Una convocatoria global para unir esfuerzos para la conservación y protección de la Amazonía, afectada por incendios y deforestación, lanzará Colombia durante la cumbre amazónica urgente que mañana reunirá a cuatro países latinoamericanos en Leticia.
Así lo informó ayer el canciller Carlos Holmes Trujillo, precisando que "se hará una gran convocatoria global para avanzar en las actividades propias de actividad regional para la conservación, desarrollo tecnológico para la conservación, coordinación de acciones para la conservación y preservación de la Amazonía".
Trujillo aseguró que de la reunión saldrá el Pacto de Leticia por la Amazonía, que contendrá "acciones concretas" y un itinerario de actividades para los países amazónicos, de la región y de la comunidad internacional, para proteger la mayor selva tropical del mundo, esencial para el equilibrio climático.
"Como consecuencia de esa cumbre se va a dinamizar la acción no solo nacional sino regional y global en defensa de la Amazonía", agregó el canciller Trujillo.
Además de los presidentes de Perú, Martín Vizcarra, y Colombia, Iván Duque, que convocaron el encuentro, participarán el mandatario de Ecuador, Lenín Moreno, y el canciller brasileño Ernesto Araújo, en representación de Jair Bolsonaro, quien no viajará a la cumbre por razones médicas aunque participará vía videoconferencia.
También se espera la confirmación del presidente de Bolivia, Evo Morales.
El ministro Trujillo apuntó además que uno de los propósitos de la cumbre es "unificar visiones" de los países amazónicos respecto a la forma de proteger esta zona.
Bolsonaro ha sido blanco de críticas internacionales por la respuesta de su gobierno a los incendios que devastan la Amazonía brasileña y que han provocado una crisis ambiental y diplomática.
Escéptico del cambio climático, el Mandatario ultraderechista propugna la explotación minera en reservas indígenas y áreas protegidas.
"Todas las acciones que van a acordar los países que participen en la cumbre harán parte del Pacto de Leticia", señaló Trujillo.
Magnitud de la catástrofe
El 60% de la selva amazónica está en Brasil. El resto se extiende por Colombia, Bolivia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela, así como la Guayana Francesa, un departamento de ultramar de Francia.
Ayer mismo, la organización ecologista Greenpeace manifestó su preocupación ante la publicación de las cifras oficiales de los incendios en la Amazonía, provocados por terratenientes en virtud de avanzar con más deforestación para ganadería y soja.
El Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) estima que en agosto se quemaron 2,5 millones de hectáreas en la Amazonía.
“En solo un mes se destruyó una superficie equivalente a 21 veces la ciudad de Bogotá, o el área de los departamentos de Boyacá y Quindío. La situación continúa siendo alarmante y es tarea del gobierno de Brasil poner todos los esfuerzos a disposición de la Amazonía, sus comunidades y las especies que lo habitan”, dijo Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace Andino.
“Las cifras confirman la magnitud de la catástrofe. Mientras que las versiones periodísticas hablaban de 700.000 hectáreas, las cifras oficiales las triplican”, agregó Giardini.
Este agosto en la Amazonía se quemó cuatro veces más de superficie amazónica que en el mismo mes de 2018.
“Es uno de los peores incendios forestales del último tiempo, una tragedia que no podemos permitirnos en medio de una crisis climática a nivel global”, añadió Giardini, señalando que “la responsabilidad es del avance de la ganadería y la soja, una situación que se repite en el Gran Chaco Americano”.
Según datos del INPE, durante el día de ayer fueron detectados 385 focos de incendio en la Selva Amazónica. Solo durante agosto hubo 30.900 focos, casi el triple que en agosto de 2018. El incremento fue del 196%. “Los incendios forestales y el cambio climático operan en un círculo vicioso: a medida que aumenta el número de incendios, también lo hacen las emisiones de gases de efecto invernadero, aumentando la temperatura general del planeta y la ocurrencia de eventos climáticos extremos, como huracanes, tornados, grandes sequías, inundaciones, el aumento del nivel del mar, y el derretimiento de los glaciares”, declaró Giardini.