El proyecto de reforma política que radicó el Gobierno esta semana propone disminuir la edad que estableció la Constitución del 91 para ser congresista. Entonces sería requisito para senador 25 y no 30 más de años; y para los representantes 18 en lugar de más de 25 años. La iniciativa ya genera discusión, pues muchos consideran que en ese estadio de la existencia no se está todavía preparado para ser congresista. Así lo refleja un sondeo que realizó EL NUEVO SIGLO.
En las masivas protestas ciudadanas que se registraron en la mayor parte del país en el primer semestre del año pasado, exigiendo al Gobierno de entonces más inversión social y ayudas por la crisis generada por la pandemia, así como retirar del Congreso un proyecto de reforma tributaria, los jóvenes fueron el motor reclamando también para sí por trabajo, estudio y ayudas del Estado.
Ese y otros hechos evidencian que los jóvenes hoy se muestran más interesados en opinar y ser actores protagónicos en la construcción y cambios que demanda el país, y por ende participan más en política fuera y dentro de los partidos.
Por ello en el pasado Congreso se presentaron varios proyectos de reforma constitucional para que la voz de los más jóvenes se escuche en el Legislativo, dando cuenta de las problemáticas y posibles soluciones para esta población, así como aportando ideas frescas para el país.
La iniciativa no avanzó en el Congreso porque se pensó que no era conveniente dar la discusión sobre este tema de manera aislada sino del conjunto de una reforma política.
Ahora el Gobierno nacional retoma en la reforma política que presentó al Congreso la iniciativa de reducir la edad para ser parlamentario; sin embargo, surge la polémica, no tanto porque se pueda ser senador con más de 25 años sino porque se habilite a partir de los 18 años ser representante.
Rechazo generalizado
El coordinador del Observatorio Justicia Electoral en la MOE (Misión de Observación Electoral), Camilo Mancera, dijo a este Medio sobre dicho proyecto que “no nos hemos pronunciado en ese tema en específico. Es un compromiso que adquirieron distintos congresistas y también un compromiso del Gobierno con las juventudes, que surgió de todas las movilizaciones sociales”.
Añadió que “desde la MOE no tenemos una postura a favor ni en contra. Si ese es el compromiso que se adquirió con las distintas organizaciones juveniles, también es una responsabilidad de quienes se hicieron elegir con esa bandera, pues que les cumplan. Creemos que no es de los asuntos prioritarios en la reforma”.
Mientras que Alejandra Barrios, directora ejecutiva de la MOE, señaló que un joven de 18 años “tiene apenas un año de haberse graduado del colegio, y si está en la universidad se encuentra en los primeros semestres”.
Sin embargo, dijo la directora de la MOE, es una decisión que tomará el Congreso y en últimas “está en los ciudadanos considerar si una persona de 18 años está lo suficientemente preparada y entiende el impacto de las decisiones que está tomando, y tiene la capacidad de liderar procesos en igualdad de condiciones con personas que tienen más experiencia”.
De su lado, Ernesto Martín, director en la Universidad de La Sabana de la maestría en Sicología de la Salud y la Discapacidad, dijo a este Informativo que “una persona de 18 años hasta ahora está entrando en la primera edad de adulto joven, entonces él está comenzando en sus tareas de emancipación, por ejemplo de hogar”, y no ha adquirido todavía experiencia en diferentes asuntos de su vida”.
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De tal manera, explicó el profesional en sicología, que “esa falta de experiencia comienza a suplirla buscando más información, por ejemplo en educación superior o a través de adquirir empíricamente habilidades”.
Complementó Martín que “lógicamente tiene una edad que en Colombia se considera que es de un adulto y tiene como cualquier ciudadano sus opiniones, pero consideraría que es un momento en el cual hasta ahora está saliendo de la etapa adolescente, de esa etapa en donde la persona está en búsqueda de su identidad y está comenzando a buscar ese proyecto personal”.
A su turno el constituyente Gustavo Zafra expresó a este Medio que “desde el punto de vista estrictamente constitucional, jurídico y político” es viable reformar para que un ciudadano pueda ser congresista desde los 18 años, “ahí no hay sustitución de Constitución propiamente”.
Agregó que entonces la discusión está es en la conveniencia o no de esta medida. “Creo que un joven a los 18 años no tiene el bagaje conceptual para sentarse en la Cámara de Representantes”, dijo.
Zafra trajo al caso que “eso fue lo que pasó con la convención constituyente chilena, que llegó gente demasiado joven, y entonces hicieron una Constitución muy larga, casi que metieron todos los temas habidos y por haber, y al pueblo chileno no le gustó eso, por eso la rechazó”.
Consideró que, por el contrario, se debería pensar en que los jóvenes de esa edad hagan “pinitos en los concejos municipales, eventualmente en una asamblea departamental, y los ediles, pero no bajaría la edad para Cámara”.
Por otro lado, el politólogo Fernando Giraldo dijo a este Periódico que no comparte que se pueda ser congresista desde los 18 años. “Puede que haya jóvenes de 18 años que tengan más madurez que alguien de 25”, pero pueden ser los casos particulares, pues agregó que “la generalidad es que para ejercer un cargo de representación, como ser representante a la Cámara, se requiere mínimo que las personas tengan experiencia personal, que tiene que ver con su formación profesional, su vida, su relación en la sociedad”.
Incluso Giraldo dijo que los 25 años que propone el proyecto de reforma política para ser senador es una edad muy temprana.
Por ello se mostró amigo de mantener la edad que establece la Constitución para ser congresista, y de darse un cambio considera que sea fijada la misma edad para ser senador y representante.
Hay que irse formando
El representante conservador a la Cámara por Nariño, Juan Daniel Peñuela Calvache, dijo a este Informativo que “no me gusta porque sin el ánimo de quitar la posibilidad de que las personas desde muy jóvenes puedan llegar al Congreso, por mi experiencia veo que sí es muy importante formarse para ello”.
Agregó el Parlamentario que “es una tarea de muchísima responsabilidad que implica formación previa, no solamente en conocimiento sino también en el tema de haber pasado por algunos cargos de la administración pública, de haber pasado por cargos de elección popular que le permitan a uno estar preparado y fortalecido para cumplir una responsabilidad como la de ser congresista”.
Concluyó Peñuela que “a una persona de 18 años la edad no le ha permitido todavía adquirir esos elementos que le lleven a fortalecerse para poder cumplir una tarea como congresista”.