Bajar informalidad, clave para reforma laboral | El Nuevo Siglo
El desempleo es una de las mayores preocupaciones de los colombianos. Archivo ENS
Archivo AFP
Domingo, 13 de Noviembre de 2022
Redacción Economía

Se espera que para el próximo año se presente la reforma laboral de la que ya ha hablado el presidente Gustavo Petro desde su campaña electoral. Aunque aún no se han dado directrices específicas de lo que será la reforma, el jefe de Estado ha dicho en diferentes ocasiones que pretende acabar con el contrato de prestación de servicios como modalidad de empleo e iniciar la reducción gradual de la jornada laboral. Sin embargo, uno de los pilares fundamentales es bajar la informalidad.

Al respecto los empresarios han hecho una petición constante: poder participar de cerca en la construcción de este proyecto de ley, teniendo en cuenta que las compañías, así como los gremios, juegan un papel fundamental en el objetivo de bajar índices de informalidad laboral, así como la generación de nuevos empleos.

Empresarios

Por su parte, la Federación Colombiana de Gestión Humana (Acrip), gremio que junta más de 5.000 gerentes de talento humano de las empresas más importantes del país, dice que los empresarios deben tener una participación activa en el diseño de la reforma laboral, entendiendo la disfuncionalidad en la informalidad laboral que hay actualmente en el país y “el retraso histórico en la revisión y actualización de la legislación y política laboral”.

Asimismo, Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, asegura que los puntos que más preocupan de lo que se conoce de la iniciativa son ampliar la jornada nocturna, para que empiece a las 6:00 p.m. y no a las 9:00 p.m. como sucede hoy; afectar con mayores costos los recargos dominicales y festivos; y la eliminación de los contratos por prestación de servicios.

A su vez, Bruce Mac Master, presidente de la ANDI, asegura: “Tenemos que concentrarnos en reducir los índices de informalidad y desempleo y eso no se ve por ningún lado, parece que no existiera en la reforma”.

Generación de empleo

De acuerdo con ANIF, es importante implementar medidas que promuevan la generación de empleo formal y de alta calidad a lo largo del territorio nacional, que incentiven la creación de empresas formales y en las cuales se generen oportunidades de trabajo para todos.

Comparado con los otros países de la región, Colombia históricamente ha mostrado altas tasas de desempleo. Ese ha sido el caso incluso en épocas de alto crecimiento económico. En ese sentido, lo que no permite que el desempleo baje significativamente son barreras regulatorias que excluyen principalmente a los grupos más vulnerables de la población.

Las altas y persistentes tasas de desempleo e informalidad que han caracterizado al país a lo largo de su historia se deben principalmente a los elevados costos de la contratación formal y de la creación de empresas formales.

A lo largo del tiempo se ha sustituido el empleo asalariado (que en su mayoría es empleo formal) por empleo por cuenta propia (en su mayoría informal), debido a los altos costos del empleo formal. Adicionalmente, el empleo por cuenta propia en Colombia se caracteriza por ser de mala calidad, ya que se ha convertido en una alternativa de escape al no poder ingresar al empleo formal de buena calidad.

Mujeres y jóvenes

A su vez, históricamente la tasa de desempleo de las mujeres ha sido sistemáticamente superior a la de los hombres, situación que se agravó con la pandemia del covid-19. Cerrar la brecha en la tasa de desempleo entre hombres y mujeres es un gran reto que ha sido difícil lograr por razones como lo son las cargas desniveladas en los oficios del hogar y el cuidado de los niños. Adicionalmente, existe una mayor vulnerabilidad del empleo ante choques de la economía en aquellos sectores en los que históricamente ha habido mayor empleabilidad femenina.

De la misma forma, los jóvenes presentan mayores tasas de desempleo que el promedio de la población, pues cuentan con grandes barreras de entrada al mercado laboral. Adicionalmente, la fragilidad de la formación para el trabajo y la desconexión actual existente entre dicha formación y las necesidades de las empresas, son muy amplias.

