Este lunes el secretario de Estado Antony Blinken, anunció que Estados Unidos trabajará con los talibanes solo si estos cumplen sus promesas.
"Cada paso que demos se basará no en lo que diga el gobierno talibán, sino en lo que haga para cumplir sus compromisos", dijo Blinken, enfatizando que deberán ganarse "cualquier legitimidad y apoyo" de la comunidad internacional.
"Los talibán se han comprometido a garantizar la seguridad de los desplazamientos y el mundo les exigirá que cumplan sus compromisos. Esto incluirá una diplomacia continua en Afganistán y la coordinación con los socios de la región para reabrir el aeropuerto y permitir que sigan saliendo los que quieran hacerlo, así como la entrega de ayuda humanitaria al pueblo afgano", ha apuntado.
En ese mismo discurso, Blinken informó que Estados Unidos suspendió su presencia diplomática en Afganistán y trasladó sus operaciones de la embajada a Doha, Catar.
Sin embargo, Washington seguirá "ayudando" a los ciudadanos estadounidenses que quieran salir del país tras la retirada final de las tropas de Estados Unidos, subrayó.
Relacionados: Afganistán sin tropa extranjera…se 'disparan' las dudas
Por otro lado, este lunes el Pentágono aseguró que el último soldado estadounidense salió de Afganistán, dejando el país en manos de los talibanes, sus enemigos de 20 años, al final de la guerra más larga en la historia de Estados Unidos.
"El último avión C-17 despegó del aeropuerto de Kabul el 30 de agosto" a las 19:29, declaró el general Kenneth McKenzie en una conferencia de prensa. El vuelo despegó del Aeropuerto Internacional Hamid Karzai un minuto antes de la medianoche, hora de Kabul, tal y como el presidente Joe Biden había fijado el 31 de agosto como fecha límite para la retirada.
McKenzie aseguró que los parlamentarios de Estados Unidos fueron los últimos en abordar el avión. "Los equipos del Departamento de Estado y de Defensa fueron las últimas personas en subirse al avión", según el General los últimos fueron el embajador de Estados Unidos en Afganistán, Ross Wilson, y el comandante de las fuerzas militares estadounidenses en suelo afgano, el general Chris Donahue.
El General dijo que luego de los dos ataques contra la operación de evacuación por el grupo yihadista Estado Islámico-Khorasan, que dejó más de 100 muertos, incluidos 13 militares estadounidenses, se extremaron las medidas de seguridad para ejecutar este último vuelo.
Por otro lado el Pentágono admitió que no pudo evacuar a tantas personas como hubiera querido antes de la salida de sus últimas tropas del aeropuerto de Kabul ya que en los 18 días de evacuación se logró la evacuación de a más de 123.000 civiles en aviones de Estados Unidos y sus aliados.
"No evacuamos a todos los que queríamos evacuar", dijo McKenzie, señalando que las evacuaciones se completaron "unas 12 horas" antes de la retirada final, pero que las fuerzas estadounidenses en el terreno estuvieron listas para sacar del país a cualquiera que pudiera haber llegado al aeropuerto "hasta el último minuto".
Tras el anuncio del retiro se oyeron disparos en Kabul, sin conocerse la autoría, pero que de seguro sería de talibanes que habían exigido completaran el retiro en el plazo pactado, el 31 de agosto.