidad vial y la contaminación ambiental, señaló el departamento administrativo.
Reactivación por vía férrea
Consciente de esa necesidad, Colombia ya firmó el primer acuerdo para estudiar la factibilidad del Tren Regional. Un proyecto liderado por los gobernadores de Magdalena, Atlántico y Bolívar, que cuenta con el respaldo del gobierno del presidente Gustavo Petro y que se espera sea aprobado por el Congreso de la República.
En su primera fase, el Tren Regional del Caribe tendrá un trazado aproximado de 360 kilómetros, un costo cercano a los US$1.550 millones, movilizará unas 57 mil personas por día y transportará alrededor de 14 millones de toneladas de carga por año. Se espera que tenga una velocidad promedio de 100 km por hora.
Además, hace menos de un año el país firmó un acuerdo con el Reino Unido para reactivar la operación férrea.
De modo que, en los últimos años, está funcionando la red férrea del Atlántico (Chiriguaná-Santa Marta), pasando de 192 a 245 kilómetros en operación comercial. A este se suma el corredor La Dorada-Chiriguaná, el cual pasó de 184 a 525 km y el corredor Bogotá-Belencito, el cual contaba con apenas 44 kilómetros y pasó a 307 km en operación comercial.
De hecho, la carga por tren ha representado en los últimos años cerca del 23% del total movilizado en el país. En el corredor Bogotá-Belencito se movilizaban 13.400 toneladas al año, y durante todo el 2020 se alcanzaron más de 50.800 toneladas, es decir, casi cuatro veces más en dos años.
A su vez, para el corredor La Dorada-Chiriguaná, al inicio se transportaban menos de 1.200 toneladas por año y en el 2020 registró más de 41.200 toneladas. En este corredor se han movilizado cargas como acero, insumos químicos, café y aguacate. Es importante mencionar que se pasó de movilizar 567 contenedores en 2019, a un total de 3.641 en 2020, lo que representa un incremento del 542%.
Trenes del futuro
Con su anuncio en 2020 de un plan de inversión de 7.000 millones de euros, Alemania tiene la ambición de liderar en una década la tecnología del hidrógeno. Sin embargo, tanto aquí como en toda Europa falta la infraestructura necesaria para la producción o el transporte, lo que requerirá inversiones colosales.
Ya que el hidrógeno no está necesariamente exento de carbono. Solo el hidrógeno verde, fabricado a base de energías renovables, se considera sostenible, y no se sabe si se podrá convertir el 100% de este tipo de trenes.
La llegada de la flota de 14 trenes a Alemania, vendidos por el grupo francés Alstom a la región de Baja Sajonia (norte), reemplazará las actuales locomotoras diésel para cubrir los 100 km de la línea que conecta las ciudades de Cuxhaven, Bremerhaven, Bremervörde y Buxtehud, cerca de Hamburgo.
Los trenes de hidrógeno son una pista privilegiada para reducir las emisiones de CO2, y reemplazar el diésel, que sigue alimentando el 20% de los trayectos por ferrocarril en Alemania.
Los trenes de Alstom combinan hidrógeno almacenado a bordo con el oxígeno presente en el aire, gracias a una pila de combustible, que produce la electricidad necesaria para asegurar la tracción del convoy.
La nueva flota, que costó "93 millones de euros" (92,3 millones de dólares), evitará generar "4.400 toneladas de CO2 cada año", según la LNVG, que opera la red a nivel regional.