De acuerdo con el centro de pensamiento, algunas razones que explican estos problemas son en primer lugar que el mecanismo de financiación de la protección social genera encarecimiento del empleo formal y genera incentivos adversos en dos direcciones: las cotizaciones a salud del régimen contributivo generan barreras al empleador para la contratación de trabajadores formales y, por el otro lado, el trabajador prefiere no formalizarse para no perder los beneficios otorgados, por ejemplo, por medio del Sisbén.

De ahí que el centro de investigación presente algunas propuestas que pueden mejorar las condiciones laborales de los colombianos.



Modernizar el mercado laboral

Una primera propuesta es cambiar la fuente de financiamiento de los aportes a salud, recaudando esos recursos por medio de impuestos generales en vez de por medio del empleo formal. Para 2021 el recaudo por cotizaciones era de $18.9 billones (37 % de los recursos del sistema). Para llevar a cabo esta recomendación se propone adelantar una implementación gradual comenzando por los grupos más afectados, como las mujeres y los jóvenes.

Contratación por horas

Otra medida importante y necesaria es reglamentar adecuadamente la contratación y cotización por horas. En la actualidad la gran mayoría de las personas que trabajan menos de 42 horas a la semana (más del 35 % en Colombia) se concentran, por definición, en la informalidad y no existe un mecanismo claramente reglamentado que les permita aportar a la seguridad social.

Salario mínimo diferencial

Según ANIF, se hace importante implementar un esquema de salario mínimo diferencial por regiones, de tal forma que estas se ajusten a su realidad en términos de productividad. Las regiones que deban incrementar su salario mínimo más que proporcionalmente al comparar al resto del país, deberán hacerlo de manera gradual, ajustando también por la inflación correspondiente.

Por el contrario, aquellos que tienen un salario mínimo muy alto en comparación con su productividad deberán ajustar el salario mínimo anualmente únicamente con la inflación (sin ningún punto adicional), mientras que con el transcurso de los años se va ajustando a un nivel adecuado.

Primer empleo

A su vez, hay que crear mayores oportunidades para el ingreso de los jóvenes al primer empleo. En este aspecto, temas fundamentales son: la formación para el trabajo en sectores que requieren actualmente las empresas (por ejemplo, tecnología y sector de las TIC), aumentar competencia en oferta de educación técnica y tecnológica e incentivar programas de corta duración, incentivar la formación para el trabajo de manera virtual, que ha demostrado reducir los costos directos e indirectos de la educación y es un mecanismo flexible y de fácil adaptabilidad que incrementa el acceso a la formación para el trabajo. Se podrían también dar incentivos tributarios a empleadores de jóvenes y priorización de jóvenes en la contratación de obras públicas.

¿Cómo llegar a desempleo de un dígito?

“Reducir la tasa de desempleo en las mujeres a 11.2 % para el promedio del año 2026. De esta forma se reduciría el desempleo de mujeres a los niveles a los que hubiera llegado en ausencia de la pandemia. Así mismo, se podría implementar una meta parcial de 12 % para el promedio de 2024”, dice ANIF.

Se debe reducir la tasa de desempleo en los jóvenes a 15 % para el promedio del año 2026. Esta es la tasa tendencial que se hubiera alcanzado en ausencia de la pandemia. Se podría poner una meta parcial de 16.5 % para el promedio de 2024.

Otra meta importante debe ser generar 1.5 millones de empleos asalariados para 2026. “Así llegaríamos a los 11 millones de empleados asalariados (mayoría formales). De igual manera, se puede poner una meta parcial de 1 millón de empleos formales adicionales para 2024. De esta forma, se estaría alcanzando el número de ocupados que hubiéramos tenido en 2024 en ausencia de la pandemia, de continuar con la misma tendencia observada antes del brote del covid-19”.