En las aguas de la música antigua ha navegado desde hace algunos años Diego Salamanca, un bogotano enamorado del laúd, un instrumento que data de la Edad Media, cuyas melodías han llegado de la mano de este colombiano a varios lugares del mundo.
Posicionado como uno de los referentes del laúd a nivel internacional, Salamanca hace parte de la nómina de virtuosos de la música que participará en la quinta edición del Festival de Música Clásica, titulado este año como “Bogotá es Barroco”. El intérprete se presentará el 13 de este mes.
Diego comenzó su formación musical como guitarrista con Ramiro Isaza y Carlos Posada. Se ha dedicado de lleno al laúd y a los instrumentos históricos de cuerda pulsada con el profesor Armando Fuentes en la Universidad Javeriana de Bogotá. En 2002 entró al Conservatorio Nacional Superior de Música de Lyon y obtuvo el Diploma Nacional Superior de Estudios Musicales en 2006 y el Certificado de Estudios Complementarios Especializados en 2008.
Su interés por el laúd lo llevó a participar en producciones de ópera y de música de cámara. Trabajó principalmente con los ensambles Correspondances y Pygmalion, así como con Le Banquet Céleste y Les Arts Florissants. Ha actuado bajo la dirección de Christophe Coin, Gabriel Garrido y Alessandro de Marchi, entre otros.
El intérprete reveló en entrevista con EL NUEVO SIGLO su experiencia en el mundo del laúd y los detalles de su repertorio de su concierto en el Festival.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo fue el proceso de descubrimiento del laúd?
DIEGO SALAMANCA: Como muchos otros laudistas de mi generación, descubrimos el instrumento por medio de su repertorio. Ocurre que en los tiempos modernos hay mucha música escrita para el laúd y que está transcrita para la guitarra moderna. Entonces todos los estudiantes de guitarra tienen acceso a un repertorio que es muy básico y que se extiende por varios siglos de música para laúd.
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Así fue como caí en ese ‘canasto’ y me enganché por ahí porque empecé a trabajar mucho en ese repertorio, hasta un momento en que me di cuenta de que no tocaba sino eso, entonces me cuestioné en términos del instrumento que quería tocar y efectivamente abandoné mis estudios de guitarrista para empezar a estudiar el laúd.
ENS: ¿Cómo ha sido la experiencia de apostarle a este instrumento, uno de los más antiguos que existen, en un tiempo que está en constante cambio?
DS: Contrario a lo que uno podría pensar, hay mucha gente que está dedicada a la cuestión de la música antigua en general y justamente por eso tomé la decisión no solo de irme a estudiar a Europa, sino también de quedarme a trabajar porque desafortunadamente para nosotros en países como Colombia no tenemos una dinámica de trabajo de envergadura en esa área, pese a que afortunadamente hay un interés estudiantil creciente que me satisface mucho. Pero en Colombia no tenemos una infraestructura de educación del ejercicio de esa profesión para meterse en el área de la música antigua.
Tenía un argumento a mi favor de ganarle a la apuesta de haber estudiado este instrumento porque primero que todo tuve la suerte de ser recibido en el Conservatorio Nacional Superior de Música de Lyon, en Francia. Por medio de mis estudios y de haber conocido a mi profesor, del que estoy infinitamente orgulloso, también conocí a muchos otros músicos y que fueron poco a poco dando un nacimiento a varias estructuras que hoy en día son ensambles de mucho prestigio y que evolucionan en un repertorio estrictamente dedicado a la música antigua.
Ha sido una apuesta positiva, he tenido la oportunidad de hacer lo que me he propuesto y de tocar con músicos extraordinarios en diferentes contextos, porque he hecho ópera y recitales como solistas. Es una suerte muy grande y se ganó la apuesta por este instrumento.
ENS: Este mes, participará en el Festival de Música Clásica de Bogotá ¿Qué representa su llegada a este encuentro en este punto de su carrera?
DS: Estoy en un momento de mi carrera en el que por razones personales estoy abandonando un proyecto en el que estuve trabajando durante 12 años, pero hay momentos en la vida en que hay que pasar páginas. Esa renuncia o ese cambio que es un poco radical, da guayabo y es una página muy pesada que se pasa, pero también es una satisfacción. Además, el tiempo de trabajo se modifica a mi favor en el sentido de que también tengo otros proyectos, sobre todo de solista o en dúo con una amiga que es soprano con quien tenemos grabaciones que van a llegar en este año o en el 2022. Entonces ahora tengo más tiempo para estar más concentrado en mi propuesta de trabajo y también tengo suficiente trabajo en orquesta y de música de cámara con otros proyectos con los que sigo estando vinculado.
ENS: ¿En qué consistirá su propuesta para el Festival?
DS: Voy a hacer un recital de tres piezas grandes, sonatas de Johann Sebastian Bach, quien es una de las puntas de la temática del Festival este año, junto con Handel y Vivaldi. Es un repertorio que se toca relativamente muy poco porque es complejo y que exige conocimiento y una técnica que no es la que más se estudia.
Bach escribió varias piezas, pero podemos considerar que él tiene cinco grandes piezas para el laúd de las que voy a tocar tres. Interpretaré dos sonatas grandes y un tríptico que no sé si probablemente sea una sonata incompleta, pero que está agrupado con una obra redondeada. Y voy a tocar antes de eso una sonata que es una transcripción de Bach de su quinta suite de violonchelo para el laúd.
Hay un fenómeno del que todos somos víctimas y es que siempre nos gusta lo que ya conocemos, entonces es difícil llegar y pagar una boleta de un concierto de un músico que no conocemos. Y pese a que el festival está construido sobre los tres grandísimos ejes del periodo barroco, Bach, Handel y Vivaldi, el público en general tiene una imagen de esos compositores que está únicamente basada en obras muy conocidas. Pero mi concierto con el de muchos otros, son buenas oportunidades para descubrir aspectos de estos compositores que uno no sospecharía. Puede ser un gran argumento para que vengan y se animen a comprar la boleta para mi concierto y para todos los demás.
ENS: Durante su trayectoria se ha podido posicionar como uno de los referentes del laúd ¿Cómo seguir salvaguardando la tradición de este instrumento y captar la atención de nuevas generaciones?
DS: Uno lo que ve en Colombia es un interés estudiantil muy notorio. Pero no hay un respaldo institucional. Sí hay unos proyectos que se han mantenido y que se han vuelto academias como los de la Universidad Central, que son en realidad los primeros en proponer por lo menos algunas disciplinas de la música antigua.