En una operación desarrollada por la Armada de Colombia en coordinación con la Policía Nacional, un hombre y una mujer de nacionalidad peruana, fueron capturados en el sector de Isla Ronda en el departamento del Amazonas, por el delito de tráfico de fauna luego de ser sorprendidos transportando ilegalmente sobre el río Amazonas 12 tortugas, 72 huevos de tortuga de diferentes especies y 41 metros cúbicos de madera.
Los efectivos controles fluviales de unidades de Guardacostas del Amazonas, permitieron la interdicción de una embarcación peruana tipo remesero de nombre “El Alfa”, la cual transportaba sin la documentación reglamentaria, 41 metros cúbicos de madera incinerada tipo Caracolí, 12 tortugas y 72 huevos de tortuga de las especies Morrocoy, Charapa y Taricaya; incumpliendo las regulaciones ambientales emitidas por el Ministerio de Ambiente de Colombia.
Las especies incautadas, fueron transportadas hacia Leticia y entregadas a la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Sur de la Amazonia – Corpoamazonia, mientras que las dos personas fueron puestas a disposición de la Policía Nacional, quienes deberán responder por el delito de tráfico de fauna establecido en el artículo 328A del Código Penal Colombiano.
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Luego que el estado de las especies fue verificado por Corpoamazonia, con el acompañamiento de la Institución Naval, fueron retornadas a su hábitat natural, en el río Amazonas a la altura del Sector de Nazareth en Leticia, junto a un oso perezoso de tres dedos de nombre científico “Bradypus Variegatus” y una anaconda verde de nombre científico “Eunectus Murinus”.
De acuerdo a informes emitidos por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza - IUCN, estas especies de tortugas de agua dulce, se encuentran en peligro crítico de extinción en territorio colombiano, debido a que son traficadas de forma ilegal para comercializarlas en el mercado de las mascotas o son cazadas para el consumo humano por las comunidades ancestrales, que habitan en las riberas del río Amazonas.
Según el análisis realizado por las autoridades ambientales se estima que, para traficar estos 41 metros cúbicos de madera incinerada, se tuvo que talar aproximadamente una hectárea y media de bosque, produciendo daños irreparables.