Fue radicado ante el Concejo de Bogotá el Plan de Ordenamiento Territorial: un documento de 608 artículos y 463 páginas, descontando los mapas y anexos.
Ahora el Cabildo tendrá exactamente 90 días para estudiar, analizar, debatir y aprobar o desaprobar, un articulado que contempla siete objetivos principales, propone 11 políticas públicas y ordena a Bogotá en tres escalas: regional, distrital y local, además de incorporar su división político-administrativa en 32 localidades.
La presidenta del Concejo, María Fernanda Rojas, de la Alianza Verde, dijo que la llegada de este proyecto implicará tres meses de arduo trabajo que comenzarán en la Comisión del Plan, cuyo presidente es el concejal del Polo Celio Nieves.
De hecho, este último aseguró que el trámite de este POT tendrá todas las garantías, y como ya lo había indicado en el marco del debate de la oposición, dijo que se seguirá adelantando en un trabajo de participación ciudadana para subsanar las denuncias a este respecto, por lo cual garantizó que habrá un debate democrático.
“Desarrollaremos como nos corresponde legalmente, el cabido abierto ciudadano participativo y ojalá con una amplia participación de la ciudadanía dividida por sectores sociales, intereses de ciudad y vamos a ir también a las localidades para escuchar los aportes, a donde aún no ha llegado la propuesta. Lo que se hizo o no se ha hecho es de la polémica de la discusión democrática y eso seguramente se va a vivir en la Corporación, pero vamos a garantizar un debate democrático”, señaló el concejal Nieves.
Por su parte, la secretaria de Planeación, María Mercedes Jaramillo, se refirió a las generalidades del POT y fue clara al advertir su deseo de que sea aprobado este año.
Además lea: Regalías, un camino lleno de espinas buscando la transparencia
“Me siento muy emocionada de hacer la entrega del Plan de Ordenamiento Territorial que reverdece a Bogotá, que recupera su economía, que reconoce sus patrimonios materiales e inmateriales, que nos entrega las herramientas para hacer de Bogotá la ciudad más equilibrada, una ciudad del cuidado para las mujeres con perspectiva de género. Una ciudad que enfrenta los retos del cambio climático con decisión y con firmeza y que genera más de 100 hectáreas de bosques urbano” expresó.
“Estamos muy emocionados de hacer entrega de este documento y esperamos que con ayuda del Concejo Distrital mejoremos todo lo que sea posible, hacer la pedagogía que corresponde; explicarlo, para eso estamos siempre disponibles y espero de verdad que logremos conseguir, antes de finalizar el año, el mejor acuerdo distrital para que entre todos acordemos la hoja de ruta del futuro de Bogotá y de todos los bogotanos”, sostuvo.
Participación
El secretario de Gobierno, Luis Ernesto Gómez, aclaró de manera enfática que el documento que se presentó no es el plan de gobierno de Claudia López, sino el mapa de ruta de Bogotá para los próximos 12 años.
“Seguramente esos 12 años marcarán la huella determinante de Bogotá para los próximos 30 años y es fundamental que para esta visión de ciudad, que no es exclusiva de quienes participaron electoralmente y ganaron, sino de los próximos gobiernos, que pueden ser de cualquier grupo político y de cualquier sector social, se sientan y se vean reflejados en este proyecto de acuerdo”, indicó el secretario Gómez.
Seis claridades sobre el POT
A grandes rasgos, de acuerdo con la alcaldesa Claudia López, este documento honra el compromiso ambiental con la capital: “Es el más verde y equitativo en la historia de Bogotá”. Pero, ¿cuáles son sus especificidades?
- El tipo de ciudad que promueve: este es un POT que promueve la Bogotá de los 30 minutos para que todas y todos logremos acceder a servicios esenciales y oportunidades de empleo de manera equitativa.
- Los siete objetivos centrales a largo plazo: proteger la estructura ecológica principal y los paisajes bogotanos; incrementar la capacidad de resiliencia del territorio frente a la ocurrencia de desastres y derivados de la variabilidad y del cambio climático; mejorar el ambiente urbano y de los asentamientos rurales; revitalizar la ciudad a través de intervenciones y proyectos de calidad; promover el dinamismo, la reactivación económica y la creación de empleos; reducir los desequilibrios y desigualdades para un territorio más solidario y cuidador; y alcanzar el desarrollo rural sostenible.
- Las novedades que contempla este POT: en una primera medida, esta es la primera vez que un Plan de Ordenamiento propone las condiciones para la reactivación de la economía. El POT de Bogotá ordena su territorio a través de la Estructura Ecológica Principal (EEP) y respeta su integridad.
Territorializa el cuidado consolidando una red distrital de equipamientos para reducir las desigualdades históricas. En este POT el modelo de ordenamiento está basado en un modelo de movilidad sostenible a partir del sistema férreo y de bicicleta. Por último, incorpora la división político-administrativa de Bogotá, a través de la consolidación de 32 localidades.
- Sus escalas: este modelo de ocupación territorial considera tres escalas: la regional, que reconoce la necesidad de articulación con la región y por lo mismo plantea elementos para concretar la futura Región Metropolitana Bogotá-Cundinamarca y consolidar la RAP-E Región Central. La escala distrital o intermedia que determina el ordenamiento del suelo urbano, rural y de expansión urbana; y por último la escala local, que precisa los criterios y decisiones de organización urbana a través de las Unidades de Planeamiento Local.
- Los programas que establece: son seis. Un programa de conectividad ecosistémica, reverdecimiento y atención de la emergencia climática; para descarbonizar la movilidad e infraestructura sostenible; de vitalidad y cuidado; de hábitat y vivienda popular; de territorios productivos, competitivos e innovadores y un programa de resignificación de la identidad, cultura y patrimonio.
- Las 12 políticas públicas a largo plazo que plantea: la primera de ellas es una política ambiental y de protección de recursos naturales. Le sigue la de movilidad sostenible y descarbonizada; una política del cuidado para el ordenamiento territorial; una quinta sobre población y poblamiento en el contexto de la emergencia climática y postpandemia. Luego está una política de ocupación, aprovechamiento y manejo del suelo; una séptima de desarrollo económico y competitividad; otra de participación ciudadana; una novena de revitalización urbana y protección a moradores y actividades productivas y una décima política de hábitat y vivienda. La undécima es sobre integración regional, y la última de ellas es de reverdecimiento.