Luego de gozar por varios años del oficio de librero en Cuba, el santandereano Jesús María Ordóñez Salazar regresó a su tierra con la idea de abrir su propio lugar. Un ‘templo’ del mundo de las letras que hoy Colombia conoce como la Librería Nacional, la cual festeja este mes 80 años de historia.
Desde su fundación el 6 de septiembre de 1941, por Ordóñez y otros dos colegas, la Librería Nacional ha sorprendido a los colombianos con sus propuestas en cada década, convirtiéndose así en pionera por cada paso en su evolución.
“La librería me parecía supremamente novedosa porque tenía varias cosas en las que era pionera. Tenía el autoservicio, es decir, los estantes estaban abiertos para que la gente pudiera tomar el libro y ojearlo sin ningún problema. Tenía la cafetería dentro de la librería, cosa que no existía en Colombia, ni el mundo. También tenía cantidad de revistas de todo tipo, de todos los países, de España, Argentina, México, Estados Unidos, Francia, Alemania e Italia. Era una librería muy dinámica, abierta al público, con una gran relación con los intelectuales, escritores y artistas”, así es como recuerda las primeras épocas de este espacio Felipe Ossa, conocido en el país como el decano de los libreros, quien está vinculado a la librería desde 1963.
Ossa, quien durante la mayor parte de la trayectoria de este centro cultural ha visto el gran acervo de títulos que han llegado a las estanterías, le habló a EL NUEVO SIGLO sobre los libros que han macado la historia de esta librería, una de las más importantes del país:
Cien años de soledad
“Indudablemente tenemos que hablar de Cien años de soledad, del Nobel de Literatura Gabriel García Márquez. Fue el libro prácticamente con el que se inició el boom de la literatura latinoamericana. Todo un acontecimiento, por supuesto mundial. Recuerdo que se había hecho un pedido de 600 libros que se vendieron en un día, algo totalmente histórico, que nunca había sucedido. Fue un hito entre los libros más vendidos”, le dijo Felipe a este Diario.
La ciudad y los perros
El autor de esta obra, Mario Vargas Llosa, fue otro de los representantes de esta tendencia literaria latinoamericana. La novela, publicada en 1963, fue merecedora del Premio Biblioteca Breve, además del Premio de la Crítica Española, entre otros.
“También fue uno de los libros fundacionales de esta tendencia literaria. Este también fue uno de los grandes libros dentro del acervo de la librería”, cuenta Ossa.
Rayuela
Según el experto, otro libro infaltable y famoso en su época en las estanterías de la Librería, era Rayuela, del argentino Julio Cortázar, “otro muy importante porque se iniciaba en los años 60 y era algo absolutamente extraordinario”.
La tercera novela de este emblemático escritor fue una verdadera revolución dentro del género literario en lengua española, ya que por primera vez, un autor llevaba hasta las últimas consecuencias la voluntad de transgredir el orden tradicional de una historia y el lenguaje para contarla.
A sangre fría
La novela del periodista y escritor estadounidense Truman Capote “era todo un acontecimiento porque inauguraba un nuevo género que era el periodismo-ficción. Un libro fundamental para la librería”.
En este texto Truman Capote captura al lector en una historia apasionante, e inaugura -como él mismo proclamara- un género. La historia es la de los cuatro integrantes de la familia Clutter, salvajemente asesinados en su casa, una tragedia que se enlaza con el linchamiento de Dick Hickock y Perry Smith, cinco años, cuatro meses y diecinueve días más tarde.
El padrino
Publicada en 1969, para Ossa la novela del escritor italo-estadounidense Mario Puzo “fue uno de los más vendidos en toda una década indudablemente”, pues era la primera vez que la mafia protagonizaba un texto de este género y era retratada desde dentro.
Puzo la presentaba no solo como una asociación de facinerosos, sino como una compleja sociedad con una cultura propia y una jerarquía aceptada incluso más allá de los círculos de la delincuencia.
La saga de Harry Potter
Esta serie de libros causó furor en la Librería Nacional, en sintonía con el movimiento que se estaba formando alrededor de este universo de fantasía creado por la escritora británica J. K. Rowling.
El cuarteto de Alejandría
De Lawrence Durrell, esta trilogía, en especial su primer tomo llamado Justine “se convirtió en todo un hito en ventas”, mencionó Felipe.
Sin duda, es la obra que le hizo más conocido y le otorgó un lugar de honor en la historia de la literatura. La alternancia de perspectivas, de espacios y tiempos, el cuidado en la exposición de los acontecimientos, en algunos casos con más de una versión, y la cuidadosa prosa que caracterizan esta obra situaron a Durrell como uno de los grandes autores del siglo.
En esta lista de libros también aparece El segundo sexo, de Simón de Beavoir; La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera; En el nombre de la rosa, de Humberto Eco; El Aleph de Borges, El laberinto de la soledad de Octavio Paz, la novela de ciencia ficción de Ray Bradbury 451, El hombre en busca del sentido de Viktor Frankl y Tres tristes tigres de Guillermo Cabrera Infante, entre cientos más.
Una mirada actual
Por supuesto, Felipe también le da una ‘ojeada’ a los más vendidos en los últimos años. Entre ellos, El olvido que seremos de Héctor Abad Faciolince, “un testimonio de este escritor para su padre que lleva ya vendidos casi 300 mil ejemplares y que en la Librería hemos vendido 50 mil, y se sigue vendiendo”.
También está El milagro metabólico del doctor Carlos Jaramillo, del cual se han vendido 160 mil ejemplares y en la Librería aproximadamente 40 mil unidades.
“La librería siempre ha estado a la vanguardia en cuanto a la venta de grandes libros que han surgido no solo en Colombia, sino en el mundo. Tenemos autores de una venta permanente como Germán Castro Caicedo, Mario Mendoza, Juan Gabriel Vásquez, Santiago Gamboa y Ricardo Silva”, complementa Ossa.
Así mismo, también menciona a grandes escritoras que han revolucionado la literatura femenina como Piedad Bonet, Silvia Galvis y Pilar Quintana.