Alias “Otoniel”, que durante más de seis años burló la intensa persecución de miles de policías y soldados que recorrieron pueblos y selvas de la región del Urabá, en el noreste del país y fronteriza con Panamá, como parte de la Operación Agamenón, fue capturado en un punto llamado Cerro Yoki, en jurisdicción de Necoclí, municipio del departamento de Antioquia.
Tras su captura, “Otoniel” fue trasladado a la base militar de Bogotá mientras las autoridades cumplen con la solicitud de extradición por parte de Estados Unidos
El Ministro de Defensa, Diego Molano, aseguró que la captura de ‘Otoniel’ significa una victoria de la política de seguridad contra la mayor amenaza que tiene Colombia, que es el narcotráfico.
“El Clan del Golfo en los últimos años sacaba un alto número de toneladas de cocaína hacia mercados de Estados Unidos y Europa y se había convertido en un articulador del negocio de microtráfico, que invadía ciudades de Antioquia, la costa Caribe y el Chocó, buscando su expansión también en otras regiones del país como Casanare y la Orinoquia”, dijo.
Adicionalmente, el jefe de la cartera de Defensa aseveró que con este resultado la Fuerza Pública ratifica que “no hay ningún rincón de Colombia en donde un criminal, terrorista, violador de niños, asesino de líderes sociales y, además, perpetrador de los peores atentados y asesinatos a la policía se pueda esconder”.
Así mismo, el Ministro Molano se solidarizó con las familias de los miembros de la Fuerza Pública que han caído en la persecución de alias ‘Otoniel’, especialmente del agente Edwin Guillermo Blanco, de 34 años, oriundo de Boyacá, quien llevaba 15 años trabajando en la Policía Nacional y murió en el operativo.
Además, manifestó que con esta captura se libera al país y al mundo de un narcotráfico asesino que destruye a los jóvenes y al medio ambiente y asesina a los policías. Recalcó que la Fuerza Pública continuará, sin tregua, en la defensa de la soberanía de la libertad y tranquilidad de todos los colombianos.
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Prontuario criminal de alias ‘Otoniel’
La trayectoria criminal de Dairo Antonio Úsuga David, conocido también como ‘Otoniel’ o ‘Mauricio’ y máximo líder del ‘Clan del Golfo’, era considerado el objetivo de máximo valor para el Estado colombiano.
‘Otoniel’ nació hace 50 años en Antioquia. Comenzó su trayectoria criminal 34 años atrás, cuando tenía 16, en la desaparecida guerrilla del Ejército Popular de Liberación (EPL), donde fue moldeando su ideología basada en los principios marxista-leninista-maoísta.
Como integrante de esa agrupación armada, comenzó a adquirir experiencia en el manejo de armamento y de estructuras criminales, y creó una doctrina que lo catapultó a liderar en poco tiempo una red dedicada al narcotráfico, la minería ilícita, la extorsión y el contrabando.
A los 19 años, tres años después de su ingreso al EPL, se sometió al proceso de desmovilización de esa guerrilla al lado de 3.000 integrantes, pero decidió seguir delinquiendo como miembro de las también desaparecidas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
Con el tiempo, pasó a desempeñarse como uno de los cabecillas del ‘Bloque Centauros’, en los Llanos Orientales, al lado de su hermano, Juan de Dios Úsuga David, conocido en el mundo del crimen como ‘Giovanny’.
Posteriormente, se convirtieron en los principales lugartenientes del narcotraficante Daniel Rendón Herrera o ‘Don Mario’.
Las vidas de estas personas estaban rodeadas de excentricidades, lujos y mujeres. Tras el proceso de desmovilización de las AUC, en 2005, los hermanos Úsuga continuaron delinquiendo.
Luego de la captura del capo ‘Don Mario’, en abril de 2009, en Necoclí (Antioquia), durante una operación de la Policía Nacional, ‘Giovanny’ y ‘Otoniel’ heredaron el control del andamiaje criminal, estructural y financiero del ‘Clan del Golfo’, que incluía hombres armados, redes urbanas de apoyo, centros de acopio, rutas del narcotráfico y múltiples muebles e inmuebles.
Así empezaron a extender sus tentáculos en varias regiones del país y a consolidar una organización criminal nutrida principalmente con dineros del narcotráfico.
Al lado de su hermano, quien asumió el liderazgo, ‘Otoniel’ se convirtió en objetivo no solo para las autoridades colombianas sino que pasó a estar en la mira del Gobierno de los Estados Unidos, que llegó a ofrecer 5 millones de dólares por información que condujera a su captura.
En Colombia se ofrecía una recompensa de hasta 3.000 millones de pesos por su ubicación.
En 2012, tras la muerte de ‘Giovanny’, en desarrollo de un operativo policial, Dairo Antonio Úsuga pasó a ser el máximo cabecilla del Grupo Armado Organizado (GAO), dando continuidad al clan mafioso que ante las capturas o neutralizaciones de sus cabecillas intentaron siempre recomponer sus líneas de control criminal y múltiples enlaces con carteles de droga.
Un ejemplo de este fenómeno es Alexánder Montoya Úsuga, primo de ‘Otoniel’, conocido como ‘El Flaco Montoya’, ficha clave para el envío de droga desde Colombia hacia Centroamérica y los Estados Unidos.
Tras su captura en 2012, efectuada en Honduras, su lugar fue asumido por cabecillas como el ‘Negro Sarley’, ‘El Indio’, ‘Leo’ y ‘Visaje’, entre otros.
Igualmente, varios de sus familiares y allegados terminaron capturados por las autoridades, como su compañera sentimental, ‘La Flaca’, encargada de sostener una red de lavado de activos y testaferrato; su sobrino ‘Orejas’, encargado del tráfico de droga desde el Urabá chocoano hacia Centroamérica; sus hermanos ‘Chengo’ y ‘La Negra’; su cuñada, ‘La Jefa’, y sus primos, ‘07’ y ‘La Zarca’, entre otros, todos vinculados al clan.
Su primo Alexánder Montoya Úsuga, alias ‘El Flaco’, fue extraditado en agosto pasado hacia los Estados Unidos.
Del mismo modo, las acciones contundentes de la Fuerza Pública permitieron la neutralización de cabecillas como ‘Gavilán’, ‘El Indio’, ‘Inglaterra’, ‘Culo de Toro’, ‘Pablito’, ‘Ramiro Bigotes’, ‘Guagua’, ‘Cobra 5’, ‘Pueblo’ y ‘Marihuano’, este último segunda cabecilla de la agrupación criminal, abatido en el pasado mes de febrero.
128 órdenes de captura
A ‘Otoniel’ le figuran 128 órdenes de captura por distintos delitos, como narcotráfico, extorsión, homicidio, desplazamiento forzado, tráfico de armas, conformación de grupos armados, concierto para delinquir y delitos de lesa humanidad, entre otros.
Así mismo, tiene vigentes siete sentencias condenatorias y ocho medidas de aseguramiento. También existen en su contra dos circulares rojas y una azul de INTERPOL y solicitud de extradición emitida por una corte de los Estados Unidos.
Labores de inteligencia e investigación criminal señalan a Dairo Antonio Úsuga como responsable de direccionar alianzas delictivas con estructuras del crimen organizado residual y con algunos integrantes del Eln para actividades de narcotráfico, especialmente a través del Golfo de Urabá.